Ignacio Zaldivar y Sanchez Pereira

public profile

Is your surname Zaldivar y Sanchez Pereira?

Research the Zaldivar y Sanchez Pereira family

Ignacio Zaldivar y Sanchez Pereira's Geni Profile

Share your family tree and photos with the people you know and love

  • Build your family tree online
  • Share photos and videos
  • Smart Matching™ technology
  • Free!

Ignacio Zaldivar y Sanchez Pereira (Zaldívar y Sánchez-Pereira)

Birthdate:
Birthplace: Camagüey, Camaguey, Cuba
Death: 1931 (82-83)
Venezuela
Immediate Family:

Son of Jose Ramon Zaldivar y Castellanos and Micaela Sanchez Pereira y Recio
Brother of Francisco Zaldivar y Sanchez Pereira; Isolina Zaldivar y Sanchez Pereira; Jose Ramon Zaldivar y Sanchez Pereira; Matilde Zaldivar Sanchez Pereira; Miguel Alvaro Zaldivar y Sanchez Pereira and 2 others

Managed by: Private User
Last Updated:

About Ignacio Zaldivar y Sanchez Pereira

Se unio a la Guerra de Independencia en 1865

1874.- (25 de julio).- Pasaje oscuro de la Guerra Grande en Pinar del Río

Este día se produce otra de las enrevesadas acciones de los aldamistas cuando el propio Aldama, desconociendo a Carlos García, nombrado Comandante de la Vueeltabajo por la alta dirección de la revolución cespedista; pone al frente de la región como Jefe de Operaciones del Estado Mayor de Occidente a Ignacio Zaldívar. Entre las órdenes que impartió poco después Zaldívar se encuentra la de respetar las plantaciones de los terratenientes y no incendiar sus ingenios ni demás fabricaciones.

His mother and brother were imprisoned during ten year's war

De Wikipedia ""Para ser completa la emancipación de la América Colonial, el mar Atlántico reclama un 2 de mayo tan americano y concluyente como lo tuvo el mar Pacífico en las aguas del Callao”. Con este pensamiento, escrito en una de sus cartas, Leoncio Prado no podía amilanarse ante la negativa del gobierno cubano para poner en práctica su plan. Solicita y obtiene una patente de corzo a fin de proceder por su cuenta y riesgo. Había reunido a una élite de valientes jóvenes cubanos. Contaba además con todo el apoyo de su padre, el Presidente del Perú, que en todo momento favoreció privada y oficialmente la noble causa de la independencia cubana.

Leoncio Prado seleccionó a un grupo de valientes cubanos decididos a ir a la muerte si fuera preciso por el ideal de la libertad. Los conjurados eran 10 jóvenes, perfectamente disciplinados para la empresa cuyas proyecciones y ejecución ignoraban y confiando solamente en el valor, la audacia y la inteligencia de su jefe. Estos valerosos cubanos fueron: capitán Manuel Morey, Domingo Vélez, Pedro Castero, Miguel Gutiérrez Pití, Eduardo Deetgan, Manuel Blanco, Leonardo Álvarez, Eugenio Carloto, Casimiro Brea e Ignacio Zaldívar.

Se reunieron todos en Kingston y de ahí se dirigieron a los diversos puertos, donde debían esperar las instrucciones finales. Los últimos en partir fueron Leoncio Prado, Manuel Morey y Domingo Vélez, para reunirse nuevamente en Puerto Plata. Todos se reunieron el 3 de noviembre en Puerto Príncipe.

El 7 de noviembre llegó a Puerto Plata el vapor español “Moctezuma”, procedentes de Saint Thomas y con destino a los puertos de Cuba. El “Moctezuma” estaba armados con dos cañones y tripulado por 60 hombres y al servicio del gobierno español de Cuba. Prado al tomar conocimiento de la importancia del buque y de que salía el mismo día, resolvió embarcarse en él, sin esperar la llegada de los conjurados de Saint Thomas. Apresuradamente hizo guardar en el equipaje doce machetes y ordenó que sus pocos compañeros se armaran con revólveres, tomando pasajes escalonadamente a fin de no despertar sospechas. Para abordar el buque, pasaron por comerciantes ambulantes de diferentes nacionalidades, alojándose en la cubierta del buque, salvo Leoncio Prado, Manuel Morey y Domingo Vélez, que se acomodaron en primera clase.

El Moctezuma zarpó a las 14H00 de Puerto Plata, haciéndose a la mar. Fue en este momento que Leoncio Prado, da a conocer a sus compañeros el plan que consistía en apoderarse del buque, rindiendo a la tripulación cuando se encontraran en alta mar. Dispuso el emplazamiento de sus hombres, que estaban armados con revólveres, ya que los machetes no pudieron sacarlos del equipaje por encontrarse ellos en cubierta a la vista de la marinería española. Cuatro conjurados si situaron a proa de la nave, para arrollarlos empujándolos hacia popa, otros cuatro tomaron emplazamiento en las escalas que conducían a los compartimentos bajos, para impedir la subida de los que en ellos se encontraren; Prado, Morey y Vélez se encargarían de rendir al Comandante del buque y a sus oficiales a la hora de la comida, cuando estuvieran reunidos en el comedor que estaba situado en la toldilla de popa.

Eran las 18h00 cuando sonó la alarma llamando a comer; cada cual se dirigió a su puesto señalado de antemano, mientras el pasaje, el capitán y la oficialidad se encaminaban al comedor. Morey tomó asiento en la mesa de oficiales. Prado y Vélez se habían retrasado expresamente, esperando que todos estuvieran sentados en sus mesas. En el momento oportuno, Leoncio Prado, seguido por Vélez, apareció en la puerta del comedor y con voz fuerte dijo: Capitán Cacho Leonardo José Cacho Ceballos, Suances 1828-1876), en nombre de la República de Cuba que se halla en guerra con España lo hago a usted mi prisionero y le demando me rinda el vapor.

Todo el pasaje escuchó con estupor, lo pronunciado por Leoncio Prado. El capitán reaccionando, contestó: Me parece que Usted está de broma, a lo que Prado respondió: Hablo de veras, no haga usted resistencia y los desembarcaré a todos en lugar seguro.

Pronunciadas estas palabras, se produjo un momento de confusión entre la oficialidad del buque; pero más calmados se enfrentaron a los conjurados. La vajilla servía de armas. Prado recibe un golpe en la cabeza que le hace peder el conocimiento. Vélez dispara su arma contra el Comandante de la nave, matándolo. Entretanto Prado reacciona y lucha contra la oficialidad con un puñal. Finalmente, pasados los momentos de confusión y lucha, los oficiales son reducidos al igual que la tripulación. El propio Leoncio Prado iza la bandera de Cuba en el mástil del Moctezuma.

La primera disposición de Leoncio Prado como Comandante de la nave, fue que se diera atención a los heridos y se sepultara en el mar a los muertos en la refriega. Eran la 19h00 y todo había concluido. La tripulación del buque fue encerrada en las bodegas y la oficialidad en la cámara de popa y ordena el cambio de nombre de la nave de Moctezuma a Céspedes, en homenaje al paladín de la libertad cubana.

Al día siguiente, el Céspedes se encontraba a cuatro millas de Puerto Paix, al norte de la isla Fortuna. Ordenó Leoncio Prado desembarcar el pasaje, a la oficialidad y la tripulación a excepción de 6 marineros y los maquinistas necesarios para las maniobras del buque. Se les permitió llevar sus efectos personales y a los que no tenían recursos, se les dio dinero necesario, previa firma de recibos; en estos socorros se invirtió 500 pesos de los 2.000, que se encontraron a bordo.

La noticia de la captura del Moctezuma causó enorme sensación en todo el continente y en España. El Senado español se reunió y solicitó a las naciones de América, dar tratamiento de piratas a los conjurados. Brasil y todas las naciones de América rechazaron tal solicitud.

La odisea del Céspedes [editar]

Leoncio Prado, tenía que buscar recursos para poder operar la nave y comisiona a ello a Domingo Vélez, quien desembarca del Céspedes para cumplir su nueva misión. Inmediatamente, Leoncio Prado y su nave, hacen rumbo a Laguna Catarazca escapando de los españoles en donde decidió esperar los acontecimientos. La poca profundidad de la bahía, impidió que el buque anclara e hizo rumbo al cabo Gracia de Dios al que llegó el 27 de noviembre de 1876. Bajó a tierra y se presentó a las autoridades con la documentación del comandante Cacho, sin despertar sospecha alguna.

La primera preocupación de Leoncio Prado en cabo Gracia de Dios, fue encontrar un fondeadero seguro para el Céspedes y para ello comisionó a Morey para que en un bote recorriera la costa del cabo. Morey partió con dos de los tres marineros españoles que quedaron en la nave. La embarcación de Morey zozobró y los marineros españoles escaparon. Leoncio Prado, comprendió el peligro que corrían y determinó partir inmediatamente. Procuró conseguir carbón, encontrando sólo 18 toneladas, lo cual era insuficiente. Todas estas contingencias detuvieron al Céspedes 21 días en Cabo Gracia de Dios, luego de los cuales partió con rumbo desconocido. A la partida del Céspedes, los marineros españoles se presentaron a la autoridad consular española quien determinó fletar el buque Maud Borbón, en el que se despachó a los citados marineros a Cuba, llevando los pliegos reservados con la narración de los hechos, desde la captura del Moctezuma hasta la partida del Céspedes del cabo Gracia de Dios.

Enterado de los acontecimientos, el Gobierno español de Cuba dispuso que la fragata Jorge Juan y los transportes Bazán y Fernando el Católico al mando del comandante J. Rada salieran en persecución del Céspedes, a la vez que ordenaba la prisión de todos los tripulantes del Moctezuma en Santiago de Cuba, a bordo del crucero Churruca, cuyos oficiales se mordían los labios… sin comprender cómo 60 hombres habían rendido el buque dándose prisioneros de 10 cubanos. Incluso el pasaje del buque fue perseguido por las autoridades españolas, teniendo en un caso, que intervenir el cónsul francés en Santiago de Cuba, para liberar a la Señora Hurtado y sus hijas de ser apresadas en el Churruca, al encontrarse como pasajeras del vapor francés Columbia, de donde habían sido desembarcadas.

El Jorge Juan, hizo su aparición en cabo Gracia de Dios. Por falta de carbón el Céspedes se vio obligado a recalar en Troappe, donde el día 3 de enero de 1877, fue avistado por el “Jorge Juan”. Temprano ese día, el “Jorge Juan” fue avistado por un marinero español, que se calló el hallazgo y sólo recién a las 10H00, Leoncio Prado y sus tripulantes, se dieron cuenta que estaban bloqueados.

Sin combustible, a más de 500 metros de la playa, la escapatoria era imposible; Leoncio Prado con serenidad, ordenó echar los botes al agua, y ordenó a la tripulación embarcarse en ellos. Él quedó en el “Céspedes” con el capitán Morey. Entretanto, el “Jorge Juan” acortaba distancias con cautela para evitar alguna desagradable sorpresa. Cuando el “Jorge Juan” se puso a tiro de cañón, descargó la artillería de su nave. Prado y Morey hacen volar el “Céspedes” prendiendo fuego a la santabárbara de la nave, lo que produce una terrible explosión. El “Jorge Juan” que se acerca cautelosamente al buque incendiado, comprueba la “completa destrucción del corsario y su gente”.

Tanto Prado como Morey, habían abandonado el buque antes de la explosión y esperado la noche para nadar hasta la playa, guiándose por el resplandor del incendio; el “Jorge Juan”, luego de comprobar la destrucción del “Céspedes” y de recoger a los marineros de la playa, se retiró. A Leoncio Prado y a Morey, se les unieron algunos marineros en la playa. Éstos anduvieron varios días pasando hambre, frío, calor y las más diversas penalidades. El historiador cubano Eladio Aguilera, relata, en una de sus obras la odisea:

“Aflictiva fue la situación de Prado y sus compañeros así que dejaron el vapor.

Encontráronse en la extensa costa de los mosquitos entre espesos manglares, sin caminos, andando al acaso entre el fango, finalmente decidieron hacer rumbo al oeste, en esta deplorable situación, anduvieron mucho, hasta que el territorio se hizo escabroso, entonces sufrieron nuevas penalidades, pues como estaban descalzos por haber perdido los zapatos, la marcha fue penoso. “Gradualmente el país se convirtió en montañoso y con esto aumentaron sus sufrimientos”.

Con los pies llagados, rendidos de fatiga, sin alimento ni agua algunas veces, sin caminos, perdidos en aquellas soledades, sin más amparo que la Divina Providencia, era forzoso seguir adelante.

Finalmente encontraron la choza de un indio, éste les dispensó los auxilios que su miserable estado le permitía y allí se repusieron un tanto, continuando luego su penosa marcha.

Las condiciones fueron mejorando según avanzaban por el territorio civilizado, hasta que por último llegaron al Puerto de Corinto en el Pacífico”.

Historiador Eladio Aguilera#GGC11C

Entre tanto, el 19 de enero de 1877, sin saber lo que había pasado con el “Céspedes”, salía del puerto de Colón el general cubano Rafael Quezada con rumbo a Nicaragua a bordo de la goleta Luisa, llevando carbón y pertrechos de guerra para el Céspedes. La nave llegó a San Juan del Norte y de ahí, en una lancha llegaron a Troappe, en donde se enteró de la tragedia del Céspedes. El 25, regresa al fondeadero del “Luisa” y emprende viaje al Cabo Gracia de Dios. Quezada en el Cabo Gracia de Dios, dispuso la búsqueda de los náufragos, proveyendo de los fondos necesarios para la expedición, la que partió inmediatamente remontando el río Wankez, llamado también Segobia, con el propósito de atravesar la región hasta Honduras. El general Quezada retornó a Colón, el día 13 de febrero, lleno de incertidumbre sobre la suerte de los náufragos del Céspedes.

Mientras eso ocurría en el Luisa, Leoncio Prado del puerto de Corinto, se dirigió a Estados Unidos de Norteamérica, en donde se entrevistó con el Agente General de Cuba, señor Aldana, a quien dio detalles de todas las vicisitudes de la captura y correrías del Moctezuma. El gobierno cubano premió a Leoncio Prado, héroe del “Moctezuma”, dándole la alta clase de coronel de su Ejército. Hoy su retrato figura entre los patriotas de la Galería del Ayuntamiento de La Habana, siendo considerado entre los próceres de la Independencia de la República de Cuba.

Se exilo en Venezuela

view all

Ignacio Zaldivar y Sanchez Pereira's Timeline

1848
February 17, 1848
Camagüey, Camaguey, Cuba
1931
1931
Age 82
Venezuela