Mario Augusto Bunge

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Mario Augusto Bunge

Birthdate:
Birthplace: Florida Oeste, Vicente López, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Death: February 24, 2020 (100)
Montréal, Quebec, Canada
Place of Burial: Montréal, Quebec, Canada
Immediate Family:

Son of Augusto Bunge and María "Mariechen" Müser Schröder
Husband of Private and Private
Ex-husband of Julia Delfina Molina y Vedia
Father of Carlos F. Bunge; Mario (Bambi) Augusto Julio Bunge Molina y Vedia; Eric Russell Bunge and Silvia Alice Bunge

Occupation: Filosofo, fisico, profesor, prolifico escritor
Managed by: Private User
Last Updated:

About Mario Augusto Bunge

Mario Bunge Mario Bunge Prince of Asturias Foundation Emblem.svg MarioBungesmall.jpg Nombre de nacimiento Mario Augusto Bunge Nacimiento 21 de septiembre de 1919 Buenos Aires Nacionalidad Argentina Ocupación Físico, autor, filósofo y ensayista Empleador Universidad de Buenos Aires Premios

   Beca Guggenheim
   Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades

[editar datos en Wikidata]

Mario Augusto Bunge (Florida Oeste, Buenos Aires, Argentina, 21 de septiembre de 1919) es un físico, filósofo, epistemólogo y humanista argentino; Bunge por encima de todo es un filósofo realista, cientificista, materialistanota 1 nota 2 y sistemista; defensor del realismo científico y de la filosofía exacta.nota 3 Es conocido por expresar públicamente su postura contraria a las pseudociencias,1 2 entre las que incluye al psicoanálisis, la praxeología, la homeopatía, la microeconomía neoclásica (u ortodoxa) entre otras, además de sus críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo3 4 5 (y, especialmente, la obra de Martin Heidegger),6 7 8 9 10 la fenomenología,10 el posmodernismo,11 10 la hermenéutica,12 y el feminismo filosófico.13 14

Índice

   1 Biografía
   2 Intereses
   3 Sobre sus libros
   4 Enfoque filosófico
       4.1 Generalidades
       4.2 El realismo científico de Mario Bunge
       4.3 El sistemismo
       4.4 Caracterización de la ciencia
       4.5 Ética
       4.6 Política
       4.7 Filosofía aplicada
           4.7.1 Ciencias naturales
               4.7.1.1 Física
                   4.7.1.1.1 Mecánica cuántica
               4.7.1.2 Biología
               4.7.1.3 Medicina
           4.7.2 Ciencias sociales
               4.7.2.1 Historia
               4.7.2.2 Psicología
               4.7.2.3 Educación
           4.7.3 Tecnología
   5 Crítica a corrientes filosóficas
       5.1 Crítica a paradigmas cosmológicos
       5.2 Crítica al positivismo lógico
       5.3 Crítica al popperianismo
       5.4 Crítica al internalismo, al externalismo, y a corrientes derivadas
           5.4.1 Crítica al marxismo
           5.4.2 Crítica al existencialismo
   6 Crítica a las pseudociencias
       6.1 Conceptualización bungeana de pseudociencia
       6.2 Crítica a la cosmología creacionista
       6.3 Crítica a la hipótesis del gen egoísta
       6.4 Crítica a aplicaciones de la teoría de juegos
       6.5 Crítica a la economía neoclásica
       6.6 Crítica a la sociobiología
       6.7 Crítica a la parapsicología
       6.8 Crítica al psicoanálisis
       6.9 Crítica a la medicina tradicional
       6.10 Crítica a la medicina complementaria y alternativa
           6.10.1 Medicina holística
           6.10.2 Homeopatía
           6.10.3 Naturopatía
   7 Bibliografía
   8 Notas
   9 Referencias
   10 Enlaces externos

Biografía

Bunge comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó con un Ph.D. en ciencias físico-matemáticas en 1952. Fue profesor de física teórica y filosofía, 1956-1966, primero en La Plata y luego en Universidad de Buenos Aires. En la actualidad es profesor Frothingham de lógica y metafísica en la Universidad McGill en Montreal, donde imparte clase desde 196615 16 17

Mario Bunge ha sido distinguido con dieciséis doctorados honoris causa y cuatro profesorados honorarios por universidades de las Américas y Europa. Bunge es miembro de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (1984-) y del Royal Society of Canada (1992 a). En 1982 fue galardonado con el 'Premio Príncipe de Asturias'; en 2009 el Guggenheim Fellowship,16 18 y en 2014 fue galardonado con el premio Ludwig von Bertalanffy en Complexity Thinking.19 Intereses

Sus intereses abarcan la filosofía general (semántica, ontología, gnoseología, metodología de la investigación, praxiología y ética) así como aplicada (física, biología,20 psicología21 y ciencias sociales),5 sin eludir consideraciones sobre la filosofía de la lógica y la matemática como fundamento no solo del quehacer científico sino también filosófico. Considera a la matemática sólo como ciencia deductiva, sin destacar la fase de la producción[investigaci%C3%B3n] matemática, que usa la experimentación, la intuición, casos finitos y analogía, tal como lo considera George Polya. También declararon al respecto setenta matemáticos que trabajaban en EE.UU., entre ellos Lars Alfors. En relación con ello, es fundador de la Sociedad para la Filosofía Exacta,22 que procura emplear solamente conceptos exactos, definidos mediante la lógica o la matemática a fin de evitar la ambigüedad y la imprecisión características de otros estilos filosóficos, entre ellos el fenomenológico, el postmoderno (especialmente el hermenéutico) y provoca (a la vez que estimula) el tratamiento de problemas no triviales como contraste con la gigantesca producción filosófica libresca que interpreta recursivamente las opiniones de otros filósofos o que juega con objetos ideales o mundos posibles.

Su posición crítica está balanceada por sus aportes originales y por el planteamiento de caminos de reconstrucción filosófica.23

   "es verdad que en la ciencia no hay caminos reales (Royal roads); que la investigación se abre camino en la selva de los hechos, y que los científicos sobresalientes elaboran su propio estilo de pesquisas."

Sobre sus libros

La ciencia, su método y su filosofía (1960), obra en la que introduce de manera sintética las bases del método científico, ha llegado a ser un clásico en su género. Pero si se desea obtener una perspectiva profunda de su concepción filosófica sin pasar por el extenso Treatise, posiblemente la opción más recomendable sea su manual La investigación científica, publicado por primera vez en inglés en 1967, cuya traducción ha sido reimpresa con correcciones por Siglo XXI Editores (México, 2000).

Sin duda, la obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el extenso Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente en los problemas que suscita el conocimiento científico.

La semántica (de la ciencia) está tratada en los primeros dos tomos (Semantics 1. Sense and Reference y Semantics 2. Interpretation and Truth) y la ontología en los siguientes dos (Ontology 1. The Furniture of the World y Ontology 2. A World of Systems).

La gnoseología ocupa los tres volúmenes posteriores (Epistemology and Methodology 1. Exploring the World, Epistemology and Methodology 2. Explaining the World y Epistemology and Methodology 3. Philosophy of Science and Technology).

Finalmente, el volumen 8 del Tratado se ocupa de la ética (Ethics. The Good and the Right).

Su hincapié en el rigor metodológico—buscado con el uso de herramientas formales (lógico-matemáticas) y de conocimiento fundado científicamente--, su amplitud temática, su originalidad y su mencionado carácter sistémico hacen del Treatise uno de los emprendimientos filosóficos más ambiciosos de los últimos siglos.[cita requerida] Enfoque filosófico Generalidades

La concepción filosófica de Bunge puede describirse, tal como él mismo lo ha hecho en varias ocasiones, recurriendo a una conjunción de varios "ismos", de los cuales los principales son el realismo, el cientificismo, el materialismo y el sistemismo.24 25 17

El realismo científico de Bunge abarca los aspectos ontológicos (las cosas tienen existencia independientemente de que un sujeto las conozca), gnoseológicos (la realidad es inteligible) y éticos (hay hechos morales y verdades morales objetivas) de su pensamiento. El cientificismo es la concepción que afirma que el mejor conocimiento sobre la realidad es el que se obtiene a través de la aplicación del método de investigación científica. El materialismo, que sostiene que todo lo que existe es material (por ejemplo, para Bunge la energía es una propiedad de la materia).nota 4 El sistemismo, finalmente, es la perspectiva de que todo lo que existe es un sistema o parte de un sistema.

A este cuarteto hay que añadir dos ismos más. El emergentismo, que está asociado al sistemismo, y se caracteriza por la tesis de que los sistemas poseen propiedades globales, sistémicas o emergentes que sus partes componentes no poseen y son, por tanto, irreducibles a propiedades de niveles de organización inferiores. Y el agatonismo, la concepción bungeana de la ética, que se guía por la máxima «Disfruta de la vida y ayuda a otros a vivir una digna de ser disfrutada» y supone que a cada derecho le corresponde una obligación y viceversa.26 El realismo científico de Mario Bunge Artículo principal: Realismo científico bungeano

Como casi todas sus demás posiciones filosóficas, el realismo bungeano es franco y audaz, especialmente si se tiene en cuenta la difusión de los escepticismos de diverso cuño en las últimas décadas. Como otros autores, Bunge distingue tres matices de realismo, uno ingenuo, otro crítico y uno científico. El realismo bungeano es de este último tipo y se caracteriza por ser una conjunción de siete tesis realistas que abarcan prácticamente todo su pensamiento filosófico, de allí que también le valga el nombre de realismo integral. Más importante aún es que estos diferentes aspectos del realismo bungeano se encuentran enlazados entre sí por diversas relaciones, de tal modo que constituyen un sistema. De allí que Bunge llame también hilorrealismo (o hylerrealismo, del griego hyle, material, materia) a su especial versión del realismo científico, porque siempre va de la mano de la tesis ontológica materialista. Además, y como veremos más adelante, el hilorrealismo bungeano también es sistemista (tanto en lo ontológico como en lo gnoseológico) y emergentista.

Hay, sin embargo, algunos ámbitos en los que Bunge defiende posiciones diferentes al realismo. En filosofía de la matemática, por ejemplo, opta por un ficcionismo moderado,27 en la estética lo considera solo una corriente más o, incluso, una perspectiva conservadora, y en política (“Realpolitik”) lo rechaza de plano por considerarlo otro nombre para el cinismo político.28

Los aspectos en que Bunge profesa el hilorrealismo científico, uno de los ejes principales de su vasta obra, son: (i) ontológico, (ii) gnoseológico, (iii) semántico, (iv) metodológico, (v) axiológico, (vi) moral y (vii) praxiológico.29 El sistemismo Artículo principal: Sistemismo

La concepción sistemista de Mario Bunge tiene dos aspectos principales, uno ontológico y otro gnoseológico. El sistemismo ontológico que Bunge defiende postula que el mundo es un sistema de sistemas, es decir que toda cosa concreta es un sistema o un componente de algún sistema. Un sistema es, en efecto, un objeto complejo estructurado, cuyas partes están relacionadas entre sí por medio de vínculos (estructura) pertenecientes a un nivel determinado.30 Además, puesto que un sistema se caracteriza por poseer propiedades que sus componentes no poseen (vale decir, propiedades globales o emergentes), el sistemismo de Bunge es también emergentista. En otras palabras, la ontología bungeana es monista con respecto a la sustancia y pluralista respecto de las propiedades. Caracterización de la ciencia Artículo principal: Caracterización bungeana de la ciencia

La caracterización bungeana de la ciencia concibe a la misma como "un objeto demasiado complejo como para poder ser caracterizado mediante un único rasgo" y la identifica como un campo cognitivo, el cual - a su vez - es caracterizado como un sector de la actividad humana cuyo objetivo es obtener, difundir y utilizar alguna clase de conocimiento, sea verdadero o falso.nota 5 Una ciencia, por su parte, satisfacería además condiciones específicas como contar con un dominio compuesto únicamente por entidades reales, un trasfondo filosófico con una ontología según la cual el mundo está compuesto por cosas concretas mudables que cambian según leyes, un trasfondo formal con una colección de teoría lógicas o matemáticas actualizadas o un trasfondo específico con una colección de datos, hipótesis y teorías actualizados y razonablemente confirmados. Ética

Bunge considera al discurso ético como sujeto digno del análisis lingüístico (sintáctico, semántico y pragmático) y del metodológico. Presenta como precursores del panorama actual de la ética a las reflexiones sobre la pluralidad de sistemas éticos reflejado en el carácter no universal del código moral de las antiguas tribus semíticas y en el carácter histórico social de lo moral mostrados en la adopción de nuevos códigos morales (como el puritanismo o el utilitarismo).31

En particular, Bunge expresa que un acto puede ser moral o amoral, pero nunca inmoral en un sentido absoluto, será inmoral relativamente a determinada clase de códigos morales.nota 6 31 Política Véase también: Política

Bunge identifica cinco tipos básicos de nacionalismo defensivo y otros cinco de nacionalismo agresivo (territorial, biológico o étnico, económico, político y cultural) que pueden combinarse y formar diez pares, diez tripletes, cinco cuartetos y un quinteto; dando una totalidad de 62 nacionalismos.5

   ningún partido, una vez que está en el poder, puede darse el lujo de guiarse estrictamente por su propia ideología, porque pronto descubre que el mundo real es demasiado complejo y cambiante para ser descrito con precisión por una ortodoxia -y porque el ejercicio del poder exige la negociación y el compromiso-.
   Mario Bunge5

Filosofía aplicada Ciencias naturales Física Véanse también: Filosofía de la física y Filosofía del espacio y el tiempo.

Para cuestiones como la naturaleza del espacio y el tiempo, Bunge indica que éstos son una propiedad de los objetos materiales - sólo hay objetos simultáneos (espacio) y sucesivos (tiempo)32 33 34 35 nota 7 -; en cuanto a su implicación en la expansión del universo, expresa que tal movimiento del universo podría darse si éste fuese finito y si el espacio y el tiempo fuesen el escenario inmutable en que se desarrolla, pero si espacio y tiempo existen como relaciones entre cosas y sucesos, el universo no tendría adonde ir. Por lo que se debe hablar de recesión mutua de las galaxias antes que de expansión del universo.23 Con respecto a la naturaleza de la energía, Bunge considera importante enfatizar -ya que algunas personas sostienen que la energía es una sustancia de la misma categoría que la materia- que ésta es una "propiedad de las cosas" y señala como una correcta interpretación de la fórmula E=mc2: "la cantidad de energía de una cosa es igual a la cantidad de su masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz".20 nota 8 Mecánica cuántica

Bunge indica que la doctrina de Copenhagen es científica y filosóficamente insostenible, al ser incoherente y no ser estrictamente física.36

   Plantéese el problema de calcular los posibles niveles de energía de un átomo aislado de una especie dada, y conclúyase interpretando el resultado del cálculo como los valores que puede obtener un experimentador que perturba enérgicamente al átomo, aun cuando el átomo puede estar tan lejos que ningún experimentador pueda actuar sobre él. Esto es ir por átomos y volver con experimentadores.
   Mario Bunge

Es por esto que afirma que no se puede obtener una teoría plenamente física si ha de satisfacer "requisitos no físicos tales como el postulado de que no hay entes autónomos, es decir, independientes del sujeto". Afirma además que la escuela de Copenhagen confunde la comprobación de una teoría con su referente (identifica un problema metodológico con un asunto semántico).

   La receta para construir versiones estrictamente físicas de la MC es ésta: "Tómese la fomulación standard y púrguesela de sus elementos subjetivistas y finalmente organícese lógicamente lo que queda.
   Mario Bunge

Biología Véase también: Filosofía de la biología

De acuerdo a Bunge los entes vivos, aunque compuestos por elementos físicos y químicos, poseen propiedades emergentes propias; por lo que la biología no es completamente reducible a la física y la química21 Medicina

Bunge expone que la medicina científica es sistémica, en tanto que admite que las partes del organismo humano, aunque distintas, están conectadas entre sí; y que es analítica, en cuanto distingue órganos con funciones específicas. Postula además que el "buen médico" pone en práctica un sistema filosófico constituido por una ontología materialista y sistémica; una gnoseología realista, escéptica y cientificista; y una praxiología científica y una ética humanista. Asimismo expresa que la medicina moderna se ha "desarrollado junto con la ciencia básica", pero que ha tenido que luchar contra la religión y contra las filosofías dominantes (como en los conflictos sobre el uso de células madre provenientes de abortos, o sobre la prohibición de la contracepción y del aborto).1 Ciencias sociales Véase también: Filosofía de las ciencias sociales

Para Bunge los estudios sociales siempre corrieron el riesgo de la contaminación ideológica pero si un estudio de ciencia neutral básica es auténticamente científico, será ideológicamente neutral aun cuando se lo pueda utilizar para justificar o enjuiciar políticas sociales.5 Historia Véase también: Filosofía de la historia

Bunge advierte que la historia siempre ha sido sospechosa de inclinación patriótica, debido a que cada comunidad nacional de historiadores "parecía preponderantemente consagrada a cantar las glorias de su respectiva nación y a echar tierra sobre sus iniquidades".5 Psicología Véanse también: Filosofía de la psicología y Filosofía de la mente.

Para Bunge la escuela humanista ha obstaculizado el estudio de los seres humanos, debido a la barrera (importada de la teología cristiana) erigida entre éstos y la naturaleza,nota 9 por su parte, opina que la psicología filosófica (y su continuación, la llamada psicología humanista) trata de problemas de la conducta y de la mente en el contexto del conocimiento común con el auxilio de herramientas exclusivamente filosóficas por lo que es ajena a la psicología experimental.nota 10 Particularmente, critica el dualismo psicofísico (la tesis de que hay mentes además de cuerpos) por su imprecisión al no ofrecer ni una teoría ni una definición del concepto de mente, por separar estados y sucesos mentales de cualquier cosa que pueda hallarse en tales estados o sufrir tales cambios, por ser compatible con el creacionismo, pero no con la biología evolutiva; y, en especial, por obstaculizar la investigación. Y se decanta por el materialismo emergentista, el cual "mantiene a la psicología dentro del campo de la ciencia en vez de alentarla a regresar a la filosofía o a la teología" y admite la especificidad de lo mental junto a la necesidad de investigarlo mediante el uso de métodos de psicología agregados a los de la neurofisiología.21 23 Educación Véase también: Filosofía de la educación

Bunge considera al pedagogo que asegura que el modo de enseñar es más importante que lo que se enseña como uno de los peores enemigos de la educación, argumentando que "quien desconoce algo no puede enseñarlo, y quien lo sabe a medias sólo puede enseñarlo mal". Además clasifica a los estudiantes en cinco especies, según el método de estudio que emplean:3

   Loros: los que "aprenden" de memoria, sin preocuparse de compender, analizar, profundizar ni vincular el tema a sus experiencias anteriores.
   Papirógrafos: los que "tragan páginas vertiginosamente" quedando de esto muy poco o nada.
   Impacientes: quienes abandonan la lectura al no comprender un párrafo.
   Crónicos: quienes se "eternizan en un tema"
   Conscientes: quienes en lugar de estudiar mucho, estudian bien.nota 11

Tecnología Véase también: Filosofía de la tecnología

Bunge indica que pueden presentarse una serie de "candidatos" plausibles al status de generalización sobre el desarrollo tecnológico:5

   Toda cosa o proceso artificial puede ser mejorado, pero sólo hasta cierto punto: hay límites naturales y sociales.
   Toda innovación tecnológica tiene efectos colaterales impredecibles e indeseables.
   En principio, cada uno de estos defectos puede reparase con la ayuda de más conocimiento o bien de una reforma social.
   Todo adelanto importante en la alta tecnología explota algún descubrimiento científico.
   Sólo una pequeña fracción de la ciencia básica llega a aplicarse, y sólo una pequeña fracción de la ciencia aplicada encuentra uso en la tecnología.
   Habitualmente hay un retraso de varios años entre los hallazgos científicos y su uso tecnológico.
   La mayoría de las invenciones nunca se llevan a la práctica.
   La tecnología militar redunda únicamente en mínimos productos secundarios de uso civil y hace más lento el progreso de la tecnología civil porque desvía cerebros, recursos naturales y fondos.
   En las naciones en desarrollo la tecnología comienza siendo imitativa.
   La innovación tecnológica como función del tamaño de una empresa en una U invertida: en un principio crece y luego declina.

Crítica a corrientes filosóficas

   El típico profesor de filosofía es un comentarista o escoliasta que trabaja miniproblemas o pseudoproblemas antes que un investigador de problemas gordos, como los de la naturaleza del espacio y el tiempo, la materia y la mente, la causalidad y el azar, el significado y la verdad, el valor y la acción, la ciencia y la técnica, la justicia social y el progreso. Suele plantearse problemitas o pseudoproblemas de las formas “¿Qué opinó Fulano acerca de la crítica de Mengano a Zutano?”, “¿En quiénes se inspiró Perengano?”(...)37

Crítica a paradigmas cosmológicos Véase también: Ontología

Bunge considera que una cosmología puede ser "tosca o refinada, esquemática o detallada, confusa o clara", así como "mágica o naturalista, religiosa o secular, espiritualista, materialista o dualista" además de "ordinaria u orientada científicamente, estéril o fértil".23

Con respecto al holismo critica la adopción de la tesis de que "el todo determina la parte" a pesar de que son las interacciones entre las partes las que determinan el todo el cual a su vez condiciona el comportamiento de la parte. Considera además que a pesar de tener pocos defensores contemporáneos puede hallárselo entre científicos sociales.nota 12 De esta cosmología rescata las tesis de la interconexión universal de las cosas, la emergencia de nuevas propiedades a medida que los sistemas correspondientes se van constituyendo y la sumersión de algunas propiedades a medida que son analizadas. En cuanto al jerarquismo critica su postura del dominio de los seres "superiores" sobre los "inferiores" en lugar de reconocer que los primeros evolucionaron a partir de los segundos. Sobre el tychismo expone que "no es verdad que pueda asignársele una probabilidad a todo suceso posible", afirmando que la única manera de saber si un proceso es aleatorio es "construir un modelo probabilista de él y ponerlo a prueba". Del dinamismo sugiere que "alabar el cambio" está bien pero que es importante percatarse de que hay "algo constante" como en el caso de una propiedad permanente o un patrón invariable. En el caso específico de la dialéctica manifiesta que no se salva de contraejemplos como el que para que algo sea internamente "contradictorio" debe ser un ente complejo, por lo que no contendría partículas elementales como quarks, gluones, electrones y fotones; o que, "aunque el conflicto es bastante real en todos los niveles, también lo es la cooperación".nota 13 Con respecto al atomismo expresa que es limitado y que cada entidad individual es un componente de algún sistema por lo que considera como "idealizaciones" o "ficciones" al electrón o fotón libres o la célula, la persona o la nación aisladas. En cuanto al mecanicismo afirma que "tuvo su día de gloria", reconociendo que "estimuló una prodigiosa creatividad científica y tecnológica desde su inicio hasta mediados del siglo XIX", pero que declinó con el nacimiento de la física de campos y la termodinámica. Sobre el sacralismo expresa que es una cosmología "ingenua y anacrónica" que "nos ciega y a la vez ata nuestras manos". Mientras que define al textualismo como "probablemente, la más absurda, dogmática, estéril y engañosa de todas las versiones del idealismo".1 23 Crítica al positivismo lógico

Bunge sostiene que el positivismo lógico no posee una semántica defendible ni una ontología que trascienda el fenomenalismo, además de no poseer una ética más allá del emotivismo de Hume.2 Crítica al popperianismo

En cuanto al popperianismo considera que rechaza la idea de hacer semántica y su ontología no trasciende el individualismo, además de no poseer ninguna ética más allá de las premisas de Buda, Epicuro e Hipócrates de no producir ningún daño.2 Crítica al internalismo, al externalismo, y a corrientes derivadas

Sobre el internalismo indica que si bien destaca correctamente la creatividad individual, subestima los estímulos y coacciones sociales; por su parte, el externalismo, debido a la vaguedad de sus expresiones, puede interpretarse de varias maneras: (a) externalismo moderado o débil y (b) externalismo radical o fuerte, que a su vez pueden ser de carácter local y global.5

   la creatividad intelectual es un rasgo del cerebro, no de los grupos sociales. Éstos sólo pueden estimularla o inhibirla.
   Mario Bunge5

Es así que para Bunge, el relativismo y el pragmatismo, consecuencias lógicas del constructivismo social, implicado a su vez por el externalismo radical, forman una cadena "lógicamente impecable", pero cuyos eslabones "son falsos"; siendo éstos gruesas equivocaciones teóricas (al no concordar con la práctica de la investigación científica) y prácticas (porque "alientan la superstición y el charlatanismo", y socavan "cualquier esfuerzo por elevar el nivel cultural y aumentar el bienestar social").5 Crítica al marxismo

Mientras que acerca del marxismo resalta su carácter estrechamente economicista que infravalora el papel de la política y la cultura, el hecho de confundir lógica con ontología y la adopción del utilitarismo como ética.2

   antes de que el marxismo pudiera tener alguna utilidad, había que moderarlo y activarlo. Lo primero significa despojarlo de su tesis externalista radical de que el contexto determina el contenido, y lo segundo transformarlo de dogma en proyecto de investigación.
   Mario Bunge5

Crítica al existencialismo

Sobre el existencialismo afirma que es una "doctrina sombría" que "no sirve para pensar ni para hacer otra cosa que no sea deprimirse, destruir o destruirse." considerando a ciertos escritos de Heidegger como "disparates";nota 14 criticando sus opiniones que lo hicieron utilizable por el nazismo: su concepción del hombre como un ser angustiado y por tanto paralizado ante la nada y su afirmación de que la razón y la ciencia son despreciables y que lo único que importa es "la existencia desnuda"; argumentando que su metafísica fue una mezcla de "afirmaciones carentes de sentido (...), de perogrulladas y de falsedades"; y, que no propuso una filosofía propiamente dicha.3 Crítica a las pseudociencias Conceptualización bungeana de pseudociencia

De acuerdo a Bunge, la pseudociencia es todo campo de conocimiento que no es científico pero se publicita como tal. Además expresa que las pseudociencias son más populares que las ciencias porque "la credulidad está más difundida que el espíritu crítico, el que no se adquiere recopilando y memorizando informaciones, sino repensando lo aprendido y sometiéndolo a prueba" y que inclusive no debe sorprender que, ocasionalmente, "incluso los científicos, tecnólogos y eruditos consuman y hasta produzcan ideas y prácticas pseudocientíficas".1 2

   la pseudociencia y la pseudotecnología son versiones modernas del pensamiento mágico. Se las debe someter a examen crítico no sólo para limpiar la cultura, sino también para impedir que los curanderos limpien nuestros bolsillos. Para criticarlas no basta mostrar que carecen de apoyo empírico, ya que, después de todo, se podría creer que tal respaldo llegará en algún momento. También tenemos que mostrar que esas creencias en lo misterioso o lo paranormal son contradictorias con teorías científicas sólidamente establecidas o con principios filosóficos fértiles.
   Mario Bunge2

Crítica a la cosmología creacionista

Bunge expone que el creacionismo (tanto laico como religioso) no tiene asidero empírico y contradice todas las leyes de conservación conocidas al afirmar que el universo se creó a sí mismo o por la divinidad.2 38 Crítica a la hipótesis del gen egoísta

Respecto a la hipótesis formulada por Richard Dawkins, Bunge critica su tendencia a inferir que el genoma es lo único que importa en el desarrollo y la evolución, argumentando que los animales con mayores posibilidades son aquellos que "además de estar bien dotados genéticamente, poseen cerebros maleables que les permiten aprender pautas de conducta adaptativas".2 Crítica a aplicaciones de la teoría de juegos

Bunge considera a aplicaciones de la teoría de juegos (como a la estrategia de la disuasión nuclear, a los conflictos sociales, a la aparición de las normas sociales y morales o a la historia militar) pseudocientíficas porque simplifica las situaciones reales de manera excesiva, reduciéndolas a la confrontación de dos agentes aislados, como si no hubiera terceros y como si los dos agentes no tuvieran un futuro en común; porque los beneficios o utilidades que aparecen en la teoría general, así como en sus aplicaciones, no son objetivos ni mensurables, sino subjetivos y difíciles o imposibles de comprobar; y porque siempre es posible manipular esos números de modo tal que la solución óptima a un problema del tipo del DP sea la cooperación o la confrontación, como se prefiera.2 Crítica a la economía neoclásica Artículo principal: Crítica bungeana a la economía neoclásica

Bunge considera que al estar formulada en términos matemáticos y rigurosos la teoría de enfoque neoclásico posee una "brillante apariencia científica". Sin embargo no estudia sistemas económicos reales, ignora la historia y todas las restricciones macrosociales y no se preocupa por el medio ambiente o las generaciones por venir. Asimismo no da cuenta de la formación de los precios o el dinero, no explica la inflación o la estanflación, no predice de manera exacta las expansiones y contracciones económicas e ignora fuerzas como sindicatos, monopolios, empresas multinacionales, el Estado omnipresente y la clase dirigente militar.2 Crítica a la sociobiología

Bunge critica el intento de la socio-biología de reducir la sociología a la biología (y en particular a la genética) argumentando que los sistemas sociales tienen componentes (como las redes de transporte) y propiedades (como la organización política) que no son biológicos.2 Expone además que si toda porción de comportamiento social fuese sólo un mecanismo de supervivencia, todas las instituciones deberían estar presentes en todas las culturas y no habría prácticas sociales que constituyesen una amenaza para la vida, tales como la contaminación del ambiente, la reproducción sin límites y el militarismo.23 Crítica a la parapsicología

La crítica a la parapsicología se centra en la carencia de pruebas empíricas genuinas sobre la existencia de individuos dotados de habilidades como la telepatía, la precognición, la clarividencia o la telequinesis. Bunge argumenta además que los parapsicólogos no buscan leyes ni explicaciones físicas de lo paranormal (exponiendo una actitud semejante en los creyentes religiosos); que los fenómenos paranormales son incongruentes con algunos de los principios básicos de la ciencia o con algunos de los principios filosóficos generales que subyacen en la investigación científica; que, a diferencia de toda disciplina científica, la parapsicología no es un componente del sistema de las ciencias; y que, en el caso específico de las ondas psi, no se conoce qué ecuaciones satisfacen o no se podrían diseñar dispositivos con el fin de detectarlas.2 Crítica al psicoanálisis Artículo principal: Crítica bungeana al psicoanálisis Véase también: Críticas al psicoanálisis

Bunge ha atacado vigorosamente al psicoanálisis en numerosas oportunidades. Las razones que ha ofrecido pueden agruparse en dos tipos: razones metodológicas y pruebas empíricas. Las primeras constituyen una crítica al modo de proceder de los investigadores que han desarrollado el psicoanálisis, desde Freud hasta nuestros días. Ese modo de proceder, afirma Bunge, está reñido con los requisitos mínimos aceptados por la comunidad científica internacional para considerar que una investigación es científica. En otras palabras, los psicoanalistas no utilizan la estrategia general de indagación conocida como método científico. Las razones del segundo tipo muestran que los datos no apoyan las ideas psicoanalíticas.39 39 40 21 41 Crítica a la medicina tradicional

De acuerdo a Bunge, las medicinas tradicionales no distinguían el síntoma subjetivo del signo o indicador objetivo, no medían ninguna variable y no hacían ensayos clínicos ni disponían de estadística; además que, con excepción de ciertos consejos profilácticos y dietéticos, la medicina contemporánea no usa casi ninguno de los conocimientos de las medicinas tradicionales. En el caso de la acupuntura, centro de la terapia china tradicional, expresa que "es inútil excepto como placebo analgésico"; de la medicina hindú, que a pesar de inventar algunos procedimientos quirúrgicos notables, los aplicó sin asepsia ni anestesia, y que la farmacopea ayurvédica fue masivamente fantasiosa.1 Crítica a la medicina complementaria y alternativa

Para Bunge las medicinas alternativas manejan productos de naturaleza desconocida, aplicadas a personas no estudiadas y con efectos de tipo e intensidad desconocidos, asimismo considera que la terapias son eficaces en alguna medida debido a dos factores: el retorno espontáneo a la salud (vis medicatrix naturae) y el conjunto de efectos placebo y que las terapias alternativas son tan infundadas e ineficaces como las tradicionales.1 Medicina holística

A diferencia de la medicina contemporánea que es sistémica y analítica, para Bunge, al pretender tratar la totalidad, al holista "se le escapan las peculiaridades de todas las partes".1 Homeopatía

La crítica a la homeopatía se centra en la carencia de estudios farmacológicos que muestren la efectividad de los remedios homeopáticos y de ensayos clínicos que prueben la mejoría de los pacientes que los toman.1 Naturopatía

Entendida como componente del naturismo, que es considerado por Bunge como esencialmente un juicio de valor ("Lo natural es mejor que lo artificial"), la crítica se centra en la desregulación de la venta de productos naturales por considerarse inofensivos, teniendo como consecuencia el desconocimiento en detalle de la composición de cada producto y de los mecanismos bioquímicos que desata, acelera o retarda al ingerirse.1 Bibliografía Artículo principal: Anexo:Bibliografía de Mario Bunge

   2013: ¿Tiene porvenir el socialismo? Buenos Aires: Eudeba. Compilado junto con Carlos Gabetta. Contiene ensayos de ambos compiladores y de Josep Fontana, Antoni Domenech, Antonio Gutiérrez y Mariano Schuster.
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   2010: Las pseudociencias ¡vaya timo! Pamplona: Laetoli.
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   2009: Tratado de filosofía. Vol. II, Semántica 2: Interpretación y verdad. Barcelona: Gedisa.
   2008: Tratado de filosofía. Vol. I, Semántica 1: Sentido y referencia. Barcelona: Gedisa.
   2007: A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona: Gedisa.
   2006: 100 Ideas. El libro para pensar y discutir en el café. Buenos Aires: Sudamericana. (Compendio de artículos periodísticos).
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Notas

   Bunge sostiene que el materialismo posee axiomas apoyados de manera general por la ciencia y la tecnología contemporáneas, ya que éstas mismas investigan y modifican sólo objetos materiales (o concretos) y no reconocen objetos inmateriales, excepto en el caso de conceptos, propiedades y relaciones, de ninguno de los cuales es preciso suponer que existen por sí mismos.
   En opinión de Bunge son muy pocos los científicos que se percatan del compromiso tácito de las ciencias fácticas con el materialismo, o que se toman el trabajo de reconocerlo. Esto debido al poco interés de poner al descubierto los presupuestos propios, por el poco avance del materialismo al estar casi siempre en "manos de aficionados" o porque los materialistas convictos son "muy pronto aislados" o "se los pone en compañía indeseable".
   La exactificación, en palabras de Bunge, consiste en reemplazar la vaguedad por la precisión lo cual se logra empleando en lugar del lenguaje común, el de la matemática y la lógica. Para Bunge cualquier filosofía (que no sea completamente irracionalista o irremediablemente absurda) puede ser precisada y clarificada, es decir reformulada con el auxilio de conceptos lógicos y matemáticos.
   Bunge sostiene que las propiedades, relaciones y cambios de cada uno de los objetos materiales, son reales sólo de un modo derivado: en términos estrictos, se trata de "abstracciones" y que los sucesos en sí mismos no son reales: lo que es real es "la cosa íntegra que cambia".
   La independencia del valor de verdad o falsedad en la caracterización de campo cognitivo que emplea Bunge, permite incluir dentro de este conjunto campos como la lógica, la teología, la astrología, la parapsicología, y así sucesivamente.
   Según Bunge, indicar que un acto o pauta de conducta es inmoral implica pretender imponer el propio código moral.
   Para Bunge las tres principales opiniones sobre la naturaleza del espacio y del tiempo son:
       Son un contenedor dentro del cual las cosas "juegan su comedia", mientras que él está fijo.
       Son la materia primera con la que se hace cualquier objeto del mundo físico.
       No existen en sí mismos, si no que tienen existencia relacional.
   Una mala comprensión de la famosa fórmula de Einstein dirige a interpretaciones como que la sustancia básica de que el mundo está hecho es "materia-energía".
   Bunge considera justo dejar constancia de que la escuela humanista tenía razón en que un cerebro altamente evolucionado, o "espíritu", coloca a los seres humanos en una categoría muy especial que hace insuficiente a la biología para explicar la naturaleza humana.
   Para Bunge una de las razones por las que los psicólogos "no tienen en cuenta" a los filósofos radica en que la mayoría de éstos últimos sólo se mueven en el campo de la psicología popular.
   Bunge establece un decálogo al que se ajusta el estudiante consciente:
       Comprender, anotando las ideas principales, dibujando diagramas y resolviendo problemas.
       Asociar los aprendido con ideas análogas o conexas.
       Recordar sólo lo esencial.
       Analizar cada paso importante.
       Repasar periódicamente.
       No perder nunca la oportunidad de aprender y de enseñar.
       Resolver los problemas por cuenta propia
       Acostumbrarse a escribir y dibujar
       Estudiar en casa o en la biblioteca
       Colaborar con la escuela.
   Conceptos como memoria colectiva, voluntad del pueblo, mercado y "la situación" son considerados por Bunge como evidencia de una "contaminación holística".
   Bunge manifiesta que para que aparezca un conflicto dentro de un sistema o entre dos sistemas, "éstos deben, para empezar, existir". Y los sistemas surgen gracias a la cooperación (mayormente involuntaria). Por lo que, la existencia misma de los sistemas muestra que "la cooperación es dominante o lo fue en algún momento".
   Bunge considera como "disparates" escritos de Heidegger como: "el mundo mundea", "la nada nadifica", "la palabra es la morada del ser", "el tiempo es la maduración de la temporalidad" y "la esencia de la libertad es la verdad"

Referencias

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   Bunge, M.: Las pseudociencias, ¡vaya timo!, Laetoli, Pamplona, 2010, p. 47: «El existencialismo rechaza la lógica y, en general, la racionalidad; adopta una ontología extremadamente superficial, casi ininteligible e incluso ridícula; y no necesita semántica, epistemología o ética. No sorprende que haya carecido de impacto alguno en la ciencia (excepto, de forma indirecta y negativa, por su degradación de la razón y su apoyo al nazismo).»
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   Bunge, M.: Crisis y reconstrucción de la filosofía, Gedisa, Barcelona, 2002, p. 50: «Los llamados posmodernos se limitan a hacer afirmaciones, mientras más herméticas y menos fundamentadas mejor.» Véanse también pp. 189-190.
   Bunge, M.: Crisis y reconstrucción de la filosofía, Gedisa, Barcelona, 2002, pp. 154 y ss.
   Bunge, Mario (2011). Ciencias sociales en discusion. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina. ISBN 9500739666. «Las "teóricas feministas" nos piden que creamos que la filosofía, la matemática, la ciencia y la tecnología han estado hasta ahora "cargadas de género" y que, además son herramientas de la dominación masculina. Desde luego, no ofrecen prueba alguna a favor de su tesis, presumiblemente porque la preocupación por la verdad objetiva es androcéntrica.»
   Bunge, Mario (2011). Ciencias sociales en discusion. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina. ISBN 9500739666. «la ciencia femenina es tan inexistente como la ciencia aria; lo que pasa por tal es sólo una superchería académica. Lo mismo la filosofía feminista: la genuina filosofía es tan asexuada como la matemática y la ciencia auténticas.»
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Enlaces externos

   Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Mario Bunge.

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   McGill.ca (página de Mario Bunge en la Universidad McGill).
   Sitio web dedicado a la discusión de la obra de Mario Bunge.
   Theory and History of Ontology
   Web Mario Bunge in honoris
   Web no oficial dedicada a Mario Bunge
   Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 1982
   Art. de Bunge "La ética de la ciencia y la ciencia de la ética", en libro "La ética en la encrucijada"

Predecesora: María Zambrano Prince of Asturias Foundation Emblem.svg 2º Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 1982 Sucesor: El País Categorías:

   Nacidos en 1919
   Argentinos de ascendencia alemana
   Alumnado de la Universidad Nacional de La Plata
   Ensayistas de Argentina
   Filósofos de Argentina
   Filósofos de la ciencia
   Humanistas
   Epistemólogos de Argentina
   Escépticos
   Físicos de Argentina
   Profesores de la Universidad de Buenos Aires
   Profesores de Argentina
   Profesores de la Universidad Nacional de La Plata
   Doctores Honoris Causa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
   Doctores Honoris Causa por la Universidad de Salamanca
   Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades
   Ateos de Argentina
   Miembros de la Royal Society of Canada
   Polímatas
   Porteños
   Emigrantes argentinos hacia Canadá
   Beca Guggenheim

Wikipedia c. 2008, many interesting aspects not dealt with in the 2015 version

Mario Augusto Bunge es un físico, filósofo de la ciencia y humanista argentino; destacado defensor del realismo científico y de la filosofía exacta. Es conocido por expresar públicamente su postura contraria a las pseudociencias, entre las que incluye al psicoanálisis y la homeopatía, además de sus contundentes críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo, la fenomenología, el posmodernismo, la hermenéutica y el feminismo filosófico.

Contenido

1 Biografía

2 Sus intereses

3 Sobre sus libros

4 Su enfoque filosófico: generalidades

5 El realismo científico de Mario Bunge

5.1 Realismo ontológico

5.2 Realismo gnoseológico

5.3 El realismo semántico

5.4 Realismo metodológico

5.5 Realismo axiológico

5.6 Realismo moral

5.7 Realismo práctico

6 El sistemismo

7 La crítica de Mario Bunge al psicoanálisis

7.1 El psicoanálisis contiene hipótesis irrefutables

7.2 Carece de consistencia externa

7.3 Dualismo mente-cerebro

7.4 El psicoanálisis no somete sus ideas a control empírico

8 Libros de Mario Bunge en español

9 Libros recientes en inglés

10 Otras publicaciones

11 Trabajos sobre la obra de M. Bunge

12 Notas

13 Enlaces externos

13.1 Sitios web con páginas dedicadas a M. Bunge

13.2 Entrevistas

13.3 Escritos de M. Bunge disponibles online

Biografía  

Bunge nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1919. Interesado en la filosofía de la física, Bunge comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata, graduándose con un doctorado en ciencias físico-matemáticas en 1952. El tema de su tesis doctoral versó sobre Cinemática del electrón relativista.

Allí, y en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor de física teórica y filosofía desde 1956 hasta 1963 cuando, insatisfecho con el clima político de su país, tomó la decisión de emigrar.

Por unos pocos años enseñó en universidades de México, EE. UU. y Alemania. Finalmente, en 1966 se instaló en Montreal (Canadá), donde enseña en la Universidad McGill desde entonces, ocupando la cátedra Frothingam de lógica y metafísica (es Frothingham Professor of Logic and Metaphysics).

Tal vez su obra más importante sean los ocho tomos de su Tratado de filosofía (Treatise on Basic Philosophy).

Mario Bunge ha sido honrado con dieciséis doctorados honoris causa otorgados por instituciones como la Universidad de Salamanca (España) en 2003, la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y la Universidad de Buenos Aires (Argentina) en 2008. También recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1982.

Sus intereses  

Son tan diversos como amplia su obra, que se sitúa en la intersección de la filosofía con la ciencia y abarca la filosofía general (semántica, ontología, gnoseología, metodología de la investigación, praxiología y ética) así como aplicada (física, biología, psicología y ciencias sociales), sin eludir consideraciones sobre la filosofía de la lógica y la matemática como fundamento no solo del quehacer científico sino también filosófico. En relación con ello, es fundador de la Sociedad para la Filosofía Exacta,[1] que procura, precisamente, emplear solamente conceptos exactos, definidos mediante la lógica o la matemática. Intenta combatir de esa manera la ambigüedad y la imprecisión características de otros estilos filosóficos, entre ellos el fenomenológico, el postmoderno (especialmente el hermenéutico) y provoca (a la vez que estimula) el tratamiento de problemas no triviales como contraste con la gigantesca producción filosófica libresca que interpreta recursivamente las opiniones de otros filósofos o que juega con objetos ideales o mundos posibles.

Su posición crítica está balanceada por sus aportes originales y por el planteamiento de caminos de reconstrucción filosófica.

Sobre sus libros 

La ciencia, su método y su filosofía (1960), obra en la que introduce de manera sintética las bases del método científico, ha llegado a ser un clásico en su género. Pero si se desea obtener una perspectiva profunda de su concepción filosófica sin pasar por el extenso Treatise, posiblemente la opción más recomendable sea su manual La investigación científica, publicado por primera vez en inglés en 1967, cuya traducción ha sido reimpresa con correcciones por Siglo XXI Editores (México, 2000).

Sin duda, la obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el magno Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo ciclópeo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente en los problemas que suscita el conocimiento científico.

La semántica (de la ciencia) está tratada en los primeros dos tomos (Semantics 1. Sense and Reference y Semantics 2. Interpretation and Truth) y la ontología en los siguientes dos (Ontology 1. The Furniture of the World y Ontology 2. A World of Systems).

La gnoseología ocupa los tres volúmenes posteriores (Epistemology and Methodology 1. Exploring the World, Epistemology and Methodology 2. Explaining the World y Epistemology and Methodology 3. Philosophy of Science and Technology).

Finalmente, el volumen 8 del Tratado se ocupa de la ética (Ethics. The Good and the Right). Su rigor metodológico, producto del uso de herramientas formales (lógico-matemáticas), su originalidad y su mencionado carácter sistémico hacen del Treatise uno de los emprendimientos filosóficos más ambiciosos de los últimos siglos. A pesar ser uno de los trabajos filosóficos más importantes escritos por un filósofo hispano en el siglo XX, el Tratado ha debido esperar más de 20 años para (comenzar a) ser traducido al castellano, tarea que lleva adelante la prestigiosa Editorial Gedisa.

Su enfoque filosófico: generalidades  

La concepción filosófica de Bunge puede describirse, tal como él mismo lo ha hecho en varias ocasiones, recurriendo a una conjunción de varios "ismos", de los cuales los principales son el realismo, el cientificismo, el materialismo y el sistemismo.[2] [3]

El realismo científico de Bunge abarca los aspectos ontológicos (las cosas tienen existencia independientemente de que un sujeto las conozca), gnoseológicos (la realidad es inteligible) y éticos (hay hechos morales y verdades morales objetivas) de su pensamiento. El cientificismo es la concepción que afirma que el mejor conocimiento sobre la realidad es el que se obtiene a través de la aplicación del método de investigación científica. El materialismo sostiene que todo lo que existe es material, o sea materia y energía. El sistemismo, finalmente, es la perspectiva de que todo lo que existe es un sistema o parte de un sistema.

A este cuarteto hay que añadir dos ismos más. El emergentismo, que está asociado al sistemismo, y se caracteriza por la tesis de que los sistemas poseen propiedades globales, sistémicas o emergentes que sus partes componentes no poseen y son, por tanto, irreducibles a propiedades de niveles de organización inferiores. Y el agatonismo, la concepción bungeana de la ética, que se guía por la máxima «Disfruta de la vida y ayuda a otros a vivir una digna de ser disfrutada» y supone que a cada derecho le corresponde una obligación y viceversa.[4]

El realismo científico de Mario Bunge  

Como casi todas sus demás posiciones filosóficas, el realismo bungeano es franco y audaz, especialmente si se tiene en cuenta la difusión de los escepticismos de diverso cuño en las últimas décadas. Como otros autores, Bunge distingue tres matices de realismo, uno ingenuo, otro crítico y uno científico. El realismo bungeano es de este último tipo y se caracteriza por ser una conjunción de siete tesis realistas que abarcan prácticamente todo su pensamiento filosófico, de allí que también le valga el nombre de realismo integral. Más importante aún es que estos diferentes aspectos del realismo bungeano se encuentran enlazados entre sí por diversas relaciones, de tal modo que constituyen un sistema. De allí que Bunge llame también hilorrealismo (o hylerrealismo, del griego hyle, material, materia) a su especial versión del realismo científico, porque siempre va de la mano de la tesis ontológica materialista. Además, y como veremos más adelante, el hilorrealismo bungeano también es sistemista (tanto en lo ontológico como en lo gnoseológico) y emergentista.

Hay, sin embargo, algunos ámbitos en los que Bunge defiende posiciones diferentes al realismo. En filosofía de la matemática, por ejemplo, opta por un ficcionismo moderado,[5] en la estética lo considera solo una corriente más o, incluso, una perspectiva conservadora, y en política (“Realpolitik”) lo rechaza de plano por considerarlo otro nombre para el cinismo político.[6]

Los aspectos en que Bunge profesa el hilorrealismo científico, uno de los ejes principales de su vasta obra, son: (i) ontológico, (ii) gnoseológico, (iii) semántico, (iv) metodológico, (v) axiológico, (vi) moral y (vii) praxiológico.[7]

Antes de pasar a describir los diferentes aspectos del realismo científico de Bunge, conviene advertir al lector que, tal como lo sugieren los párrafos siguientes, se trata de una concepción muy alejada del realismo "ingenuo" o de sentido común, tan alejada como lo puede estar la ciencia del conocimiento ordinario. Según Bunge, la ciencia describe y explica (a) aspectos seleccionados de los hechos que le interesan y (b) lo hace de manera simbólica (no pictórica). Más aún, para esta tarea resultan fundamentales las teorías científicas, que no se refieren a los hechos reales directamente, sino que lo hacen de una manera elíptica, indirecta, puesto que siempre hay de por medio un modelo más o menos idealizado de esos hechos. En resumen, el realismo científico es tal porque consigue "captar" ciertos aspectos objetivos de la realidad que nos rodea, en particular las relaciones invariantes [descritas, típicamente, de manera matemática por enunciados legales (o leyes)] entre variables que describen de manera simbólica (habitualmente cuantificada) aspectos seleccionados de clases de hechos que resultan de interés científico.[8]

Realismo ontológico  

Bunge sostiene que el mundo es exterior a la mente del sujeto, y existe por sí mismo. En consecuencia, se opone al idealismo ontológico, es decir la escuela que sostiene que lo único existente son los contenidos de la mente del sujeto. El realismo ontológico también se opone al constructivismo, que sostiene que la realidad es una "construcción social". Queda bien claro, pues, que Bunge distingue entre las cosas (objetos reales o concretos) y lo que a ellas les acontece (hechos), por un lado, y las ideas (objetos conceptuales) entre las que se cuentan los datos, hipótesis, modelos y teorías científicas que tratan acerca de los hechos, por otro. El autor ofrece dos tipos argumentos a favor del realismo ontológico, pero aclara que la ciencia no prueba la existencia de la realidad, sino que, y lo considera más importante aún, la da por supuesta. Por un lado, están los argumentos que podríamos llamar generales, por otro, los provenientes de las ciencias particulares. De los primeros, dice, el más difundido es el del éxito de la ciencia y la tecnología. Ambos tipos de éxito (uno gnoseológico y otro pragmático) constituyen un indicio de que “allí fuera” hay algo más que nuestras ideas, pero la posibilidad de percibir o manipular los objetos que nos rodean, no nos ofrecen argumentos convincentes contra el antirrealismo. El argumento general más importante, afirma Bunge, tal vez sea el que ve en el error un indicador de la existencia de un mundo independiente. La razón que ofrece es que un subjetivista podría explicar fácilmente por qué los científicos aciertan: porque construyen el mundo (fenoménico). En cambio, ¿cómo explicará un subjetivista las discrepancias entre las teorías o hipótesis y los datos?.[9] [10] Los argumentos de las ciencias particulares provienen de cuatro campos: física, biología, neurociencia cognitiva e historia. La física muestra la existencia de cosas concretas porque todas sus leyes fundamentales, entre ellas la segunda ley del movimiento de Newton, son invariantes respecto de ciertos cambios en el marco de referencia. En particular, un cambio de observador no modifica la descripción que ofrece la ley. La biología apoya al realismo al afirmar que todo organismo necesita nutrientes y energía (externos) para subsistir y desarrollarse y comenta Bunge que eso incluye “a las bacterias y los filósofos subjetivistas”. El argumento neurocientífico se basa en el descubrimiento de que el cerebro necesita estímulos externos para desarrollarse normalmente, tal como han mostrado experimentalmente los premios Nobel Hubel y Wiesel. Finalmente, el argumento que surge de la historia es el siguiente. Las ciencias históricas dan por sentado el pasado, es decir, suponen que su estudio no permite modificarlo.[11]

Realismo gnoseológico  

Esta posición, que presupone al realismo ontológico, se compone de dos tesis: (a) que la realidad es cognoscible (o sea, que puede describirse y comprenderse), (b) que nuestro conocimiento de ella no es perfecto y (c) que ese imperfecto conocimiento puede mejorarse. Más precisamente, la tesis (b) puede subdividirse en tres subtesis: el conocimiento fáctico es incompleto, indirecto y falible. De tal modo, se opone a los escepticismos más o menos radicales, lo que incluye diversos relativismos y al fenomenismo. La tesis (b) distingue al realismo bungeano del realismo ingenuo, que no reconoce problema alguno en el acto de conocer.

La incompletitud de nuestro conocimiento de la realidad radica en que ese conocimiento siempre se construye sobre aspectos seleccionados de los hechos de interés. En otras palabras, las variables que se tienen en cuenta para describir un hecho son solo algunas de las muchas posibles, más precisamente aquellas que se consideran pertinentes para la descripción general, explicación y predicción del hecho dado. En consecuencia, el conocimiento científico es abierto y no puede ser completo. Así, por ejemplo, un pión se describe por medio de su masa, de su vida media y del hecho de que generalmente se desintegra dando lugar a dos fotones gama,[12] no de todas las variables posibles.

El conocimiento científico tampoco es directo. La razón de ello es que las teorías científicas (una vez interpretadas) se refieren de manera inmediata a un modelo idealizado del sistema cuyo comportamiento se pretende describir, explicar y predecir, no a la realidad. Las teorías solo se refieren de manera mediata o indirecta a los hechos. Así pues, en ecología, el modelo de Lotka-Volterra describe el comportamiento de un sistema de dos especies (competidoras o predador y presa) en un entorno constante, lo cual constituye una idealización. Los sistemas ecológicos son mucho más complejos que lo supuesto por el modelo y, por lo general, en ellos el entorno dista de ser constante.[13] De modo semejante, una importante parte de la realidad estudiada por las ciencias es inobservable, ya sea por nuestras limitaciones tecnológicas actuales o en principio. El paleontólogo, por ejemplo, nunca ve los animales extinguidos que estudia, por no mencionar su comportamiento. Solo tiene contacto directo con algunos fósiles y otros vestigios. Tanto la anatomía como la fisiología y el comportamiento de los organismos paleobiológicos tienen que ser reconstruidos por medio de una compleja trama epistémica en la que se entretejen el conocimiento previo, la experiencia, la razón y la imaginación de los investigadores.

Finalmente, la falibilidad del conocimiento científico viene dada por la imposibilidad de verificar o refutar de manera concluyente las teorías científicas. Por un lado, está el problema de la inducción y la falacia de afirmación del consecuente, popularizados principalmente por Karl Popper. Estos conocidos problemas impiden la verificación definitiva. Por otro lado, la ineludible intervención de supuestos metafísicos e hipótesis subsidiarias y auxiliares en las puestas a prueba, elimina la posibilidad de alcanzar tanto verificaciones como refutaciones concluyentes. No hay más que echar un vistazo a la historia de la ciencia para advertir que la mayoría de las teorías científicas acaban mostrando que son erróneas en alguna medida. Pero Bunge no deja solo al falibilismo, una posición escéptica, sino que lo complementa con un “ismo” optimista, la tesis (c) o meliorismo, es decir la idea de que las hipótesis y teorías científicas pueden mejorarse. En otras palabras, el meliorismo sostiene que esas ideas científicas parcialmente erróneas pueden corregirse para aproximarlas más a la verdad[14] (la tesis meliorista también es parte del realismo semántico, como veremos a continuación).

El realismo semántico  

El realismo semántico está compuesto por tres tesis: (a) que algunas proposiciones tratan de hechos (y no solo de ideas), (b) que algunas de esas proposiciones fácticas son aproximadamente verdaderas y (c) que toda aproximación a la verdad es perfectible. La tesis (a), sobre la referencia de las proposiciones científicas, se apoya en toda una teoría de la referencia desarrollada por Bunge en el primer volumen de su célebre “Tratado de filosofía”. Los referentes genuinos de una teoría (sistema hipotético deductivo de proposiciones) se descubren identificando los predicados fundamentales de esa teoría, analizándolos y mostrando cuál es su papel en las leyes de la teoría. Solo se considerarán referentes genuinos de la teoría aquellos hechos descritos por variables incluidas en las leyes de la teoría de interés.[15] Así, por ejemplo, la aplicación de esta teoría a la mecánica cuántica indica que esta no se refiere a sujetos de ningún tipo (pues no aparecen en sus leyes) y que la interpretación de Copenhague de la misma es errónea.[16] La tesis (b) se afirma en la teoría de la verdad como correspondencia, a la que Bunge considera en el camino correcto, aunque de momento vaga, incompleta en tres aspectos: (1) en lo referente a las proposiciones negativas y generales, (2) porque no hace lugar a las verdades parciales y (3) porque no tiene en cuenta la importancia de la coherencia externa (o sistemicidad) de las proposiciones.[17] Pero quizá lo más sorprendente de la teoría de la verdad de Bunge es que los valores de verdad de las proposiciones solo emergen con la puesta a prueba. Es decir, las proposiciones no poseen un valor de verdad inherente, sino que este les es atribuido tras las comprobaciones pertinentes y puede cambiar en el curso de la investigación: “…una pizca de constructivismo se justifica respecto de los constructos…”.[18] Finalmente, la tesis (c), también llamada “meliorismo” ya fue comentada en el punto (ii).

Realismo metodológico  

El realismo metodológico posee dos componentes: el cientificismo y la exigencia de controlar empírica y racionalmente las ideas sobre la realidad. El cientificismo en versión bungeana (diferente de la de Hayek o Habermas, por ejemplo) es la tesis de que la estrategia más eficaz para "explorar el mundo" es el método científico. Esta afirmación o, mejor dicho, el énfasis de la misma, distingue al realismo bungeano de otros realismos críticos que no ven en el método científico la única herramienta cognitiva posible o una particularmente que resulte ventajosa. Por otra parte, su cientificismo le ha valido a Bunge numerosas acusaciones de “positivista” provenientes, principalmente, del campo de las humanidades.

En cuanto al método científico, otro tema central en gran parte de las obras es este autor, se trata de una estrategia general de adquisición de conocimiento sobre la realidad que involucra tanto la experiencia, como la razón y la imaginación. Los ejes principales de su práctica son, sin duda, las teorías fácticas, es decir los sistemas hipotéticos deductivos de proposiciones con los cuales los científicos intentan describir, explicar y predecir el comportamiento de los sistemas en los que están interesados. Un aspecto importante del método es que esas teorías no surgen únicamente de la experiencia por medio de procedimientos inductivos. En el desarrollo de las ideas científicas interviene de manera esencial la creatividad del científico, pues sus conjeturas acerca de aspectos no observables de la realidad ocupan un lugar central en la construcción del conocimiento científico y esas conjeturas, son producto en buena parte de la imaginación, aunque desde luego, no de la imaginación descontrolada, sino guiada y constreñida por el conocimiento antecedente y diversas consideraciones metodológicas. Las proposiciones conjeturadas y controladas desde su nacimiento por la coherencia externa (sistemicidad o compatibilidad con el conocimiento científico disponible) luego tienen que ser puestas a prueba contrastándolas con los datos empíricos provenientes de observaciones o experimentos. Esta contrastación es global, es decir que no afecta solo a una proposición sino a toda una teoría y, además, de requiere hipótesis auxiliares que relacionen lo observable con lo inobservable. En otras palabras, las comprobaciones afectan a las teorías como totalidades (incluidos sus diversos supuestos) y requieren, además, la utilización de hipótesis indicadoras. Un aspecto central del realismo metodológico de Bunge es que no se contenta con la descripción de regularidades o incluso de leyes, sino que demanda que tales regularidades sean explicadas por medio de la descripción de los mecanismos (procesos específicos) de los que surgen esas regularidades. Bunge ha llamado a este modelo de explicación científica, “explicación mecanísmica”.

Realismo axiológico  

El realismo axiológico sostiene la existencia de valores objetivos: aquellos que están arraigados en necesidades biológicas y sociales. En consecuencia, estos valores pueden defenderse (y atacarse) de manera racional y con ayuda del conocimiento científico pertinente. Son valores objetivos la salud, el conocimiento, la seguridad, la intimidad y la paz, entre otros. Como esta lista deja ver, no se trata de valores absolutos, sino que en ocasiones pueden surgir tensiones o conflictos entre ellos. Por ejemplo, la intimidad y la seguridad no siempre son igualmente compatibles. Bunge distingue entre valores individuales (como la libertad) y sociales (como la seguridad) y entre primarios y secundarios. Un valor primario es aquel que contribuye a satisfacer una necesidad básica, en tanto que uno secundario es el que contribuye a la satisfacción de un interés legítimo (vale decir, uno que no impide a otros la satisfacción de una necesidad básica). Bunge rechaza la eventual acusación de cometer una “falacia naturalista” (la de confundir el ser con el deber ser) aduciendo que si bien el ser y el deber ser son diferentes, la brecha entre ellos puede cruzarse y de hecho se cruza cada día por medio de la acción: cada vez que realizamos una acción porque la consideramos un deber. El papel de la acción como puente entre el ser y el deber ser sugiere un aspecto ingenieril de la ética: una buena regla moral es, además de otras cosas, eficiente en la consecución del fin que se propone [v%C3%A9ase el punto (vii), más abajo]. Las condiciones o criterios de evaluación de una teoría ética también han sido elaborados por Bunge en diferentes trabajos y son: consistencia interna y externa, capacidad para explicar códigos morales viables y utilidad para la realización de reformas sociales proilustradas, para el análisis de conceptos y principios morales, así como para la identificación, tratamiento y resolución de problemas morales.[19]

Realismo moral  

El realismo moral afirma que (a) hay hechos morales, así como (b) afirmaciones morales verdaderas (y falsas). Un hecho moral se define como un hecho que impone un problema moral a una persona en una cultura determinada. Un problema moral es el que requiere de la invención o aplicación de una regla moral para su resolución. Además, una proposición moral es verdadera si al ser llevada a la práctica ayuda a “mitigar la miseria” o si se deriva de algún principio moral de nivel superior. (En el caso de la ética bungeana o “agatonismo” este principio es Disfruta de la vida y ayuda a otros a vivir.) Esta dependencia de un principio moral superior hace que las verdades morales sean relativas (o contextuales o situacionales), lo que las distingue de las verdades morales absolutas predicadas, por ejemplo, por Tomás de Aquino. Sin embargo, esta relatividad de las verdades morales no es la de los relativistas, pues hay ciertos principios, derechos y deberes que todos los códigos morales comparten. .[20]

Realismo práctico  

Finalmente, el realismo práctico consiste en la tesis de que hay pares medios-fines objetivos, es decir que hay medios objetivamente más eficientes que otros para lograr un determinado fin. Sin embargo, puesto que nuestras acciones pueden afectar a terceros, no podemos guiarnos solo por la búsqueda de la eficiencia, sino que también debemos tener en cuenta las consecuencias previsibles de tales acciones. En consecuencia, para ser íntegramente realista, el realismo práctico tiene que someterse a un principio de responsabilidad. Un aspecto importante del realismo práctico es que presupone los realismos ontológico, semántico y gnoseológico. Al incluir el principio de responsabilidad, el realismo práctico también supone el realismo moral.[21]

El sistemismo  

La concepción sistemista de Mario Bunge, si bien divisible en 10 tipos de sistemismo,[22] tiene dos aspectos principales, uno ontológico y otro gnoseológico. El sistemismo ontológico que Bunge defiende postula que el mundo es un sistema de sistemas, es decir que toda cosa concreta es un sistema o un componente de algún sistema. Un sistema es, en efecto, un objeto complejo estructurado, cuyas partes están relacionadas entre sí por medio de vínculos (estructura) pertenecientes a un nivel determinado. Además, los sistemas se caracterizan por poseer propiedades globales (emergentes o sistémicas) que sus partes componentes no poseen.[23] Por ejemplo, en el nivel microfísico, un átomo es un sistema compuesto por protones, neutrones y electrones vinculados por fuerzas físicas (nucleares y electromagnéticas). Una sociedad humana, en cambio, es un sistema compuesto por personas y diversos subsistemas sociales unidos entre sí por vínculos de varios tipos: biológicos, políticos, económicos, etc.

Una consecuencia gnoseológica del sistemismo ontológico de Bunge es que para conocer un sistema, sea este físico, químico, biológico, psicológico o social, resulta conveniente aplicar el enfoque CESM. En otras palabras, la investigación de un sistema concreto requiere la construcción de un modelo que consiste en la descripción de la composición (C), el entorno (E), la estructura (S) y el mecanismo (M) del sistema.[24]

La composición de un sistema es la colección de sus partes (protones, neutrones y electrones en el sistema atómico; personas, empresas, clubes y barra de amigos en el sistema social) y se las llama componentes.

El entorno es la colección de cosas que modifican a los componentes del sistema o que resultan modificados por ellos, pero que no pertenecen a la composición (fotones que excitan al átomo de interés y el trigo que el hombre convierte en pan).

La estructura es la colección de relaciones o vínculos que establecen los componentes. Los vínculos que se dan entre los componentes de un sistema constituyen la endoestructura, mientras que los establecidos entre los componentes y elementos del entorno conforman la exoestructura del sistema.

El mecanismo es la colección de procesos que se dan dentro de un sistema y que lo hacen cambiar en algún aspecto (el mecanismo de radiación electromagnética de un átomo es un proceso en el que un electrón cambia de estado de energía, el comercio es un mecanismo económico de los sistemas sociales humanos). Más precisamente, si bien el conocimiento de un sistema concreto radica en la descripción de los cuatro aspectos mencionados, la explicación científica del comportamiento del mismo la brinda la descripción de su(s) mecanismo(s), es decir de los procesos de los cuales resultan la emergencia, la estabilidad, el cambio y la desintegración de un sistema.

Puesto que un sistema se caracteriza por poseer propiedades que sus componentes no poseen (vale decir, propiedades globales o emergentes), el sistemismo de Bunge es también emergentista. En otras palabras, la ontología bungeana es monista con respecto a la sustancia y pluralista respecto de las propiedades. Dicho de otro modo, todo lo que existe es material, pero las propiedades de los existentes son diversas: las hay físicas, químicas, biológicas, psicológicas y sociales. Estas propiedades emergentes de los sistemas materiales (o concretos) permiten distinguir diferentes niveles ontológicos (físico, químico, biológico, etc.) relacionados por una multitud de procesos, pero irreducibles unos a otros.

La crítica de Mario Bunge al psicoanálisis  

Bunge ha atacado vigorosamente al psicoanálisis y a la psicoterapia en numerosas oportunidades. Las razones que ha ofrecido pueden agruparse en dos tipos: razones metodológicas y pruebas empíricas. Las primeras constituyen una crítica al modo de proceder de los investigadores que han desarrollado el psicoanálisis, desde Freud hasta nuestros días. Ese modo de proceder, afirma Bunge, está reñido con los requisitos mínimos aceptados por la comunidad científica internacional para considerar que una investigación es científica. En otras palabras, los psicoanalistas no utilizan la estrategia general de indagación conocida como método científico. Las razones del segundo tipo muestran que los datos no apoyan las ideas psicoanalíticas.[25] [26] [27] [28] Bunge considera que el psicoanálisis es una pseudociencia.[29]

Las razones metodológicas que Bunge ofrece pueden resumirse así:

El psicoanálisis contiene hipótesis irrefutables  [editar]La ciencia intenta describir y explicar cómo es el mundo y lo hace a través de datos, hipótesis, modelos y teorías. Los científicos ponen a prueba sus ideas (hipótesis, modelos y teorías) acerca de la realidad utilizando dos tipos principales de control: el más conocido de ellos es el control empírico, vale decir la puesta a prueba de las ideas por medio de datos empíricos.[30]

Para poder ser sometida a contrastación empírica una idea debe ser refutable. Es decir, ha de ser posible imaginar un dato empírico que, si resultase verdadero, refutaría la idea en cuestión. Pues bien, una de las críticas al psicoanálisis más difundidas —y que Bunge comparte— es que gran parte de sus hipótesis son irrefutables. Estas hipótesis están formuladas de tal modo que, por principio, no puede haber datos que las pongan en entredicho. Bunge provee el ejemplo de la hipótesis del contenido sexual —manifiesto o latente— de los sueños.[31]

Esta hipótesis es irrefutable porque si un sueño determinado contiene elementos sexuales está claro que la hipótesis se confirma. Pero también ocurre que cuando el sueño no contiene ningún elemento sexual ostensible, el psicoanalista lo da por supuesto y justifica su actitud recurriendo al supuesto de que el contenido sexual está latente. Desde luego, lo latente es muy difícil de registrar empíricamente.

Otro ejemplo es el de la atracción sexual de los niños por los padres del sexo opuesto y la correspondiente represión. Para el psicoanálisis, sostiene Bunge, tanto da que uno haga A o B. Si hace A, es prueba de que se siente atraído sexualmente por, digamos, su madre. Si hace B, no significa que la atracción no exista, simplemente está reprimida. Claramente, la latencia y la represión funcionan inmunizando contra la experiencia a las hipótesis del contenido sexual de los sueños y la atracción por el padre del sexo opuesto respectivamente. O sea, no hay ningún dato imaginable que pueda refutar estas hipótesis psicoanalíticas.

Carece de consistencia externa  [editar]Contra lo que suele pensarse, la principal crítica de Bunge al psicoanálisis no es que éste sea irrefutable (la crítica de, por ejemplo, Karl Popper), sino que, a diferencia de las disciplinas científicas genuinas, el psicoanálisis no cumple el importante requisito de consistencia externa. Las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos. La intensidad de estas interacciones, obviamente, varía según los campos de los cuales se trate, pero hay un mínimo: las ideas científicas tienen que ser compatibles (consistentes, congruentes) con el grueso del conocimiento confiable pertinente.

El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental y la neurociencia cognitiva). Más aún, el psicoanálisis no es congruente con las ideas desarrolladas por estas disciplinas. Según Bunge, la biopsicología (término con el que engloba las disciplinas científicas mencionadas) no ha hallado nada que pueda apoyar al psicoanálisis, sino que más bien ha provisto información que lo contradice (por ejemplo, que los niños no tienen su órgano sexual más importante —el cerebro— lo suficientemente desarrollado como para experimentar los deseos que el psicoanálisis les atribuye).

Dualismo mente-cerebro  [editar]Para Bunge, el problema señalado en el punto 2 se debe, en parte, a un supuesto ontológico equivocado del psicoanálisis: el dualismo mente-cerebro. Esta tesis ontológica afirma que cerebro y mente son cosas separadas y está presupuesta por los estudios psicoanalíticos y la práctica psicoterapéutica. Tal presuposición sale a la luz al analizar cómo investigan los psicoanalistas y descubrir que no se interesan por estudiar los mecanismos cerebrales que subyacen a la conducta humana (y que, en cambio, están siendo estudiados con gran éxito por las neurociencias). De igual modo, el intento de la psicoterapia de tratar las enfermedades mentales sólo mediante palabras traiciona el mencionado dualismo.

Desde luego, para Bunge la mente no es algo separado del cerebro. Más precisamente, la tesis que defiende es la de la identidad psiconeural, la cual es, según el autor, uno de los presupuestos de la investigación científica de la mente humana. En otras palabras, la tesis ontológica de la identidad psiconeural es un presupuesto de la investigación neurocientífica: eso que llamamos mente no es una sustancia sino que se trata de una propiedad que emerge cuando se "encienden" ciertos subsistemas neuronales. O sea, la mente es una propiedad emergente del cerebro de ciertos animales "superiores", entre ellos el animal humano. No es que el cerebro cause la mente (en cuyo caso serían dos cosas diferentes), sino que la mente ES el cerebro en funcionamiento.

El psicoanálisis no somete sus ideas a control empírico  [editar]Aunque algunas de las hipótesis fundamentales del psicoanálisis son irrefutables, vale decir, inmunes a los ejemplos desfavorables, también contiene hipótesis que sí pueden ponerse a prueba. A pesar de ello, sus practicantes no se ocupan de contrastarlas empíricamente. Por ejemplo, los psicoanalistas no utilizan la estadística para cuantificar objetivamente los efectos de sus tratamientos y tampoco realizan experimentos para averiguar si es cierto que los bebés pueden experimentar deseo sexual.

Según Bunge, esta falta de control muestra que la "teoría" psicoanalítica no es concebida por sus cultores como un cuerpo de ideas falibles que deben ser controladas (tanto conceptual como empíricamente) para conocer cuál es su valor de verdad. En otras palabras, el psicoanálisis no es un cuerpo de conocimientos científicos.

Con respecto a las pruebas empíricas desfavorables, Bunge destaca, por ejemplo, que los estudios de Michael Rutter han mostrado que los seres humanos no quedamos marcados para siempre por los recuerdos de la niñez, sino que, antes bien, somos bastante resilientes a las vivencias de esa etapa y que nos desarrollamos y reconstruimos toda la vida. Con respecto a la famosa hipótesis del complejo de Edipo (su versión femenina, el complejo de Electra), el argumento reconstruido por Bunge es así:

deseo sexual infantil

atracción del niño hacia padres y hermanos

tabú del incesto como construcción social

represión del deseo que se acumula en el inconsciente

manifestación de la represión como odio al padre (Edipo) o a la madre (Electra)

Los datos y argumentos que refutan la hipótesis edípica, según Bunge son:

el sexo depende del hipotálamo y en los niños éste no está completamente desarrollado

debido a lo anterior, no puede haber atracción sexual en los niños

el antropólogo social Edward Westermark afirma, apoyándose en datos empíricos, en su History of Human Marriage, que los humanos no nos sentimos atraídos sexualmente por las personas con las cuales nos criamos desde la infancia. Datos parecidos provenientes de los kibutzim israelíes muestran que los niños que se crían juntos casi nunca se casan entre sí.

También Arthur Wolff ha llegado a conclusiones similares tras analizar el éxito sexual de dos clases de matrimonios tradicionales en Taiwán. En una de ellas, los futuros consortes viven juntos desde la niñez, en la otra se conocen recién cuando van a cohabitar. Estos últimos resultaron significativamente más exitosos utilizando como indicadores de avenencia sexual el número de hijos, los divorcios y el adulterio.

En resumen, si no hay deseo sexual infantil, no hay atracción por los padres y, por ello, no hay Edipo ni Electra. Por otra parte, si los niños que crecen juntos desarrollan cierta aversión, antes que atracción sexual, parece que la atracción entre hermanos no es algo natural para nuestra especie y que el tabú del incesto no es una mera construcción social. Sin deseo incestuoso, no hay represión del deseo incestuoso.

Libros de Mario Bunge en español  

2008: Tratado de filosofía. Vol. I, Semántica 1: Sentido y referencia. Barcelona: Editorial Gedisa.

Versión castellana de Mario Bunge: Treatise on Basic Philosophy. Vol. I, Semántics 1: Sense and Reference. Dordrecht, Reidel, 1974.

2007: A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona: Editorial Gedisa.

2006: 100 Ideas. El libro para pensar y discutir en el café. Buenos Aires: Sudamericana. (Compendio de artículos periodísticos).

2005: Intuición y razón. Buenos Aires: DeBolsillo - Sudamericana. (Existe primera edición en 1996 de otra editorial).

2004: Emergencia y convergencia. Novedad cualitativa y unidad del conocimiento. Barcelona: Gedisa.

2004: Mitos, hechos y razones. Buenos Aires: Sudamericana.

2003: Cápsulas. Barcelona, Gedisa. (Compendio de artículos para la agencia de noticias EFE y la prensa argentina).

2002: Ser, saber, hacer. México: Paidós.

2002: Filosofía de la psicología (en colaboración con el doctor Rubén Ardila). México: Siglo XXI Editores, 2.ª ed.

2002: Epistemología. Curso de actualización. 3º ed. Barcelona, Ariel.

2002: Crisis y reconstrucción de la filosofía. Barcelona: Editorial Gedisa.

2001: Diccionario de filosofía. México: Siglo XXI Editores.

2000: La investigación científica. Su estrategia y su filosofía. México: Siglo XXI Editores.

2000: Fundamentos de biofilosofia. México - Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

1999: Las ciencias sociales en discusión. Buenos Aires: Sudamericana.

1999: Buscar la filosofía en las ciencias sociales. Madrid: Siglo XXI Editores, ISBN 950-07-1566-X.

1997: Vistas y entrevistas. Buenos Aires: Sudamericana, 2.ª ed.

1997: La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.

1989: Mente y sociedad. Madrid: Alianza Universidad.

1985: Teoría y realidad. Barcelona: Ariel.

1985: Seudociencia e ideología. Madrid: Alianza Universidad.

1985: Racionalidad y realismo. Madrid: Alianza Universidad.

1983: Lingüística y filosofía. Barcelona: Ariel.

1982: Economía y filosofía. Madrid: Tecnos.

1978: La causalidad: el principio de causalidad en la ciencia moderna. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires (4.ª edición). Reeditado por Editorial Sudamericana (Buenos Aires), en 1997.

Libros recientes en inglés  

2008: Political Philosophy. New Brunswick, NJ, Transaction Publishers.

2006: Chasing Reality. Strife over Realism. Toronto, University of Toronto Press.

2003: Emergence and Convergence. Qualitative Novelty and the Unity of Science. Toronto, University of Toronto Press.

2001: Philosophy in Crisis. The Need for Reconstruction. New York, Prometheus Books.

2001: Scientific Realism: Selected Essays of Mario Bunge (Edited by M. Mahner), New York, Prometheus Books.

1997: Foundations of Biophilosophy (en colaboración con el Dr. Martin Mahner). Berlín, Springer.

Otras publicaciones  [editar]Introducción de Teoría y estructura sociales, de Robert K. Merton (Fondo de Cultura Económica, México). 
Trabajos sobre la obra de M. Bunge 

Agassi, Joseph y Robert S. Cohen (eds.). 1982. Scientific Philosophy Today: Essays in Honor of Mario Bunge. Dordrecht, Reidel.

AA. VV.: Congreso-homenaxe internacional a Mario Bunge. Mos (Galicia), Grupo Aletheia, 2003. Artículos de:

J. Aracil («Mario Bunge y la teoría de sistemas»),

A. Barceló («Filosofía y economía: tres nociones bungeanas»),

Mario Bunge («Problemas inversos»),

M. Mahner («M. Bunge’s philosophy of biology»),

I. Morgado («Cerebro, mente y filosofía»),

J. Mosterín («Semblanza de Mario Bunge»),

M. A. Quintanilla («La racionalidad instrumental») y

Héctor Vucetich («Mecánica cuántica y realismo»)].

Denis, Andy: «Methodology and policy prescription in economic thought: a response to Mario Bunge». 2003.

Denegri, Guillermo y Gladys E. Martínez: Tópicos actuales en filosofía de la ciencia. Homenaje a Mario Bunge en su 80.º aniversario. Mar del Plata: Martín, 2000.

Marone, Luis y Rafael González del Solar: «Homenaje a Mario Bunge, o por qué las preguntas en ecología deberían comenzar con "por qué"». En Denegri, Guillermo y Gladys E. Martínez: Tópicos actuales en filosofía de la ciencia. Homenaje a Mario Bunge en su 80.º aniversario (pág. 153-178). Mar del Plata: Martín, 2000.

Serroni-Copello, Raúl: Encuentros con Mario Bunge. Asociación de Investigaciones en Psicología, 1989.

Vacher, Laurent-Michel: Entretiens avec Mario Bunge. Montreal: Líber, 1993.

Weingartner, Paul y Georg J.W.Dorn (eds.). Studies on Mario Bunge's Treatise. Ámsterdam-Atlanta (Georgia): Rodopi, 1990.

Notas  

↑ SEP- Society for Exact Philosophy

↑ Luis Marone y Rafael González del Solar (2000): «Homenaje a Mario Bunge, o por qué las preguntas en ecología deberían comenzar con «por qué». En Guillermo Denegri y Gladys E. Martínez: Tópicos actuales en filosofía de la ciencia. Homenaje a Mario Bunge en su 80.º aniversario (págs. 153 a 178). Mar del Plata: Martín, 2000.

↑ Mario Bunge: A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona: Gedisa, 2007.

↑ Mario Bunge: A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo (pág. 373). Barcelona: Gedisa, 2007.

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. Pp. 263yss

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. P. 344

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. Especialmente el capítulo 1, Sección 8 y el Capítulo 10

↑ Bunge, M. (1998) Philosophy of Science. Vol I. From Problem to Theory. New Brunswick, Transaction. Especialmente los caps. 6, 7 y 8. También en la versión castellana La investigación científica (México, Siglo Veintiuno Editores, 2002).

↑ Bunge, M. (1954) “New dialogues between Hylas and Phylonius”. En M. Mahner (ed.) (2001) “Scientific Realism. Selected Essays of Mario Bunge”. Nueva York, Prometheus Books. Pp. 42-50.

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. P. 59, 358-359.

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. Pp 345-348.

↑ Ver detalles en Bunge, M. (2008) Tratado de filosofía. Vol. I Semántica 1: sentido y referencia. Barcelona, Gedisa. P. 136

↑ Bunge, M. (2008) Tratado de filosofía. Vol. I Semántica 1: sentido y referencia. Barcelona, Gedisa. Pp 64yss

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. P. 59

↑ Bunge, M. (2008) Tratado de filosofía. Vol. I Semántica 1: sentido y referencia. Barcelona, Gedisa. Pp. 100-101, 106

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. Pp. 352-353

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↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. P. 58, 363-375

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. P. 365-377

↑ Bunge, M. (2007) A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. P. 344

↑ Se trata de los sistemismos ontológico, lógico, semántico, gnoseológico, metodológico, praxiológico, axiológico, ético, histórico y político

↑ BUNGE, M. (2004) Emergencia y convergencia. Novedad cualitativa y unidad del conocimiento. Barcelona: Gedisa.

↑ BUNGE, M. (2004) Emergencia y convergencia. Novedad cualitativa y unidad del conocimiento. Barcelona: Gedisa.

↑ Mario Bunge: Crisis y reconstrucción de la filosofía (pp. 232-237). Barcelona: Gedisa, 2002.

↑ Mario Bunge: «Psicoanálisis a un siglo de distancia». En 100 Ideas. El libro para pensar y discutir en el café (pág. 200-205). Buenos Aires: Sudamericana, 2006.

↑ Mario Bunge: Crisis y reconstrucción de la filosofía (pp. 232-237). Barcelona: Gedisa, 2002.

↑ Mario Bunge y R. Ardila: Filosofía de la psicología. México: Siglo XXI Editores (2.ª ed.), 2002.

↑ Mario Bunge: Crisis y reconstrucción de la filosofía (pp. 209-246). Barcelona: Gedisa, 2002.

↑ Mario Bunge: Crisis y reconstrucción de la filosofía. Barcelona: Gedisa, 2002.

↑ Mario Bunge: Crisis y reconstrucción de la filosofía. Barcelona: Gedisa, 2002.

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Más artículos grabados...

Sitios web con páginas dedicadas a M. Bunge  [editar]McGill.ca (página de Mario Bunge en la Universidad McGill). 

GrupoBunge.com (archivo online de trabajos de Bunge, con discusiones acerca de su obra).

Web en honor a Mario Bunge (2008)

FormalOntology.it

Phil.UFL.edu (Society for Exact Philosophy).

Breve biografía por Alejandro Agostinelli.

Entrevistas  [editar]Bunge: entrevista sobre psicoanálisis (mayo de 2004). 

Moreno-Pestana.Blogspot.com (entrevista de Carles Muntaner a Mario Bunge, acerca de Manuel Sacristán, política, etc.).

Bunge entrevistado por Alejandro Bellotti (abril de 2008).

ElPais.com (entrevista en abril de 2008).

Entrevista de Pascual Vera durante la visita de Bunge a la Universidad de Murcia (2008). Habla sobre filosofía política ciencia en hispanoamérica.

Bunge: entrevista de Jorge Fontevecchia (mayo de 2008)

Bunge: entrevista de Jorge Fontevecchia (se...

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Mario Augusto Bunge's Timeline

1919
September 21, 1919
Florida Oeste, Vicente López, Provincia de Buenos Aires, Argentina
2020
February 24, 2020
Age 100
Montréal, Quebec, Canada
February 25, 2020
Age 100
Montréal, Quebec, Canada