Caballero capellán del real cuerpo de la nobleza. Luís de Despujol y Ricart

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About Caballero capellán del real cuerpo de la nobleza. Luís de Despujol y Ricart

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Canónigo de la catedral de Barcelona y doméstico de Su Santidad.

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http://elmargendelmargen.blogspot.com.es/2009/09/sopranos-i-tenors-...
<p>A mediados de los años cincuenta, cuando los falangistas campaban con su estilo matón por la Ciudad de Barcelona, ??Lluís María de Despujol y Ricart, de la saga de los Palmerola, Canónigo de la Catedral de Barcelona, ??Doctor en Derecho Romano, Prelado Doméstico del Santo Padre y Capellán del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña el Capítulo llamarlo para representar a la Muy Ilustre Administración del Hospital de la Santa Cruz (MIA). Permanecería en el cargo una década junto a Mariano Vilaseca, otro canónigo tradicionalista que había sido director de Flechas y Pelayos durantesu exilio en Burgos de 1937 a 39, pero que desde los tiempos de la Dictadura de Primo de Primo de Rivera fue , intermitentemente, administrador del Hospital hasta que lo echaron o dimitió en 1967. Despujol, era el cuñado de Ventosa i Calvell, y tío de Ignacio Ventosa y Despujol, hombre fuerte de Urbanizaciones y Transportes - más Urbanizaciones que Transportes para que estos aseguraban el transporte de las masas de productoras en las urbanizaciones nuevas de los alrededores de la Ciudad- . <p></p> <p>A Despujol, Cinto Reventós le llamó un "hombre del Renacimiento". Propietario de un anticuario, llegaba al Hospital con un Stromberg negro (nombre casero del Citroën Traction Avant de 11 CV). Hombre fuerte, porque entre 1939 y 1967 los canónigos administradores controlan con mano de hierro la institución, a partir de un pacto no escrito que implicaba que el nacional - catolicismo controlaría la beneficencia barcelonesa, dejando a los falangistas el Seguro Obligatorio de Enfermedad. En 1957 San Pablo era uno de los mayores propietarios urbanos de la Ciudad. Sólo la finca del InstitutoMental de la Santa Cruz, entre Horta y Sant Andreu tenía casi 150h contando la finca principal, y parcelas dispersas en el umbral de Horta y de Verdum adquiridas con legados de bienhechores para asegurar una institución para locos en la Ciudad (Vg. el post Stultifera Navis). <p>El canónigo, para financiar una profunda reforma del Hospital, e hijo de su tiempo y de su clase, decidió jugar a especulador inmobiliario, un oficio históricamente bien representado entre los ciudadanos honrados de la Ciudad de Barcelona. Abrió una subasta bajo mano para especular con las fincas, una vez vio que el Ayuntamiento - pre y post porciolista - podía expropiarle las fincas del Mental a bajo precio para edificar lo que serían parte de Verdum, parte de la zona de Peguera en Horta, la Guineueta, Canyelles y Can Masdeu, con lo que podían comprar los terrenos a bajo precio, y sus hombres de paja los venderían como es debido. Hombre de Iglesia, educado y de puesto aristócrata parece que no quiso entenderse con las fuerzas vivas del Ayuntamiento de su tiempo - relleno de personajes enriquecidos durante el estraperlo, nuevos ricos sobrevenidos que medrar bajo Porcioles y su notaría, nunca cerrada, delante -. El Ayuntamiento que nunca había movido pieza a la Santa Cruz envía rápidamente a la MIA uno de sus hombres fuertes para desmontar las operaciones inmobiliarias del canónigo. Puso de relieve como el Canónigo había cometido delitos de falsedad en documento público, había puesto piso en un su secretario y se había apropiado de una finca que, a finales de los años sesenta, los detectives contratados por la nueva Junta del Hospital advirtieron que alojaba una casa de citas. O sea que desde su atalaya al final de la Avenida Gaudí, Despujol se hizo, digamos un traje. <p></p> <p>En tiempos de Modrego y Arriba y Castro, el escándalo ahogarse. La especulación en torno a los terrenos del Instituto Mental prosiguió hasta 1977. Fue una de las historias más sórdidas de la Transición barcelonesa, fruto de un tiempo donde los cuervos sobrevolaban Barcelona, ??y los grandes propietarios de terrenos libres o de fábricas en el término municipal-poner los nombres que queráis porque están todos - hicieron fortunas más o menos fáciles. <p></p> <p>Luego pareció que las elecciones municipales de 1979 podían acabar con "la cosa" y sería una ciudad pura como una virgen. Vinieron los Juegos Olímpicos, donde algunas mentes ilustradas alcanzaron, al menos que la especulación tuviera una gran calidad urbana. A pesar, pues el añorado Manuel Vázquez el Empecinado denunciaba en 1994 en El País (09/14/1994) que "Maragall ha asumida la Gran Barcelona, ??el gran proyecto de Porcioles" que era más de lo mismo pero mucho más sofisticado de el punto de vista financiero y del que no se note. Y tanto. Después hemos vivido una etapa de neoporciolisme que ha dejado al personal "garrulería" de los sesenta setenta como unos pequeños gángsters poca-penas, como Toni Soprano, sustituidos ahora por personajes mucho más parecidos, por su perfil de clase, en el Michael Corleone, esto si sin el 38 o el guarda-espaldas con una Uzi. Aquí eso ni hace falta ni toca. Todo queda en casa. <p></p> <p>Y por fin, el sambenito del Palacio, donde todos están atrapados en la misma telaraña que, desde la Baja Edad Media, manda a esta ciudad ya este país, pero en la que lo que se ha hecho pillar, oha interesado a no se quien que lo pillen, ha perdido el c ... para filtrar a La Vanguardia su arrepentimiento. Era urgente, para convertirse en víctima única, solitaria, no sea que lo que ha pasado en el Palau, donde están todos: desde el Gobierno del Estado a todos y cada uno de los mecenas, se les pueda "pringar" por acción o por omisión. Aquí parece que el problema no son los sastres, sino que el ahora "sinvergüenza" de Millet (Cruz de San Jorge de la Generalitat y aquí con el Alcalde retratado con él) se haya arreglado el chalet de La almendra, o haya puesto el piso, la casa o la propiedad a nombre de la mujer, los hijos o de la criada y se hubiera puesto en nómina, porque en la empresa catalana familiar, es tradición estar en nómina para tener asegurada la pensión , y mejor aún si se puede colocar, a la mujer, los hijos o los sobrinos. Y si además la empresa no es la suya, como es el caso, mejor porque así no hace falta arriesgar el dinero, que pueden colocar a la Bolsa, el bussiness inmobiliario, en Andorra o en las Islas Caïman donde los principales caimanes son los banqueros y los hombres de paja. No sea. <p>A mí todo no me produce el señor Millet ningún asco, ni vasca como algunos periodistas de tertulia radiofónica. Me divierte profundamente el cinismo de la situación. Me producen vasca todos qué ahora se rasgan las vestiduras y hablan de asco y vasca. No soy tan ingenuo para pensar que, en 2009, estas cosas no se sabían desde hace años, pues chez Sopranos y Corleones estas cosas se tratan con discreción, pero es saben. Esto es la política en su más noble sentido! Y no lo digo con ironía. Se la local-level políticos que permite que la cosa funcione aunque se cuestione la democracia. Mejor dicho en democracia al menos crucificar al Millet en público (pero no a la telaraña que le ha permitido hacer de Millet ni a los periodistas que sabían y hacen que no saben). A Despujol enviaron a algún retiro y el buen hombre murió con un cilicio puesto. Al Millet le pondrán el cilicio en vida para que los demás se salgan. Y aquí los Soprano o los Corleone no envían a sicarios ... No sea. <p>En fin de cuentas, a nuestra local-level políticos no le falta finezza - y me guardo el caso de dicha política española de la que Andreotti ya dejó dicho que le faltaba forma elegante de decir que era garrulería de tipo -. Nuestra cultura política está bien asentada en la finezza italiana desde la Baja Edad Media y de la búsqueda y la viga. Finezza implica que la cáscara no se vea demasiado, que se esconda bajo un punto de avara povertà y que políticos y periodistas al servicio de la finezza puedan medrar, siempre que no toquen las esencias de los ciudadanos honrados que viven deespecular ni la borde de los políticos, que los dejan hacer el gitano - eso si sin que sean gitanos-. <p>En este mundo "trincas" al tipo que se hace carteras a la Estación de Sants, o el mea-tinteros que ha cobrado dos veces un viaje, o ha hecho trampas con las dietas. Lo que no puede ser es que nos expliquen que una obra pública haya costado el doble que se facturó, es lo que pasa con toda la obra pública que se hace y deshace en este país, y que nadie pida una auditoría seria si no fuera porque, y esta es mi hipótesis científica (porque soy un científico), la mordida - lo que en México sirve para nombrar lo que llama -, el 50% haya ido a las cajas de (todos) los partidos, probablemente de manera proporcional a su peso en el Parlamento. Si no no me explico la incomodidad de nuestra clase política en las entrevistas a las radios, del gurú Mascarell que hace unos días estaba extrañamente tienes a una emisora ??jurando y jurando que no es cosa de él, al ex-vicepresidente Mas, al actual Presidente Montilla ya los periodistas que ahora se escandalizan, o al crexient baile debastones inside la sociovergencia. Se escandalizan? Si no lo sabían es que la ceguera los invade. Si lo sabían cómo es que no hicieron lo que era necesario, los últimos diez años: por memoria lasocio-convergencia gobierna el país desde 1979, entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. Mira por donde ahora el 3% de este señor que ahora dicen que tiene Alzheimer ... Mira que si fuera ...! Tengo en la memoria - pero haré una cita literal-las frases que dedicó el historiador americano Amelang, enamorado de Barcelona, ??como yo mismo, sobre la clase dirigente de la Ciudad en el siglo XVII: "La paz de la ciudad descansaba sobre las prudentes limitaciones que supone clase Dominante imponente en suspensión prerrogativas. Quizás la confianza NACIDA de ESE firmo Dominio del poder sea lo que mejor explica por qué raramente se producían actitudes de duda en lo alto de la grandiosa ciudadela desde la cual la élite vigilaba los de abajo "(Amelang, 1986, pg 210). Qué lejos estamos de los versos tal vez ingenuos, quizás esperanzados de Joan Maragall: "Encima de nuestros cantos / elevamos una bandera / que nos hará más triunfantes" ... en los negocios. <p>Publicado por Josep M. Comelles</p>

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