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el sargento mayor don Manuel Sáenz resulta una persona interesante pues luego de ocupar uno de los más altos cargos militares de la provincia y de haber casado, optó por ordenarse sacerdote tras quedar viudo en 1734.

Don Manuel, capitán en ese momento, contrajo matrimonio en Cartago, el 15 de enero de 1729(2), con doña Antonia de Bonilla; sus padrinos fueron don Tomás del Corral y doña Francisca de Ibarra; los casó el cura José Antonio Díaz de Herrera. Tanto Norberto Castro Tosi (Armorial General de Costa Rica) como monseñor Sanabria afirman que doña Antonia de Bonilla fue hija legítima del sargento mayor don Juan de Bonilla y doña Francisca de Astúa.

Don Manuel fue dueño de un trapiche de guapinol, bajo una casa de teja sobre horcones del mismo árbol y maderas redondas y un cercado grande (de piedra y zanja), con un censo de 750, a los que se obligó en 1737 el capitán don Gregorio Sáenz (hermano de don Manuel) y su esposa, doña Francisca de Castro.

En Cartago, el 9 de enero de 1740, don Manuel Sáenz vendió una casa y cocina sobre horcones, cubierta de paja, con su solar, en 175 pesos de cacao a Josefa Fernández. La casa lindaba, por el oriente, con casa y solar de Francisco Carrillo, maestro de herrero; por el poniente, casa y solar de Micaela Arlegui; sur, casa y solar de doña Josefa Sáenz, y por el norte, con casa y solar de doña Manuela Sáenz, calle real en medio.

Además, la descendencia de don Manuel se extiende a la hermana república de Nicaragua, donde casi todos los Montealegre de allá y muy posiblemente los Saborío de Rivas, son sus descendientes, por medio de doña Bárbara Sáenz, quien contrajo primeras nupcias con don Manuel Saborío y en segundas con don Cecilio Romero. Es posible que otros apellidos tengan relación con ellos pues don Cecilio Romero pasó a Nicaragua con esposa e hijos.

Asimismo, Manuel Sáenz fue hijo legítimo del capitán don Pedro José Sáenz de Quintanilla y doña María Rosa Vásquez, quienes habían casado en Cartago, el 29 de abril de 1690(3). Don Pedro José desempeñó diversos cargos militares y en el gobierno municipal de Cartago, así como en los valles (Curridabat, Aserrí y Barva), en su mocedad tuvo intención de dedicarse a la carrera eclesiástica.