Benjamín Hernández Hernández

Benjamín Hernández.- "Hijo de Esteban Hernández y Nicolasa Hernández, fué don Benjamín un hombre consagrado por entero a las labores agrícolas, a las cuales dedicó la mayor parte de su existencia. De esa fructuosa actividad bien hubiera podido dar fe su hacienda "La Guayaría", finca de cañamelar que bajo su experta dirección alcanzó una prosperidad que nunca hizo presumir la ruina que sobre ella se abatió posteriormente.
Católico, sencillo y generoso, su concurso no se hizo esperar en todo cuanto se relacionara con el progreso de Río Tocuyo. En él se desvirtuó el viejo axioma de que el buen fruto procede de la buena semilla, pues siendo excelente persona don Benjamín, sus dos hijos -ya muertos- le ocasionaron innumerables contrariedades y sinsabores, que no poco contribuyeron a nublar el claro sol de la alegría y arnargarle la existncia al invalorable anciano.
Fué el principal accionista en la obra del acueducto de Río Tocuyo, emprendida por iniciativa particular, sin propósitos de lucro y sí con el muy plausible de dotar al pueblo de tan Impcrtantisimo servicio.
Refiriéndose a don Benjamín Hernández, decíame una persona que tuvo múltiples oportunidades de conocer sus hermosas cualidades y virtudes: "es uno de los mejores hombres que he conocido".
De él escribió el poeta falconiano Guillermo de León, huésped distinguido de Río Tocuyo durante varios años: "Don Benjamín Hernández es un ciudadano de los hermosos tiempos de Roma en la aurora de este Siglo".
A su muerte ocurrida en Río Tocuyo el 26 de mayo de 1933, y en la ocasión de expresar su pena -que en mucho compartía- a un inmediato deudo de don Benjamín, escribióle mi padre una sentida carta, de la cual es el siguiente fragmento: "Mucho he lamentado la muerte del excelente viejo, cuya vida discurrió siempre por normas de bondad, rectitud y honradez, formando parte muy representativa de una generación de hombres que, por desgracia, va desapareciendo sin probable reposición, porque a los nuevos valores sociales parece que les faltan las condiciones que daban altos e inapreciables quilates al oro viejo de aquellos caracteres".
Ocupó don Benjamín en Río Tocuyo la alta y espaciosa casa situada en la calle Santiago, en uno de los ángulos de la plaza; inmueble que él mismo hiciera construir sobre "unos cimientos de mampostería" comprados en 1881 a una hermana del finado Pbro. Juan Nepomuceno Riveras, a quien pertenecieron y donde éste había empezado a fabricar."
(PEREIRA, Pedro N.: Río Tocuyo. Aspectos de su pasado y su presente. Ed. Avila Grafica. 1952. Pp. 40-41)

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