General Juan Galo Lavalle y González Bordallo

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Juan Galo de Lavalle (Buenos Aires, 17 de octubre de 1797 – San Salvador de Jujuy, 9 de octubre de 1841), militar y político argentino, héroe de la independendencia sudamericana y líder militar y político durante las guerras civiles en ese país.

Hijo de María Mercedes González Bordallo y Manuel José de La Valle y Cortés, contador general de las Rentas y el Tabaco del Virreinato del Río de la Plata, era descendiente directo del conquistador de México Hernán Cortés.

En 1799, los De La Valle se trasladaron a Santiago de Chile y volvieron a Buenos Aires en 1807.

Tabla de contenidos

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   * 1 El Ejército de los Andes

* 2 La Guerra del Brasil
* 3 La Revolución unitaria
* 4 En la Banda Oriental
* 5 La Campaña de 1840
* 6 El largo final
* 7 Enlaces externos
El Ejército de los Andes [editar]

Es en 1812 que ingresó como cadete en el Regimiento de Granaderos a Caballo, momento en el cual cambia su apellido a "Lavalle" para desprenderse de su origen español, algo muy común entre los jóvenes patriotas de la época.

Fue ascendido a teniente en 1813, pasó en 1814 al ejército sitiador del segundo sitio a Montevideo, bajo las órdenes de Alvear. Luchó al servicio del Directorio (unitario) contra el líder federal José Gervasio Artigas en 1815 y al mando de Manuel Dorrego combatió en la batalla de Guayabos. Un año después, pasó a Mendoza para integrarse al Ejército de los Andes bajo el mando del General José de San Martín.

Cruzó los Andes hacia Chile y acompañó al mayor Arcos en la victoria de Achupallas. Tuvo un papel notable en las batallas de Chacabuco y Maipú. En 1819 se trasladó a Mendoza, donde se comprometió con la joven Dolores Correas.

En 1820 intervino en la campaña al Perú, y a órdenes del general Arenales participó en la primera campaña de la Sierra, teniendo destacada actuación en la batalla de Cerro de Pasco. Después de ésta tomó prisionero al entonces coronel Andrés de Santa Cruz. A órdenes de éste hizo la campaña al Ecuador, destacándose en el combate de Tapi o Riobamba, por lo que luego sería conocido como el "León de Riobamba". Tuvo también un notable papel en la batalla de Pichincha, que aseguró la independencia de ese país.

Participó en la campaña de “Puertos Intermedios” a órdenes de Rudecindo Alvarado, que terminó en un desastre. Todo el ejército tuvo que ser reembarcado, y hubiese sido masacrado en la operación si no fuera por las cargas de caballería con que Lavalle protegió la maniobra. En el viaje de vuelta su buque naufragó, y aunque lograron llegar a la costa, la sed estuvo a punto de acabar con ellos.

Fue ascendido a coronel a su regreso a Lima, pero tuvo serias desavenencias con Simón Bolívar, por su carácter independiente.

La Guerra del Brasil [editar]

Se embarcó hacia Chile y regresó a Mendoza, donde se casó con su prometida Dolores Correa. El partido unitario lo puso al mando de una revolución contra el general José Albino Gutiérrez, que gobernaba esa provincia con apoyo del partido federal. Fue gobernador interino por seis días, el tiempo que le tomó organizar una elección muy poco libre, en que fue electo Juan de Dios Correas, pariente de su esposa. Como una premonición, ese fue el único movimiento militar violento que ocurrió en todo el país ese año de 1824.

Regresó a Buenos Aires, donde fue puesto al mando de una expedición hacia el sur de la provincia de Buenos Aires; su compañero de ruta era el coronel Juan Manuel de Rosas, y acompañaban al ingeniero Felipe Senillosa en su trabajo de agrimensura.

Monumento al General Lavalle en la plaza homónima

Monumento al General Lavalle en la plaza homónima

A su regreso fue incorporado a la Guerra del Brasil, como jefe del regimiento de coraceros; hizo la campaña sobre Río Grande do Sul y venció en los combates de Bacacay (venciendo una columna de 1.200 hombres con fuerzas menores) y Ombú. Unos días más tarde, una arriesgada maniobra logró una parte importante de la victoria en la batalla de Ituzaingó, de febrero de 1827, arrollando a las fuerzas del general brasileño Abreu, y ganando su ascenso a general. Luchó también en el combate de Camacuá, en el que fue herido en un brazo.

La herida le permitió una breve licencia en Buenos Aires, donde tomó contacto con los líderes del partido unitario, que lo convencieron de unirse a ellos para derrocar al gobernador Dorrego. Tanto los líderes unitarios como Lavalle detestaban a Dorrego, dado su pensamiento liberal, que no toleraba las tendencias populares que se generaban en toda Sudamérica.

Regresó a Uruguay, pero cuando se firmó la paz con el Imperio del Brasil llevó el ejército a Buenos Aires. Los oficiales de este ejército estaban molestos con Dorrego por haber firmado una paz desventajosa, olvidando que fueron la actitud del ministro de Rivadavia, Manuel José García al firmar un tratado aún peor, y las presiones inglesas las que habían forzado a Dorrego a aceptar la independencia de Uruguay. Pero los mismos unitarios que habían iniciado el camino hacia ese desenlace culparon al gobernador por sus consecuencias.

La Revolución unitaria [editar]

Fue invitado por Julián Segundo de Agüero, Salvador María del Carril y varios otros prohombres del partido unitario a ponerse al frente de una revolución contra el gobernador. Entre las cosas que se acordaron, estaba la muerte de Dorrego si se resistía. El 1ro de diciembre de 1828 derrocó al gobernador, que se retiró hacia el interior de la provincia, y se hizo elegir gobernador por una asamblea de partidarios en el atrio de una iglesia. Aclararon que no era una revolución, era la recuperación de sus derechos por el pueblo; claro que el pueblo eran ellos, no la “chusma” de pobres y sirvientes que había elegido a Dorrego.

Disolvió la legislatura, reemplazándola por un consejo consultivo de notables, y desterró a los federales notables, como Juan Ramón Balcarce, Enrique Martínez, Tomás de Anchorena y otros. Dorrego se unió al general Rosas y trató de defenderse, pero fue derrotado en la batalla de Navarro; unos días después, el coronel Mariano Acha lo traicionó y lo entregó a Lavalle. Mientras éste esperaba al prisionero, todos los notables escribieron a Lavalle, destacándose las cartas de Del Carril y Juan Cruz Varela, que reclamaban la cabeza de Dorrego. Éste fue fusilado el 12 de diciembre en Navarro (Buenos Aires).

El crimen pesaría sobre la conciencia de Lavalle el resto de su vida. Del Carril le aconsejó mentir, diciendo que se le había formado un sumario previo, y todos los que lo habían aconsejado negaron luego su participación. La carta fechada el 12 de diciembre de 1828 decía, entre otras cosas:

   "...La prisión del General Dorrego es una circunstancia desagradable, lo conozco; ella lo pone a usted en un conflicto difícil. La disimulación en este caso después de ser injuriosa será perfectamente inútil al objeto que me propongo. Hablo del fusilamiento de Dorrego. Hemos estado de acuerdo en ella antes de ahora. Ha llegado el momento de ejecutarla. Prescindamos del corazón en este caso. La Ley es que una revolución es un juego de azar, en la que se gana la vida de los vencidos cuando se cree necesario disponer de ella. Haciendo la aplicación de este principio, de una evidencia práctica, la cuestión me parece de fácil resolución. Si usted, general, la aborda así, a sangre fría, la decide; si no, yo habré importunado a usted; habré escrito inútilmente, y lo que es más sensible, habrá usted perdido la ocasión de cortar la primera cabeza de la hidra, y no cortará usted las restantes. Nada queda en la República para un hombre de corazón."

Todas estas cartas fueron mantenidas en secreto hasta mediados del siglo XX. Lavalle, por su parte, asumió solo toda la responsabilidad.

Como Rosas se había refugiado en Santa Fe, Lavalle invadió esa provincia, mientras enviaba otras columnas a luchar contra varios caudillos menores en el sur de Buenos Aires. La campaña fue insólitamente sanguinaria, con más de mil muertos (pero cabe aclarar que fueron en su mayor parte pobres, por lo que sus nombres no pasaron a la historia como las víctimas posteriores de Rosas).

Lavalle nombró al general José María Paz su ministro de guerra, pero éste prefirió llevar su división del ejército a Córdoba, donde la utilizaría para derrocar al gobernador Juan Bautista Bustos. El ejército de Lavalle tuvo que retroceder por haberse quedado sin caballos, y fue alcanzado y derrotado por Estanislao López y Rosas en la batalla de Puente de Márquez. Rosas y los federales pusieron sitio a la ciudad.

Lavalle intentó convencer a San Martín, que había regresado a su país, de que asumiera el gobierno de la provincia. Pero éste, indignado por la guerra civil que Lavalle había provocado, prefirió volver al exilio. La respuesta que San Martín le da a Lavalle, en una nota que entrega a sus emisarios, es la siguiente: “Los medios que me han propuesto no me parece tendrán las consecuencias que usted se propone”. Y sugiere rendirse a los de López y Rosas: “Una sola víctima que pueda economizar al país le será de un consuelo inalterable”.

Sin otra salida, Lavalle se dirigió, completamente solo, al cuartel general de Rosas. Como éste no se encontraba, se acostó en su catre de campaña a esperarlo. A la mañana siguiente, Lavalle y Rosas firmaron la Convención de Cañuelas, en que se estipulaba que se llamaría a elecciones en que se presentaría una lista de unidad de federales y unitarios. Pero el general Alvear se presentó con una lista unitaria, con la que venció a la de unidad a costa de un escandaloso fraude y 43 muertos. Ante el reclamo de Rosas, Lavalle anuló las elecciones y poco después ambos firmaron la Convención de Barracas, por la que el gobierno pasaba al general Juan José Viamonte, que asumió el 26 de agosto. Poco después, Lavalle se retiró a Uruguay y en diciembre asumió Rosas como gobernador.

En la Banda Oriental [editar]

Al año siguiente se unió al general Ricardo López Jordán (padre) en una invasión a la provincia de Entre Ríos. En un principio tuvieron éxito, pero López Jordán asumió el gobierno y se pronunció por los federales; ante el inesperado giro, Lavalle regresó a Uruguay. Hubo un nuevo intento el año siguiente, pero ni siquiera llegó a entrar en la provincia.

Vivió en Colonia hasta 1838, año en que se unió al general uruguayo Fructuoso Rivera en la revolución contra el presidente Manuel Oribe. Fue el responsable de la victoria en la batalla de Palmar, que provocó la caída de Oribe, que se exilió en Buenos Aires.

A pesar de haberse pronunciado varias veces contra la intervención de Francia en contra de Rosas, en 1839 se puso al frente de un grupo de oficiales que se instaló en la isla Martín García, bajo protección francesa. Con una amplia alianza a su favor y contra Rosas, Lavalle debió elegir entre llevar la guerra a Buenos Aires o hacia el norte. A pesar de que estalló una revolución que contaba con él en el sur de Buenos Aires, se decidió por invadir Entre Ríos. Poco después, la revolución de los “libres del sur” era destruida en la batalla de Chascomús y sus restos se unieron a Lavalle.

La Campaña de 1840 [editar]

En 1841, la expedición de Lavalle hasta su muerte en Jujuy, y el traslado de su cadáver a Tarija, fuera de la Confederación Argentina

En 1841, la expedición de Lavalle hasta su muerte en Jujuy, y el traslado de su cadáver a Tarija, fuera de la Confederación Argentina

Acompañado por varios jefes prestigiosos, entre los cuales se contaba su jefe de estado mayor, Martiniano Chilavert, desembarcó en Entre Ríos y venció al coronel Zapata en la batalla de Yeruá. Lanzó una arenga en que decía:

   "¡La hora de la venganza ha sonado! ¡Vamos a humillar el orgullo de esos cobardes asesinos! Se engañarían los bárbaros si en su desesperación imploran nuestra clemencia. Es preciso degollarlos a todos. Purguemos a la sociedad de esos monstruos. Muerte, muerte sin piedad... Derramad a torrentes la inhumana sangre para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión..."

Sorprendido porque el pueblo de Entre Ríos no se lanzaba a sus brazos, se trasladó a Corrientes, donde su gobernador Pedro Ferré lo nombró comandante del ejército provincial.

Organizó sus fuerzas en forma de montoneras informes, sin disciplina ni preparación, unidas solamente por el prestigio de su jefe. Con eso no se ganó la confianza de los federales, y perdió el respeto de los unitarios.

En febrero de 1840 invadió Entre Ríos y luchó en dos batallas: en Don Cristóbal venció pero dejó pasar la oportunidad de consumar la victoria; en la batalla de Sauce Grande fue derrotado, pero el gobernador Pascual Echagüe lo dejó escapar y embarcarse en la flota francesa. Ésta lo llevó a la provincia de Buenos Aires.

Obtuvo el apoyo de algunos estancieros unitarios, pero pronto fue cercado por las fuerzas federales. Tras lograr algunos éxitos menores, que le hicieron perder tiempo, acampó cerca de la capital, esperando el pronunciamiento popular en su favor. Pero el recuerdo del asesinato de Dorrego provocaba el rechazo de las poblaciones que se suponía que deberían haberlo apoyado. Tras varias semanas de inacción, en que el ejército de Rosas se fortaleció enormemente, retrocedió en busca de enfrentar al gobernador de Santa Fe, Juan Pablo López; éste se hizo perseguir de cerca, llevándolo cada vez más lejos de Buenos Aires.

Todos sus amigos y casi todos los historiadores lo censuraron por eso, pero el hecho es que fue allí, junto a Buenos Aires, que se dio cuenta que no podía ganar esa guerra. Simplemente, porque la opinión pública estaba a favor de sus enemigos.

El largo final [editar]

Ocupó la ciudad de Santa Fe, donde tomó prisionero al general Eugenio Garzón. Pero allí perdió la mayor parte de sus caballos, y también se enteró de que los franceses habían llegado a un arreglo con Rosas. Por eso decidió llevar la guerra al interior del país, donde la Coalición del Norte controlaba seis provincias opositoras a Rosas. Acordó con el general Lamadrid, que ocupaba Córdoba, que se encontrarían en el límite entre las dos provincias, y partió hacia allí.

Al mando del ejército federal quedó el ex presidente oriental Oribe, que lo persiguió de tal forma que no pudo unirse a Lamadrid en fecha; pero tampoco le avisó. Y Lamadrid se alejó de allí sin avisar a Lavalle. El desencuentro fue fatal, y Lavalle fue derrotado por Oribe en la batalla de Quebracho Herrado, el 28 de noviembre de 1840.

Lavalle y Lamadrid se retiraron hacia el norte: mientras el tucumano organizaba un nuevo ejército en su provincia, Lavalle entretuvo a Oribe en una campaña inútil en la provincia de La Rioja; mientras tanto, sus seguidores Mariano Acha y José María Vilela fueron derrotados en Machigasta y San Cala. Desde La Rioja regresó a Tucumán, dejando a Lamadrid la responsabilidad de llevar una campaña a Cuyo. Al frente de 1.500 hombres enfrentó a los 2.500 de Oribe en la batalla de Famaillá, que fue una derrota para el ejército unitario y significó el fin de la Coalición del Norte. Si bien nunca lo supo, pocos días después Lamadrid era destrozado en la batalla de Rodeo del Medio, en Mendoza.

Mausoleo del General Lavalle en el Cementerio de la Recoleta

Mausoleo del General Lavalle en el Cementerio de la Recoleta

Huyó a Salta, donde pensaba hacer una resistencia de guerrillas; pero los correntinos que había traído sin permiso de Ferré lo abandonaron y regresaron a su provincia a través del Chaco. Esto lo decidió a retroceder hacia la ciudad de San Salvador de Jujuy, capital de la provincia de Jujuy.

Allí fue muerto el 9 de octubre de 1841 durante un tiroteo con una patrulla federal.

Sus restos fueron llevados a Potosí por los sobrevivientes de su ejército. En 1858 fueron trasladados al Cementerio de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires, donde descansan actualmente.

Predecesor:

José Albino Gutierrez Gobernador de la Provincia de Mendoza

1824 Sucesor:

Juan de Dios Correas

Predecesor:

Manuel Dorrego Gobernador de Buenos Aires

1828 - 1829 Sucesor:

Juan José Viamonte

Enlaces externos [editar]

   * La extraña muerte de Lavalle

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Galo_de_Lavalle"

Categorías: Nacidos en 1797 | Fallecidos en 1841 | Muertes por heridas de combate | Porteños | Militares de la Guerra de Independencia Argentina | Militares de la Guerra del Brasil | Gobernadores de la Provincia de Buenos Aires | Gobernadores de Mendoza

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Militar y politico argentino que se destacó en la guerra de la independencia. Participo en la guerra contra el Brasil. El 8/1/1841 participó de la batalla de San Cala, departamento Minas, Provincia de Cordoba.

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General Juan Galo Lavalle y González Bordallo's Timeline

1797
October 17, 1797
Buenos Aires, Argentina
October 20, 1797
Buenos Aires, Argentina
1825
July 5, 1825
Buenos Aires, Argentina
1831
March 28, 1831
Montevideo, Uruguay
1833
July 3, 1833
1834
August 21, 1834
Ombúes de Lavalle, Colonia, Uruguay
1836
1836
Colonia, Uruguay
1838
1838
Colonia, Uruguay
1841
October 9, 1841
Age 43
San Salvador de Jujuy, Jujuy, Argentina