Rebeca Larraín Echeverría

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Rebeca Larraín Echeverría

Birthdate:
Death: June 30, 1933 (37-38)
Santiago, Chile (Asesinada por su marido Roberto Barceló Lira, de un tiro en la espalda.)
Immediate Family:

Daughter of Joaquín Larraín Alcalde, Capitán and Inés (Iris) Echeverría Bello
Wife of Roberto Barceló Lira
Mother of Joaquín Roberto Barceló Larraín; Rebeca Barceló Larraín and Private
Sister of María Inés Josefina Larraín Echeverría; Luz Larraín Echeverría and Iris Larraín Echeverría

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Last Updated:

About Rebeca Larraín Echeverría

Av. Holanda 456: el 30 de junio de 1933 el arquitecto Roberto Barceló Lira asesinó de un tiro en la espalda, en el baño de su casa, a su esposa Rebeca Larraín Echeverría, de 37 años, en presencia del hijo de ambos, Roberto. Rebeca era hija de la escritora Inés Echeverría Bello de Larraín conocida por su pseudónimo Iris. Barceló fue el penúltimo de los once hijos del abogado José María Barceló Carvallo, ministro de la Corte Suprema y ministro de Justicia del presidente Federico Errázuriz Zañartu y de Rosa Lira Carrera, nieta de José Miguel Carrera. Su hermano José María, general de Ejército y director de la Escuela Militar, era sobreviviente del accidente ferroviario en la estación Alpatacal. El caso causa revuelo, pero una semana después desaparece de la prensa escrita. Declaran médicos y peritos a favor y en contra de que a Barceló se le hubiera escapado el tiro mortal de forma casual. Aunque está en la cárcel, todos opinan que será declarado inocente. Durante 20 meses, la corte revisa una y otra vez el proceso sin dictar sentencia. A mediados de 1935, la madre de Rebeca deja las tertulias y los salones literarios y se lanza contra Barceló. Escribe un opúsculo titulado “Por él”. Allí desnuda la vida de este individuo y lo presenta como la de un sinvergüenza, neurótico y maltratador. Pide para él la pena de muerte. Inmediatamente, El Mercurio y el Diario Ilustrado dejan de publicar sus trabajos. Narra una escena anterior a la tragedia: “Un plato de ostras voló sobre la mesa. Él, en medio de un banquete ofrecido a Alberto Vial, ministro de educación de Alessandri en la casa de Viña del Mar (en el verano de 1933): “le arrojó las ostras en la cara a Rebeca. Le empapó el peinado y el vestido parisiense quedó chorreando. – ¡Ni siquiera sabes servir el vino blanco helado!– le gritó. Y nos arruinó a todos la velada”.Tras la publicación del libro el juez de la causa Mariano Rivas le impide a Inés declarar en el juicio. Ninguna mujer de la política, ninguna de las ganadoras en las elecciones municipales, ninguna de las líderes de los movimientos feministas escribe ni una sola línea en torno al caso Barceló en todo 1935. Menos sobre los otros parricidios sin castigo. La censura previa de la prensa aristócrata era infranqueable. Sólo Iris y el periodista Orlando Olmos informan periódicamente detalles sabrosos en el diario La Opinión.Uno de los abogados del caso Barceló publica en mayo de 1936 el libro “Uxoricidio: proceso contra Roberto Barceló Lira”. Reproduce una parte del desgarrador diario de Rebeca Larraín, la víctima: “Estoy tan sola, tan triste –escribe el año en que murió–, que escribo para desahogarme. Los otros son tan indiferentes que aun entre nosotras estamos siempre solas… No saben cuántas penas, cuántas luchas, cuántas lágrimas se derraman durante la noche, en el misterio de la alcoba cerrada. Cuántos sollozos se sofocan entre las sábanas”. A fines de 1936, el caso Barceló llega a la recta final. La prensa ya no puede evitarlo y los periodistas se desahogan en crónicas y titulares. A diario aparecen fallos, revisiones, apelaciones, solicitudes. La Corte Suprema revisa por tercera vez la condena y contra todo pronóstico dicta la pena de muerte el 28 de octubre de 1936. Sólo queda el indulto. La Corte le da 5 días al Presidente Arturo Alessandri para que decida. Se sospecha que, llegado el caso, pueden cambiar el fusilamiento por destierro o hacer una simulación para que Barceló se dé a la fuga. Un periodista le pregunta a Inés Echeverría si no teme ser odiada por sus nietos al hacer que fusilen a su propio padre. Ella responde con acidez: “Quiero justicia para todos por igual”.El Mercurio editorializa sobre la inutilidad de la pena de muerte en algunos casos. En La Nación recuerdan la paradoja de que el propio padre de Barceló, José María Barceló, instaurara el fusilamiento en el Código Penal chileno en 1874. Pasan los días, Alessandri no se decide. Mujeres protestan en La Moneda pidiendo justicia. El suspenso corta la respiración. La hermana de Barceló, Josefina, no lo soporta y muere de un infarto tres días antes de que el Presidente se pronuncie. Inés fue a La Moneda faltando apenas horas para que venciera el plazo. Como era amiga íntima de Alessandri irrumpió en su despacho y con una pistola de faldas (aquellas muy pequeñitas, de una sola bala) lo amenazó:–Si estoy frente a un cobarde, sepa usted señor Presidente que no dudaré un instante en matarlo. Será olvidado y la historia recordará sólo a un débil que fue ultimado por una mujer.Este se explica porque “lo que le sucedió a Inés cuando Barceló le dispara a su hija Rebeca es darse cuenta de que ella es la culpable. Por no haberle dado a su hija el amor que necesitaba. Por no haber hecho de ella una mujer fuerte. La humilló tanto, siempre, que la entregó como un corderito para que hicieran de ella un chivo expiatorio. Para que hicieran lo que quisieran. Entonces, una manera de librarse de su culpa y autocastigarse es llegar hasta el extremo y que a su yerno lo fusilen. Ella hizo de su hija un ser muy indefenso, y la entregó al hombre que la mató”.El 25 de noviembre de 1936 se cumple el plazo. Alessandri niega el indulto. Barceló estaba tan confiado de que saldría libre que, cuando se entera, estaba jugando ajedrez con otro reo. Se confiesa con el Padre Alberto Hurtado, su compañero de curso en el San Ignacio y le deja una carta a su hijo Joaquín, para que la lea cuando cumpla 21 años. En la carta le dice: “No dejes que a lo largo de tu vida te domine el interés por el dinero” Consejo que Roberto Joaquín Barceló Larraín (filósofo y ex rector de la U. Andrés Bello) siguió al pie de la letra. Se fija la fecha de la ejecución. Nadie puede creer que alguna vez un aristócrata fuera condenado a muerte en Chile. Menos aún por matar a una mujer. Únicamente cuatro parricidas habían sido fusilados antes.La madrugada del 30 de noviembre de 1936 la gente trepó a los muros de la Penitenciaría para ver el patíbulo. Pedían exhibir el cadáver para cerciorarse. La prensa, ávida de sangre azul, esperó en Avenida Pedro Montt. Iris llevó esa mañana a su nieto de 10 años, a la iglesia de la Divina Providencia a esperar la hora fatal de su padre. Cansada, pero siempre ácida y severa, fue a la iglesia vestida entera de negro. Cruzando la calle, unos obreros comenzaban a construir el Mercado Municipal de Providencia. A las 6:58 el pelotón disparó la andanada. Iris se retiró en silencio: calló su pluma irónica y no volvió a publicar ni una sola línea en la prensa. Inés Echeverría murió en 1949.

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Rebeca Larraín Echeverría's Timeline

1895
1895
1927
July 4, 1927
1929
April 4, 1929
Santiago, Chile
1933
June 30, 1933
Age 38
Santiago, Chile