Dr. Lorenzo Figallo Costa

Su nombre de pila era Nicolò Lorenzo.

Fue agente consular (reggente l'agenzia) de Italia en Carúpano (Annuario d'Italia amministrativo-commerciale. 1ª parte. Genova 1889. p. 134).
Fue abogado, graduado de la UCV (PÉREZ PERDOMO, Rogelio: Los abogados en Venezuela. Estudio de una elite intelectual y politica. Monte Avila, 1981).

El Doctor Lorenzo Figallo fue miembro activo de los talleres masónicos de Carúpano, así como miembro honorario, alcanzando el Grado 18°. Otros miembros honorarios de 1815 a 1018 fueron: Libertador Simón Bolívar 3°, General José Antonio Paez 33°, General José Tadeo Monagas 33°, Doctor Diego Bautista Urbaneja 33°, General José Gregorio Monagas 21°, General Juan Crisóstomo Falcón 33°, General A. Guzmán Blanco 33°, General F. Linares Alcántara 33°, Doctor Raimundo Andueza Palacio 33°, General Jaaquín Crespo 33°, General José A. Velutini 35°, Doctor Bartolomé Tavera Acosta 33° (SALVATI, Manuel A.: Anotaciones Históricas sobre la Masonería en Carúpano desde 1814 hasta 1918. Tipografía Independencia. Hermanos Erminy Arismendi. Carúpano 1918. pp. 42-22).

Entre los italianos figuraban en la Matrícula* General del hoy Estado Sucre, el abogado Dr. Lorenzo Figallo, comerciante de 28 años de edad, soltero y nativo de Santa Margarita; José Figallo, comerciante de 50 años de edad y también de Santa Margarita" (PERAZZO, Nicolás: Historia de la inmigración en Venezuela. Tomo II. Ed. del Congreso de la República. Caracas, 1982. pág. 77) [* Se refiere a la Matrícula de Extranjeros de 1873 elaborada por el MInisterio de Relaciones Exteriores bajo la supervisión de los Dres. Martín José Sanavria y Modesto Urbaneja].

El flujo de inmigrantes italianos que fueron a la parte noreste de Venezuela llegó por lo general al puerto de Carúpano, donde, tras el aumento de las llegadas, se instituyó en 1862 una delegación consular de Italia, a la cabeza de la cual fue colocada en 1863 José Figallo, próspero comerciante del lugar. En esta zona se formó un cultivo experimental del cacao que atrajo a muchos inmigrantes franceses de Córcega, así como pequeños grupos de italianos y otros europeos atraídos por la disponibilidad de nuevas tierras y las oportunidades comerciales que ofrece el fruto. Esta actividad comercial e industrial permitió el afianzamiento de algunas empresas sólidas propiedad de corsos e italianos, como Franceschi y Compañía, A. Lucca e Hijos, Prosperi y Compañía, Angeli Hermanos. Se embellece el paisaje urbano con nuevas plazas y bulevares; en 1884 se inauguró un tranvía, y desde 1878 se había establecido un cable submarino que conectaba Carúpano con el puerto francés de Le Havre. En los últimos años del siglo XIX se añadieron servicios adicionales, tales como suministro de agua, electricidad y teléfono. También se constituyó una notable concentración de cuerpos consulares y en 1895 fue fundada la Cámara de Comercio de Carúpano, en cuyo registro se observa la presencia de muchos nombres italianos, como los de José Grisolia, Lorenzo Figallo y varios otros (CUNILL, Pedro: La presenza italiana in Venezuela. Ed. della Fondazione Giovanni Agnelli. Torino 1996. ISBN 88 7860 107 1, pág. 96).

En Carúpano, después de la liberación nacional, sucediendo a los primeros emigrantes, se instaló una comunidad italiana próspera, compuesta en parte por ligures oriundos de Santa Margherita, como los comerciantes Lorenzo y José Figallo; este último se convirtió, en 1863, en el primer cónsul de Italia en Carúpano, mientras que Lorenzo, desde 1880 hasta la primera década del siglo XX, estuvo a la cabeza de una de las principales empresas exportadoras de cacao de la ciudad portuaria de Río Caribe.* Otros inmigrantes italianos presentes en Carúpano en el período 1873-1874 fueron Gerónimo Vignolo, Máximo Bertolucci, Santiago Berti, Antonio Sansonetti y Silvano Basso. Al final del siglo, Giuseppe Grisolia tenía fuertes intereses económicos en Carúpano y Lovero Doménico en Río Caribe [* MARCANO, O.: Aspectos de la actividad comercial de Yaguaraparo entre 1880-1930, en: Tierra Firme. Revista de Historia y Ciencias Sociales, VI, enero-marzo 1988, p. 42] (CUNILL, Pedro: La presenza italiana in Venezuela. Ed. della Fondazione Giovanni Agnelli. Torino 1996. p. 134).

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