De las investigaciones que tengo realizadas hasta la fecha resultan algunos hechos indubitados y algunas conjeturas que expongo a continuación:
1.- En el Libro Sacramental de Bautismos de la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora, sita en Marquina, consta la inscripción de bautismo de "Laçaro Ansotegui y Alegria Anitua". El documento tiene asignado el número de registro ID-1171087 en el Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya (AHEB). Por tanto, el nacimiento, que pudo producirse el mismo día del bautismo o algunos días antes, y el bautismo de Laçaro son hechos ciertos y comprobados.
2.- No consta en el Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya (AHEB), la inscripción de su matrimonio con María Guerena Uriçar Amezti, aunque sí consta en dicho archivo el nacimiento de sus hijos, lo que nos permite conjeturar que existió el matrimonio (que constará, probablemente, en un documento pendiente de digitalizar, razón por la que no aparecería en el índice) y que vivió en Ziortza-Bolibar hasta su muerte, por ser esta localidad el lugar de nacimiento de sus hijos.
3.- Consta la muerte de Laçaro el día 29 de septiembre de 1701 en la base de datos MyHeritage, gestionada por algún pariente lejano, que me propongo localizar, aunque no consta la inscripción del hecho en los Libros Sacramentales de Defunciones custodiados en el el Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya (AHEB). Por tanto, podemos aceptar provisionalmente el dato, aunque sujeto a comprobación posterior.
4.- El único Laçaro Ansotegui que aparece en los Libros Sacramentales de Defunciones custodiados en el el Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya (AHEB), carece de segundo apellido y su inscripción tiene asignado el número de registro ID-421405, de fecha 9 de septiembre de 1671 y pertenece a la iglesia parroquial de La Natividad de Nuestra Señora de Ondarroa. Parece que este registro habría que desecharlo para nuestro antecesor por dos razones: una, la edad. El Laçaro de la inscripción, si hubiera nacido en 1643 (como es el caso del nuestro) hubiera muerto con 28 años, lo que no parece probable en vista de los hijos que tuvo (en aquella época, la gente se casaba tarde por razones económicas). La otra razón es que murió en Ondarroa. No creo probable que se trasladase a vivir allí, a pesar de que no hay mucha distancia entre ambas poblaciones (Marquina y Ondarroa). Este punto podría aclararse definitivamente en función de lo que pueda resultar de la transcripción de los pleitos.
5.- En el Archivo Histórico Nacional (AHE), en el Portal Pares, se obtienen dos resultados para Laçaro Ansotegui y Alegria, relativos al pleito que mantuvo con su hermano mayor, Antonio, sobre el mejor derecho al Mayorazgo de la casería de Arta Arexpe (o Arespe), con sus bienes agregados. Es por tanto un hecho cierto que da fe de la vida, la identidad y la pertenencia a una familia con vínculo.
6.- Al pleito sobre el Mayorazgo corresponde la signatura: SALA DE VIZCAYA, CAJA 2677, 1.
7.- A la ejecutoria de dicho pleito le corresponde la signatura: REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3072, 17. En la pestaña "Fuentes" anexo el documento digitalizado, cuya caligrafía es difícil de descifrar.
8.- La existencia del vínculo y del mayorazgo constituyen un indicio de la pertenencia de Laçaro a una familia hidalga y con una buena posición económica, pues sin esta condición no se hubiera podido mantener el pleito ante la Real Chancillería de Valladolid, Sala de Vizcaya. La existencia del mayorazgo implica la vinculación de bienes y rentas, o ambos, al mismo y, estos pleitos, sostenidos en principio por nobles, implicaban el pago de cantidades relevantes en concepto de tasas y costas judiciales así como de honorarios de escribanos, abogados y procuradores.
9.- El tema de la nobleza también es interesante apuntarlo, pues, en el Archivo General Militar, en todos los expedientes de militares con apellido "Ansótegui", muy numerosos por cierto, figura la nota "Noble". Es difícil aceptar la nobleza del linaje Ansótegui de esta rama, al menos como "alta nobleza", pues el único título de nobleza de la zona es el de Conde de Peñaflorida (perteneciente al apellido Munibe, de Aulesti). Sin embargo, merced a la hidalguía general que predican los Fueros para todos los vizcaínos, podría aceptarse que tenían probada ese tipo de nobleza al entrar en el ejército, cual era preceptivo en la época.
