

En agosto de 1821 llegó a Buenos Aires James Gooden Helsby, su esposa y un baúl repleto de preciosas cajas y cajitas de oro y plata con relojes montados en diamante. Venían del norte de Inglaterra, de la pujante y bulliciosa ciudad-puerto de Liverpool, donde James había nacido en febrero de 1794, hijo del comerciante Thomas Helsby (1773-1849) y de Mary Gooden (1799-1838), hija a su vez de un empresario naviero. La madre murió cuando tenía sólo 4 años y seguramente se crió en la trastienda de la prestigiosa joyería-relojería de su padre. Allí aprendió el arte de fabricar esas prodigiosas cajas para relojes portátiles, que hacia finales del siglo XVI habían inventado los orfebres ginebrinos cuando la legislación calvinista les prohibió fabricar “cruces, cálices u otros instrumentos” religiosos. Y seguramente James también aprendió el oficio de relojero. En 1818 padre e hijo figuran en la guía Gore de Liverpool como “watchcase maker”, en la relojería de la calle Vauxhall. En abril del mismo año el joven se casó en Leeds, York- shire, con Sharon Stephens, hija del reverendo John Stephens, de Dover1. Por aquella época los comerciantes de Liverpool habían descubierto las bondades de vender sus productos en América del Sur, y las grandes casas solían enviar alguno de sus socios más jóvenes para atender sus negocios en el nuevo mundo. En ese contexto, James y Sharon Helsby emprendieron la aventura de cruzar los océanos, rumbo al Río de la Plata. Y su padre, Mr. Thomas Helsby, de Liverpool, se convirtió así en “Merchant in South American Trade”, como figura en guías comerciales posteriores. Eran tiempos de cambio en Buenos Aires. La ciudad comenzaba a curarse de la anarquía del año 20. Martín Rodríguez y, especialmente, su ministro Bernardino Rivadavia arremetían contra las antiguas instituciones coloniales —reforma administrativa, militar, judicial y eclesiástica, supresión del Cabildo—, a la vez que creaban la Universidad de Buenos Aires e impulsaban una serie de iniciativas bajo el lema de orden y progreso. En aquel año de 1821 la pequeña comunidad británica de Buenos Aires empezaba a hacerse notar: un grupo de comerciantes acababa de establecer el primer cementerio protestante y privado de Sud América; James Wild fundaba el periódico El Argos; Elizabeth Hewitt de Hyne dirigía un prestigioso colegio bilingüe, y en la zona hoy conocida como “city porteña” convivian una cantidad tal de mercaderes británicos que la gente la conocía como “el barrio inglés”. Cuando James Helsby llegó, ya había en la ciudad otros relojeros británicos, como George De Gavis, residente desde 1809, J. Turnley, desde 1818, o Bernard Jonas desde 1819; y conocidos joyeros como Alexander Forsyth. En los años siguientes se radicarían muchos más, como Bartolomew Fleming, James Holmes, Robert Hill, James Roby, los hermanos Henry, Sylvester y Samuel Hesse, Robert Leys, James Brown, John Mollison y tantos otros. Pero, indudablemente, en los primeros años de la década del 20, don Diego Helsby —así se lo conoció— era el relojero más prestigioso. Por eso en aquel tiempo se ocupó del mantenimiento del reloj del Cabildo, el que marcaba la hora oficial de la ciudad. Y seguramente por eso también, su coqueta relojería de la calle Cangallo tentaba a los “cacos” de la aldea, que eran muchos. Cuenta El Argos del 28 de mayo de 1823 que “en la noche del 25 del corriente se hurtaron por la ventana de la reloxería de Diego G. Helsby, cerca del café de los Catalanes en la calle de Cangallo, siete relojes, dos de oro, cuatro de plata, y uno de metal: las descripciones detalladas de ellos se hallan en carteles por las esquinas; como asimismo el hallazgo que dicho Helsby dará por cada uno que le entreguen.”. Nadie encontró los relojes y Helsby publicó un aviso el 11 de junio de 1823 con una detallada descripción de los mismos, ofreciendo interesantes recompensas a quien los devolviera:
“Un reloj caja de oro, de repetición, da las horas, los cuartos y los minutos; de rueda catalina -sus autores Roberte & Courvoisia, núm. 40507. 2° Uno id. caja de metal, de rueda catalina -autores Fres. Mermillo, á Geneve, sobrecaja con vidrio atrás. 3° Uno id. con caja de plata, de rueda catalina -autor B. Webb, London; tiene la porcelana lo siguiente: B. Webb´s patent polar watch; y una aguja de marear. 4° Uno caja de plata, de rueda catalina, de repetición -sus autores Reymond Rolland Freres, F. de G. F. 5° Uno id. de caja de oro, de patente con segundos, montado en diamante, y tiene guardapolvo -autores S. y T. Bolton, Birmingham, N° 414. 6° Uno id. caja de plata, de rueda catalina, guardapolvo de plata, el agugero para la llave tapado con plata, y tiene sobrecaja descompuesta. 7° Uno id. nuevo de plata, de patente, con segundos, montado en diamante, guarda polvo- autor Js. G. Helsby, Liverpool, núm. 7531. El dicho Diego G. Helsby dará doscientos y cuatro pesos por albricias a cualquiera persona que se los entregue, que es decir, por el primero 59 1/2 pesos; el segundo 8 1/2 pesos; el tercero 17 pesos; el cuarto 25 1/2 pesos; el quinto 51 pesos; el sexto 8 1/2 pesos; y séptimo 34 pesos. Buenos Aires 27 de mayo de 1823”.
Para 1825 la relojería se había mudado a la calle Perú N° 45 (antigua numeración) y su dueño ya era un hombre de buen pasar, pues integra la “Lista alfabética de los Sres. capitalistas sujetos al ramo de contribución directa en esta capital y su Campaña”, con una contribución de $ 48. Mr. Helsby fue un miembro bastante activo de aquella primera comunidad británica, especialmente en materia religiosa. Así, en abril de 1822 había fundado, conjuntamente con el joyero Alexander Forsyth, el maestro de carruajes William Morris, el herrero William Pitthouse, el contador William Wincey, el carpintero Isaac Robinson, el mecánico Thomas Muckle, el talabartero Hugh Ryan, y las señoras McGaw, entre otros, la Sociedad Bíblica Auxiliar de Buenos Aires, establecida para difundir en el país las Escrituras (Testamentos y Biblias) en idioma español que remitía la matriz británica. Parece que la iniciativa tuvo poco éxito en la sociedad porteña de la época porque en junio de 1823, Helsby —que era el presidente de la institución— informó a la Sociedad Bíblica Británica que “hemos encontrado a muy pocos deseosos de poseer las Escrituras y sin duda tenemos un número suficiente que nos queda entre manos como para suplir la demanda por dos o tres años. La irreligiosidad y la indiferencia son la única aunque poderosa oposición que hemos encontrado en la distribución de la Palabra de Dios…” En 1825 la Sociedad Bíblica Británica envió a Buenos Aires como delegado regional al reverendo John Armstrong, primer pastor anglicano que arribaba al Plata. El religioso fue inmediatamente convocado para celebrar casamientos, bautizar chicos y enterrar muertos, para lo cual, con la colaboración de los dirigentes de la comunidad, se abrió una capilla protestante en la calle Potosí 161 (Alsina y Perú), asiento de una vieja capilla jesuítica convertida en sala filarmónica, y el 25 de septiembre de 1825 el reverendo celebró su primer oficio. Armstrong fue contratado como capellán y Helsby, cuya casa-relojería estaba a pasos de la iglesia, fue el “churchwarden”, el que guardaba las llaves y se ocupaba de su mantenimiento.
1794 |
февраль 1794
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Liverpool, U.K.
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1822 |
1822
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Bs. As., Argentina (Аргентина)
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1828 |
1828
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Bs. As., Argentina (Аргентина)
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1835 |
1835
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Liverpool, North West England, England, United Kingdom (Соединённое Королевство)
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1853 |
18 августа 1853
Возраст 59
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Buenos Aires, Autonomous City of Buenos Aires, Argentina (Аргентина)
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