Francisca "Panchita" Callado Rivera

Durante la Revolución, los guerrilleros quemaron la casa y tienda de su padre, y por la impresión, perdió la vista. Ella entró a la casa en llamas a salvar a su hermanita, mi abuela, Joaquina Callado. Nunca pudo recuperar su visión.

Todos mis recuerdos de mi Tía Panchita me hacen volver a mi infancia. Era una persona mágica. Siempre me pareció el ángel de la familia.

Mi tía Panchita era invidente, y sin embargo, fue la única persona que confeccionó hermosos y alegres vestidos para casi todos mis muñecos, en sus ratos libres. Su discapacidad jamás la limitó para hacer sus labores cotidianas de manera independiente. Mi tía Panchita fue un ejemplo de bondad, de nobleza, de fuerza, de paz para mis hermanas y para mí. Cuando la recuerdo, sonrío y me invade la alegría de haber sido suficientemente afortunada para crecer cerca de ella, y aprender que no hay imposibles para quien está determinado a cumplir un objetivo. Ella me enseñó que si no podemos percibir la belleza de la vida, la limitación está en nosotros mismos.

Tía, la llevo en mi corazón. La recuerdo con todo el cariño del mundo. ¡Gracias por todo!

Un beso, a donde quiera que esté.

Nadia