Jorge Alberto Sábato Condron

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Jorge Alberto Sábato Condron

Birthdate:
Birthplace: Rojas, Buenos Aires, Argentina
Death: November 16, 1983 (59)
Buenos Aires, Argentina
Immediate Family:

Son of Vicente Esteban Sábato Ferrari and Brigida Condron Tobin
Husband of Private
Father of Private; Private and Private
Brother of Hector Vicente Sábato Condron and Hilda Susana Sábato Condron

Occupation: Física, tecnólogo
Managed by: Carlos F. Bunge
Last Updated:
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Immediate Family

About Jorge Alberto Sábato Condron

Jorge Alberto Sabato (4 de junio de 1924 - 16 de noviembre de 1983) fue un físico y tecnólogo argentino de formación científica autodidacta y destacado en el campo de la metalurgia y de la enseñanza de la física. Hijo de Vicente Esteban Sabato (hermano del escritor argentino Ernesto Sabato) y Brígida Condron, estudió en la Escuela Normal de Quilmes donde se recibió de maestro en 1942 y en julio de 1947 se recibió de profesor en Física en el Instituto Nacional de Profesorado Secundario de la Ciudad de Buenos Aires (hoy Instituto Superior del Profesorado "Dr. Joaquín V. González"). Luego se especializó en metalurgia en forma científica y técnica. Durante el gobierno de Juan Perón se sumó a la Comisión Nacional de Energía Atómica y en 1955 creó el Departamento de Metalurgia, que después de su muerte lleva su nombre como homenaje, del cual fue director desde su creación hasta 1968. Se ocupó de la aplicación de la ciencia y la tecnología al desarrollo de América Latina, entre otros estudios y proyectos para la evolución latinoamericana. Escribió varios libros y artículos periodísticos además de los de orden científico. Entre sus libros están Introducción a la física I y II en colaboración con Alberto P. Maiztegui, S.E.G.B.A., Cogestión y Banco Mundial, Ensayos en campera, Ensayos con Humor, El Pensamiento latinoamericano en la problemática ciencia-tecnología-desarrollo-dependencia. Después de tanta mishiadura cuesta mucho pensar en cosas grandes. Frase de un taxista anónimo y reproducida por Jorge A. Sabato al comienzo del Cap. 2 del libro Ensayos en Campera [1]

Véase también
   * Instituto Jorge A. Sabato
   * Comisión Nacional de Energía Atómica
Bibliografía
   * Carlos Martínez Vidal, C., Idealista entre pragmáticos y humanista entre tecnólogos, pp. 3-24 en Sabato en CNEA, Comisión Nacional de Energía Atómica, Universidad Nacional de General San Martín, 1996.
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Jorge Sábato, por Mario Bunge

Hace más de medio siglo, Jorge Sabato, (a) Jorjón, solía visitarme en camino a la escuela secundaria donde enseñaba física. Llegaba intempestivamente en momentos en que yo estaba enfrascado en algún complicado cálculo en física nuclear. Supongo que yo no disimulaba mi irritación, pero Jorge no se daba por aludido: siempre creía tener algo importante que decirme. La verdad es que al cabo de unos minutos yo había olvidado mis cálculos y ambos discutíamos animadamente.

Él y su mujer, Lydia, acababan de egresar del Instituto Nacional del Profesorado Secundario. En aquella época Jorge era un apasionado de la enseñanza de la física y se interesaba por la filosofía de la ciencia. Había escrito, junto con Alberto Maiztegui, un libro de texto excepcional por no ser aburrido ni pomposo. (También contenía algunos errores que le hice notar, cosa que no le molestó.) En aquel entonces esas dos condiciones eran tenidas por necesarias y suficientes para que un libro de texto fuese tomado en serio. Sábato no quería que le tomasen en serio. Quería que los adolescentes tomasen la física en serio. Para conseguirlo la hacía atractiva, no intimidatoria.

Un buen día dejamos de vernos y no volvimos a encontrarnos durante décadas. Nuestros caminos divergieron. Jorge pasó de la enseñanza a la industria, y de ésta a la metalurgia del uranio en la Comisión Nacional de Energía Atómica (C.N.E.A.). Yo criticaba a esta creación del régimen peronista, por estar dirigida por la Marina de Guera y por ser usada como herramienta de propaganda política. Pero, desde luego, mis amigos –en particular Enrique Gaviola y José F. Westerkamp- y yo reconocíamos que en la Comisión había investigadores valiosos que hacían trabajos científicos y técnicos serios. Y teníamos la esperanza, que nunca se cumplió, de que la C.N.E.A. pasase a manos civiles.

De vez en cuando, amigos comunes me traían noticias de las andanzas de Jorge. Supe así que la C.N.E.A. lo había enviado a Inglaterra para hacer un doctorado en metalurgia. También supe que fue a Francia a estudiar economía y administración de empresas. Allí trabó relación con François Perroux y otros economistas heterodoxos que no tenían paciencia con la teología neoclásica.

A Jorge le interesaba la empresa real, no el mercado ideal de los economistas librescos. Y la empresa le interesaba como organización social, no como máquina de hacer dinero. Que yo sepa, nunca se metió en negocios. Sus únicas ambiciones eran entender lo que hacía, hacerlo bien y servir a su país. Su único vicio era fumar cigarrillos pestilentes.

Mucho más tarde supe, por el propio Jorge, que un atardecer el mandamás de la República (un general que, como se vio unos años más tarde, no era de lo peor) lo mandó llamar a la Casa Rosada. Ahí mismo lo nombró presidente de S.E.G.B.A., una poderosa sociedad estatal de servicios eléctricos. Jorge sabía mucho del asunto. Había oído desde joven acerca de las campañas homéricas de su tío el ingeniero y catedrático Juan Sábato (hermano del novelista Ernesto) contra las empresas de servicios eléctricos, que obtenían concesiones escandalosas a cambio de sobornar a algunos políticos. Jorge aceptó el nombramiento, por creer que podría ser útil al público, aunque sólo fuese revisando la enmarañada contabilidad de la empresa.

Jorge pasó una noche insomne, recapacitó, y a la mañana siguiente se presentó en la Casa rosada. Una vez en presencia del dictador, le dijo: “Vea, General, anoche metí la pata al aceptar la presidencia de S.E.G.B.A. Las cosas podrían marchar al principio, pero llegaría un momento en que usted y yo estaríamos en desacuerdo, y usted se vería obligado a pedirme la renuncia. Como quien tendría la razón sería yo, no renunciaría, usted me echaría, y yo haría públicos los motivos de mi expulsión. Mejor renuncio ahora mismo.” El funcionario Sábato sólo duró una noche. No podría ser de otra manera. ¿Quién ha visto jamás a un alto funcionario vistiendo una campera (rompevientos), con un pañuelo al cuello en lugar de corbata, fumando cigarrillos baratos, y tarareando tangos?

La feroz y corrupta dictadura militar de 1976-1983 intimidó a casi todo el mundo. No a Jorge. Él dejó de lado su prescindencia política y colaboró regularmente en un semanario humorístico que ponía de verde a los uniformados. El régimen no le molestó mayormente, pero Jorge se sentía asfixiado. Un día me escribió pidiéndome que le encontrase un puesto en Canadá. No bien hube recibido esta carta disqué el número del profesor Camille Limoges, director del instituto de historia y sociopolítica de la ciencia y de la técnica, de la Universidad de Montreal, rival de la mía. Limoges había oído hablar de Jorge. Le expuse el problema, y me dijo: “Descuide. Me ocuparé del asunto”. Pocos días después me telefoneó para informarme de que ya le había despachado una invitación a Jorge para que viniese como profesor invitado de política científica y técnica. Jorge y Lydia pasaron un año en Montreal. Jorge vivió un par de veces, por períodos más cortos, para trabajar con sus estudiantes. Montreal les gustó, sobre todo a Jorge, quien cobró un sueldo por hacer lo que más le gustaba, tuvo acceso a bibliotecas decentes, y atrajo a un par de colaboradores. Pero la nieve y el frío asustaron al matrimonio Sábato. Compraron ropa de abrigo tan gruesa y pesada que parecían osos polares. Recuerdo el asco con que Jorge miraba la capa de nieve de un metro y medio de espesor que se había acumulado en la terraza de mi casa, y que no terminaría de derretirse sino a fines de abril. Jorge no podía comprender por qué había quienes se empecinaban en vivir en un clima para osos polares, a menos que escaparan a una dictadura. Yo le daba la razón.

Volvimos a vernos en 1979, en una reunión celebrada en México y organizada por el chileno exiliado Gabriel Valdés en nombre del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Jorge improvisó brillantemente sobre las diferencias entre ciencia y técnica. (Nunca le vi leer una ponencia.) Contó cómo, cuando estudiante de física, le habían inculcado la norma de la honestidad intelectual y cómo, al ingresar en la industria, sus patrones le dijeron claramente que el técnico tiene el deber de robarle ideas al competidor.

Jorge insistía, con razón, en que la ciencia no segrega técnica. El técnico hace uso de la ciencia básica, pero ésta no diseña artefactos útiles ni habla de costos o beneficios. El técnico se enfrenta con problemas nuevos para el científico. Por añadidura, estos problemas no suelen interesarle al científico. El técnico se las tiene que arreglar con su propia cabeza y tiene que anteponer los intereses de su empleador a los suyos propios: le pagan para que haga ganar a su empresa, no para beneficio de la humanidad. No puede darse el lujo de soñar por cuenta de la empresa. Los políticos presentes en la reunión se sorprendieron. Los unos creían que la ciencia y la técnica son la misma cosa, y los otros que la técnica no es sino una aplicación de la ciencia.

La última vez que vi a Jorge y a Lydia fue en Madrid, durante el Encuentro en la Democracia, celebrado en 1982. Fue un congreso memorable, lleno de celebridades de los mundos de la cultura y de la política. En eses entonces todos nos sentíamos optimistas. El gobierno del PSOE, era joven, pujante y puro, y en Sudamérica apuntaba el albor democrático. Jorge hizo, como siempre, una exposición brillante e intervino en todas las discusiones. También les dio consejos al Rey Juan Carlos, al Presidente Felipe González, y a numerosos candidatos presidenciales “sudacas”, entre ellos Raúl Alfonsín. Todo ello en campera, por supuesto.

Durante un almuerzo presidido por el respetado y pintoresco alcalde de Madrid, “el viejo profesor”, noté que, aunque no se quejaba, Jorge no se sentía bien. Le pregunté qué le sucedía y me contó que ya lo habían operado siete veces de pólipos intestinales. Yo quise animarlo con la frase consabida “La yerba mala nunca muere”. Jorge no se hacía ilusiones. Me contestó: “No, Mario, ésta es la vencida. Ya no habrá una próxima”. Me quedé helado y mudo.

Pocos meses después, uno de sus alumnos canadienses me telefoneó desde el lejano Norte para darme la triste noticia. Imagino que debe de haber muerto en campera y recordando vagamente un tango de Discépolo. Jorge Sábato descolló en los numerosos terrenos que cultivó, sobre todo en política de desarrollo científico-técnico. Lo hizo con sencillez y autoridad natural, así como con buen humor y con la rectitud ejemplar (y la indignación) que caracteriza a toda su familia. Recuerdo su ademán imperioso, su vozarrón bronco de fumador empedernido, su manera de contar bromas sin sonreír (a la Buster Keaton) y la indignación con que recibía los disparates y las noticias sobre la inepcia y la corrupción del militar de turno. Tomaba en serio los problemas graves, pero nunca toleró la solemnidad., Y se divertía en serio con todo lo demás.

"Publicado originalmente en la obra de Mario Bunge "Cápsulas", editorial "Gedisa". Primera edición, mayo del 2003, Barcelona"

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Jorge Sabato define a "Jorge Sabato" (de "Ensayos en Campera" 1979)

"Con tanto Sabato que anda por ahí conviene comenzar con un identikit del autor:

Nació hace mucho (¡en 1924!) pero allí cerca (Rojas, provincia de Buenos Aires). De profesión, Físico (¡podría ser algo mucho peor!); de oficio, Investigador (que hace investigación, no que trabaja de «tira»); de vocación, hombre libre (de allí sus desplantes ante la prepotencia, como lo testimonia elocuentemente su renuncia a la presidencia de SEGBA S.A., hace algunos años).

Ha realizado investigaciones en la Universidad de Birmingham (Inglaterra), en la Comisión de Energía Atómica, en la Universidad de Stanford (Estados Unidos), en Place Pigalle (Francia), en la Universidad de Sussex (Inglaterra), en Colegiales (donde vive), en el Wilson Center de EE.UU., etc..

Como todo señor bastante maduro que se respete pertenece a una barra de instituciones: Fundación Bariloche, Club de Roma, Insitute of Metals, Centro de Estudios Industriales, Club Gure-Echea, Foro Latinoamericano, Instituto de Desarrollo Económico y Social, etc.. Por las mismas razones biológicas ha recibido importantes distinciones: Premio al V Congreso Nacional de Ingeniería, Orden del Ladrillo, Llave del Fogón de los Arrieros, Premio Multinacional de Metalurgia, etc..

Ha publicado trabajos científicos (y de los otros...) en castellano, francés, inglés, portugués, alemán, lunfardo y hasta en una revista distinguidísima llamada Ekistics. Ha sido centro-foward en el barrio de Palermo, socio de una librería de la calle Córdoba, asesor de las Naciones Unidas y del Pacto Andino, expositor en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Profesor en Canadá, gerente en Energía Atómica... y una pila de cosas más. Ha pronunciado centenares de conferencias, charlas y afines entre las que se destacan «Hipólito Irigoyen y el Surrealismo», «El tango, el fútbol y la crisis nacional» y «Reflexiones sobre la chantocracia». De sus varios libros prefiere «Segba, Cogestión y Banco Mundial» que molestó por igual a peronistas y antiperonistas, a derechistas e izquierdistas, simplemente porque dice toda la verdad.

Es hincha de Gardel, Artaud, el Comandante Prado, Joyce, Arolas, Gramsci, el Malevo Muñoz, Dostoievsky, Arlt, Joyce Cary, la Camerata Bariloche, Dante Panzeri, Vivaldi, el fútbol de potrero, el guiso de arroz, las camperas, los «foratti» con tuco, la siesta... En dos palabras hincha de la autenticidad.

Es enemigo de la corbata, los «curriculum vitae», los discursos en las academias y en los cementerios, los organigramas, los agradecimientos por los importantes y patrióticos servicios prestados, los trepadores, las editoriales de los diarios serios, las funciones de gala, los maletines de los ejecutivos, la música enlatada, la literatura exquisita... en dos palabras: enemigo de la solemnidad.

Jorge A. Sabato"

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22/09/10 Un científico destacado en nuestro Libro Matriz

Jorge Alberto Sábato Adaptación del texto de Carlos Martínez Vidal

Jorge A. Sábato - Jorjón

Nació en Rojas, Provincia de Buenos Aires, el 4 de junio de 1924. Desciende de abuelos irlandeses y calabreses, de lo cual se sintió orgulloso toda su vida. Un 16 de Noviembre de 1983 dejó de existir en Capital Federal (Bs. As.). Residió en Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, México, Venezuela. Recogió el valor de su ascendencia inmigrante en el Prólogo de "Ensayos con Humor" (Buenos Aires, 1983): "Hace ya muchos años que la contundencia de una frase de Nietzsche me marcó indeleblemente: Di tu verdad y rómpete. Desde entonces he tratado de serle fiel, con la machacona porfía de un calabrés pero también con la irreverencia irónica de un irlandés, de los que soy mezcla explosiva al 50% de cada uno". Es autor, junto a Alberto P. Maiztegui, de un famoso libro de texto de Física usado en la enseñanza secundaria y actualmente editado en Argentina.

Premios destacados Diploma de doctor Honoris Causa de la Universidad de París, Premio al V Congreso Nacional de Ingeniería, Orden del Ladrillo, Llave del Fogón de los Arrieros, Premio Multinacional de Metalurgia.

Fue un físico y tecnólogo argentino de formación científica autodidacta y destacado en el campo de la metalurgia y de la enseñanza de la física. Hijo de Vicente Esteban Sabato (hermano del escritor argentino Ernesto Sabato) y Brígida Condron, estudió en la Escuela Normal de Quilmes donde se recibió de maestro en 1942 y en julio de 1947 se recibió de profesor en Física en el Instituto Nacional de Profesorado Secundario de la Ciudad de Buenos Aires (hoy Instituto Superior del Profesorado "Dr. Joaquín V. González"). Luego se especializó en metalurgia en forma científica y técnica. Durante el gobierno de Juan Perón se sumó a la Comisión Nacional de Energía Atómica y en 1955 creó el Departamento de Metalurgia, que después de su muerte lleva su nombre como homenaje, del cual fue director desde su creación hasta 1968. Se ocupó de la aplicación de la ciencia y la tecnología al desarrollo de América Latina, entre otros estudios y proyectos para la evolución latinoamericana. Escribió varios libros y artículos periodísticos además de los de orden científico. Entre sus libros están Introducción a la física I y II en colaboración con Alberto P. Maiztegui, S.E.G.B.A., Cogestión y Banco Mundial, Ensayos en campera, Ensayos con Humor, El Pensamiento latinoamericano en la problemática ciencia-tecnología-desarrollo-dependencia. Se casó con Lydia Añez. Padre de: Hilda Sabato Añez (historiadora). Co-autora del libro "Cómo fue la inmigración irlandesa", Alicia Sabato Añez y Celia Sabato Añez. Fue pionero del área de materiales de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Su formación y la Física

En 1942 se recibió de Maestro Normal Nacional en la Escuela Normal de Quilmes, Pcia. de Buenos Aires. En 1946 se recibió de Profesor de Enseñanza Secundaria en Física en el lnstituto Nacional del Profesorado Secundario de la Ciudad de Buenos Aires. Lector incansable y de una memoria prodigiosa, comentaba que, de muy joven, lo impactó el libro de Albert Einstein: "La Física: Aventura del Pensamiento", que marcó su vocación hacia la física. Fue un autodidacta y una rara mezcla entre intuitivo y rigurosamente científico. Si bien no pasó por las aulas universitarias, se formó extra-curricularmente y "mamó" una rigurosa formación científica junto con sus compañeros y amigos (Jorge Bosch, especialista en álgebra; Gregorio Klimovsky, epistemólogo; y otros). Sabato destacaba "yo sería así un buen ejemplo de esos productos del medio y las circunstancias, como querían Marx y Ortega y Gasset, ¡untos o mezclados". Ni bien egresó, se volcó de lleno a la enseñanza. Desde 1946 fue Profesor de Física en las Escuelas Municipales Raggio, Capital Federal. Desarrolló una acentuada vocación hacia una enseñanza moderna y más natural de la física. En 1946 comenzó a preparar –conjuntamente con Alberto Maiztegui– un libro de texto de Física para el nivel secundario con este nuevo enfoque, de alto valor didáctico. Finalmente, en 1951 y 1955 respectivamente, publicaron: "Física I" y "Física II". Considero que su corazón fue siempre físico. Participó en 1955 con Balseiro y Maiztegui en la creación del lnstituto de Física de Bariloche. En enero de 1956 fue invitado como Profesor en la "XXI Escuela de Verano" de la Universidad Nacional de Chile en Santiago de Chile. En enero/marzo de 1960 co-organizó el Curso Latinoamericano de Física de Verano en San Carlos de Bariloche, Pcia. Río Negro. Hizo mucho por la física nacional e reinsertó a los físicos en forma diferente en la sociedad, permitiendo convertirse a muchos de ellos en excelentes metalurgistas y tecnólogos. La Gerencia de Tecnología tenía más de 40 físicos.

El periodismo

La urgencia de ganarse la vida, en momentos difíciles, en que tuvo lo que él llamó "accidentes políticos," (necesidad de afiliación política para poder enseñar o investigar, que lo hizo rechazar permanentemente la falta de libertad, cualquiera sea su sello: civil o militar), lo obligó a volcarse a otras disciplinas. La primera de ellas fue el periodismo. Colaboró activamente entre 1947 y 1948 en la difusión científica como columnista y periodista "free lance" en publicaciones de Buenos Aires, casi todas ellas con seudónimo o anónimamente por la persecución política. Diario "Crítica": "Las Grandes Hazañas Científicas de la Era Atómica" bajo el seudónimo de "Bernard FOX"; Diario "La Prensa": 2da. Sección de Ciencia y Técnica, bajo el seudónimo de "Julio EGART"; Revista "QUÉ sucedió en siete días": Sección "Ciencia y Técnica", en forma anónima o bajo la firma de "Alberto CONDRON"; Revista "Vea y Lea", también como "Alberto CONDRON". En 1956 incursionó en el periodismo político como "Mister X: política confidencial", en la Revista "Qué sucedió en siete días", Buenos Aires. Volvió al periodismo científico en 1965 como columnista de la Revista "Primera Plana" de Buenos Aires en una sección: "Ciencia, Tecnología y Desarrollo", ya ahora pudiendo firmar sus artículos. En 1966, trasladó esa columna a la Revista dominical del Diario "El Mundo" de Buenos Aires. En 1981, y hasta su deceso, retomó su vena periodística como Colaborador Especial de la Revista "Humor" (revista humorística argentina que tuvo un destacado papel al enfocar y denunciar la realidad política argentina durante la última dictadura militar). Sobre esta actividad, comentó Sabato en el Prólogo al recopilar y publicar sus artículos: "Ensayos con Humor" [Editorial de La Urraca, Buenos Aires, 1983]: "Un testimonio de esa pasión (por decir toda la verdad) son los ensayos que publico hace más de un año en HUMOR –la revista más seria del país, como es sabido–. Vuelvo a presentarlos en este volumen con la poca modesta pretensión de que puedan ayudar a muchos en esta dramática hora de angustia, frustración y bronca. Por lo menos para que comprueben que la verdad es un buen instrumento para penetrar en la confusión que nos ahoga".

La Metalurgia

Por la razón antedicha de tipo político, a la que se unieron causas fortuitas, la metalurgia fue la siguiente disciplina. Sabato se definió: "yo era absoluta, total y enciclopédicamente ignorante, yo no distinguía un pedazo de cobre de un pedazo de latón o bronce". El desafío planteado era "¿Cómo hacer metalurgia en un país que no tenía metalurgia? País en que al iniciar la década del 50 ésta estaba ausente como disciplina organizada y sistemática, como profesión, sin enseñanza formal ni como actividad académica". Debemos recordar que la metalurgia, de ser una técnica empírica, había sentido el efecto de la termodinámica y la físico-química a fines del siglo XIX y principios de siglo XX, pero básicamente en la parte extractiva y de reducción de minerales. Luego de la segunda guerra mundial, sufre el fuerte impacto de la física del sólido, que la hace convertirse en una tecnología con base científica y posibilita el entendimiento de sus propiedades y procesos y el desarrollo reciente de los nuevos materiales. Al hacerse cargo en 1952 de la Dirección del Laboratorio de Investigaciones de la Empresa Metalúrgica Guillermo DECKER SA, una empresa nacional pionera en integrar la investigación a su actividad productiva, Sabato probó exitosamente una idea: "aprender haciendo". Durante su estadía, comenzó a publicar, ya en revistas internacionales, algunos artículos técnicos en el tema de cobres y latones. En 1954 se retiró de DECKER y creó con el doctor Luis A. Boschi (nuestro querido "Pilo") la empresa Investigaciones Metalúrgicas (IMET). Fue uno de los primeros laboratorios privados de desarrollo para el apoyo a la industria metalúrgica y metalmecánica argentina. Esta fue contratada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para que la asesorara en el campo metalúrgico y de elementos combustibles. Allí repitió su experiencia de "aprender haciendo" con igual éxito, pero en una escala mayor, demostrando su notable capacidad gerencial. Como consecuencia de esa actividad, en 1955 la CNEA creó el Departamento de Metalurgia, del cual Sabato fue designado Director. Este cargo lo desempeñó hasta 1968, en el que al reestructurarse la CNEA y crearse las Gerencias, pasó a desempeñarse como Gerente de Tecnología. Soslayando la solemnidad, permítanme pasar a la anécdota: "¿Cómo lo conocí?: En abril de 1955, yo trabajaba en el Departamento de Física de la CNEA (Laboratorio de Espectrometría). Almorzando en el comedor de CNEA, un amigo común (¿Horacio Bosch?) me presentó a Jorge Alberto Sabato, contratado para "ver qué hacer en metalurgia" (el contrato incluía a su "socio" "Pilo" Boschi , con quien formaban IMET. La charla rápidamente fue hacia adelante (que pensaba y quería hacer) y hacia atrás (recuerdos, cosas hechas). Recordamos incidentes de 10 años atrás en el que ambos habíamos participado, sin conocernos: la noche de la liberación de París y el acto de festejo en el Luna Park; el día de la derrota de Alemania; la pintura de Antonio BERNI y su casa en el "Pasaje de los alemanes" frente al Parque Rivadavia, incluyendo a Lilí (la hija de Antonio) y a la "francesita" (su esposa); etc. Discutíamos sobre tango y las orquestas de la décadas del cuarenta y presentes. Sabía mucho, pero yo lo toreaba y le decía que le faltaba "vivencia tanguera", porque era un "tronco bailando". Seguimos almorzando juntos, ya a diario y, con esa "labia" que Dios le dio (y el "practicó" sin desmayos), me fue convenciendo de que dejara mis veleidades de "hacer física" y volviera a los "fierros", a la ingeniería. Así, en mayo iniciamos la estructuración de la "troupe": Heraldo Biloni, Ingeniero Aeronáutico que estaba becado en CRISOLDINIE; Antonio Carrea, Doctor en Química que dejó SQUIBB para incorporarse; Carlos Martínez Vidal, Ingeniero Mecánico Electricista que quería ser Físico; y, naturalmente, "Pilo" Boschi, Doctor en Química, pero que "sabía todo" en "pendorchos", instrumentación y otras yerbas. El director de la "troupe": Jorge A. Sabato... "Profesor de enseñanza secundaria en Física", ¡Trompetas! está dando a luz la División de Metalurgia de la CNEA. Inmediatamente se incorpora Arnoldo Leyt, Ingeniero Civil que también trabajaba en el Departamento de Física de CNEA. Ese año se organiza el "Primer Curso de Metalurgia". Sus alumnos: lng. Quím. NelIy Aambrosis (después de Libanati), Lic.Quím. Jorge A. Coll, Lic. Quím. Juan Carlos Di Primio, Lic. Quím. Leticia Halperin Donghi (después de Destaillats), Ing. Quím. Jorge E. Kittl, Ing. Quím. César Libanati, Ing. Quím. Jorge Mazza e Ing. Mec. Ignacio Silbert. Casi conjuntamente salen a formarse a: Alemania: Biloni, Di Primio, Kittl y Martínez Vidal; Francia: "Los Libanat"; Inglaterra: Carrea, Coll y Mazza. Luego se comienzan a incorporar egresados del lnstituto de Física de Bariloche Edgardo Bisogni, Alberto Bonfiglioli y Amílcar Funes. Se integran Carlos Aráoz, José R. Galvele y Oscar Wortman y así continúa conformando el plantel de metalurgia, que a fines de 1971 contaba con 154 profesionales, 62 técnicos y 36 personas en talleres, maestranza y administrativos. Se inició así la metalurgia como actividad académica en el país. En 1956 la CNEA organizó y dictó ese "Primer Curso de Postgrado en Metalurgia". Se contó con la colaboración de tres prestigiosos metalurgistas internacionales: doctor Robert Cahn (Inglaterra), doctor Pierre Lacombe (Francia) y doctor Erich Gebhardt (Alemania). Como ya se destacó, Sabato colaboró con el doctor José A. Balseiro en la creación del lnstituto de Física en el futuro Centro Atómico Bariloche (en relación con la Universidad de Cuyo> instituto académico y de soporte a las actividades de la CNEA. El lnstituto tenía dos especialidades: física nuclear y física del estado sólido, como ramas básicas fundamentales para reactores y metalurgia respectivamente. En 1955, con un grupo de amigos y colegas, fundamos la "Sociedad Argentina de Metales" (SAM), Buenos Aires. Hoy Asociación Argentina de Materiales. Redactamos sus primeros Estatutos y fue miembro de su Comisión Directiva.

Su acción en la Comisión Nacional de Energía Atómica

a. Dada la prioridad asignada a la formación de recursos humanos, en 1959 se repitió el "Curso de Postgrado en Metalurgia". Se procedió paralelamente al equipamiento de los laboratorios y plantas. Cabe destacar que se armaron las primeras plantas pilotos en galpones de depósitos de automotores y de materias primas. Los primeros laboratorios se construyeron con materiales de "demolición" del ex Instituto Massone y por "caja chica", posibilitando el traslado del Departamento de Metalurgia al Centro Atómico Constituyentes en 1959, integrando los laboratorios básicos de metalurgia física con las plantas de desarrollo experimental, las plantas de fabricación y la actividad docente.

b. Con la División de Metalurgia estructurándose, Sabato introdujo por primera vez su concepto de "autonomía tecnológica". Apoyado por Quihillaít, insistió en 1957 que la CNEA tomara la decisión de construir en el país el primer reactor experimental de América Latina, llamado RA-1, que se inauguró el 20 de enero de 1958. Interesa destacar que en 1958, con Sábato negociamos y vendimos a los alemanes (Degussa-Leybold) el "know how" de fabricación para los elementos combustibles del RA-1. Ese trabajo fue presentado a la II Conferencia Internacional sobre "Aplicación Pacífica de la Energía Atómica", realizada en Ginebra en 1958 y organizado por la Agencia Internacional de Energía Atómica. Este hecho significó un reconocimiento a nivel internacional y el prestigio adquirido permitió un fuerte impulso para nuestro sector de tecnología en la Comisión de Energía Atómica.

c. Le siguieron a partir de 1959 otros reactores experimentales y facilidades críticas con diseño, ingeniería y producción nacional: RA-O, RA-1 modificado y RA-2 y se comenzó a discutir el diseño y la construcción de un reactor experimental para producción de radioisótopos de 5 MW de potencia: el RA-3. El Departamento de Metalurgia desarrolló una nueva tecnología, tanto para la reducción del hexafluoruro de uranio enriquecido a aleación aluminio-uranio, como en la manufactura de los elementos combustibles tipo MTR con unión por co-laminación. Este reactor fue inaugurado en 1967.

d. En 1961 se abrió "una ventana a la industria nacional". La CNEA con la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA) firmaron un convenio para crear el "Servicio de Asistencia Técnica a la Industria" (SATI). Puso el conocimiento y la capacidad de investigación y desarrollo de CNEA al servicio de la industria. La acción del SATI fue exitosa, pero, además, instrumental para el paso siguiente, la primera central nuclear de potencia, al permitir vincular la investigación nuclear con la realidad industrial del país. Nuevamente, el "aprender haciendo" y el "tomar riesgos" redituó y permitió avanzar a la CNEA en sus objetivos y a Sabato en sus reflexiones sobre esa realidad.

e. En 1961 se inició la organización de diversos eventos a nivel regional e internacional. La primera fue el Primer Coloquio Latinoamericano de Pulvimetalurgia, con la participación de "toda la industria nacional". En 1962 el Coloquio Internacional sobre el "Impacto de la Metalurgia Física en la Tecnología", que reunió a las cabezas más importantes de metalurgia del mundo, lo que permitió evaluar y ratificar la estrategia seguida por CNEA en su desarrollo. En 1964 organizó la Conferencia Latino-americana de Expertos en Metalurgia de Transformación, conjuntamente con OEA y UNESCO. En esa Conferencia Sabato presentó tres trabajos que destacaron y plasmaron la maduración de sus ideas.

f. En 1962, con el apoyo de OEA, UNESCO y BID, el Departamento organizó el Primer Curso Panamericano de Metalurgia, que luego comenzaron a dictarse periódicamente y crearon una fuerte tradición en el posgrado en América Latina. Se aseguraba así la "apertura" e "integración" en nuestro campo metalúrgico, a nivel nacional y latinoamericano.

g. En enero de 1965, por Decreto Nº 485/65, se encargó a CNEA el "Estudio de preinversión de una central nuclear para la zona del Gran Buenos Aires y Litoral". La mayoría de los estudios de grandes obras eran contratados a firmas consultoras extranjeras, con la consiguiente digitación de los adjudicatarios. Se analizaron cuatro tipos de centrales nucleares (dos a uranio enriquecido: PWR –agua a presión– y BWR –agua hirviente–, y dos a uranio natural: GCR –refrigerado con gas– y HWR –refrigerado con agua pesada), en todos los casos dos niveles de potencia (300 y 500 MWe) y se comparó con dos centrales térmicas convencionales. Se creó un Comité Ejecutivo que lideró el proyecto, integrado por Oscar A. Quihillalt, Celso C. Papadópulos y Jorge A. Sabato. Esos nombres fueron fundamentales en el desarrollo posterior de CNEA. Ese trabajo obtuvo el Premio Olivetti en 1966.

h. La CNEA profundizó su estrategia de "autonomía tecnológica" y el Departamento de Metalurgia introdujo el nuevo concepto de "una adecuada apertura del paquete tecnológico", que consistía en ir desagregando un gran proyecto hasta sus ítems o rubros elementales. Se llegaba así a tal nivel, en que cualquier país podía hacer aportes significativos a un proyecto, imposible de efectuar si se tomaba éste en su conjunto. Ello permitió tener un marco de referencia teórico-práctico, y sumó experiencia para las futuras centrales nucleares. Al comparar las propuestas, se buscó la mayor participación posible de la industria nacional, no sólo por su importancia económica, sino por el "salto tecnológico" que podría generarse. Se produjo la discusión previa a la Central Nuclear de Atucha, en la cuál Sabato fue uno de los actores fundamentales: ¿Por qué energía nuclear y no térmica o hidráulica? ¿Combustible de uranio natural o enriquecido? Para responder, CNEA debió comenzar a elaborar criterios y lineamientos de una "Política de desarrollo tecnológico-industrial" y una "Política nuclear" explícitas.

i. Al igual que con la gestión de un instituto de ID, Sabato introdujo un nuevo perfil en el gerenciamiento de los grandes proyectos de CNEA. Nuevamente, el norte orientador fue la "autonomía tecnológica". La experiencia adquirida en el diseño y construcción de los reactores experimentales fue llevada a las centrales nucleares. Se deben diferenciar las experiencias de la Central Nuclear de Atucha de la de Embalse (en la que se capitalizó la experiencia de Atucha, pero ya sin Sabato en la Gerencia en CNEA).

Así, para Atucha, fue importante: - la experiencia adquirida en el diseño y construcción de las facilidades críticas y los reactores experimentales; - la ventana de comunicación abierta con la industria a través del SATI, ello creó un "lenguaje común" con el sector industrial y eliminó ciertas prevenciones y desconfianzas mutuas; - el haber efectuado con personal propio el estudio de factibilidad, que permitió tener "confianza y seguridad" en cada acción; - la permanencia del "Comité de Factibilidad" como "Comité de Centrales Nucleares" y la creación de un "Grupo de Industria Nacional", que dio continuidad y coherencia a la labor de gerenciamiento del proyecto; - la conceptualización de "autonomía tecnológica", desde la elección del material fisionable (uranio natural), hasta procurar el sector nuclear como un factor de promoción del desarrollo (el concepto de "industrias industrializantes" desarrollado conjuntamente con Jean Marie Martin);

j. Se efectuó en 1966 el pedido de oferta de precios para la Central Nuclear de Atucha y se introdujo en el pedido el concepto de "adecuada apertura del paquete tecnológico".

k. En la Central Nuclear de Atucha (CNA-l) se contrató con Alemania la provisión de la planta, su construcción, montaje y puesta en marcha, con el compromiso de entregarla funcionando. Era imposible hacerlo de otra forma, el reactor era muy complejo y no existía experiencia en el país en centrales nucleares. Para el éxito del proyecto, deberla existir una "responsabilidad global y unificada" en el proveedor. Lo revolucionario en esa Central, fue la responsabilidad de ejecutar grandes obras industriales "llave en mano", pero a partir de una adecuada apertura del paquete tecnológico". No se estuvo frente a la clásica "caja negra" que normalmente significa un "planta llave en mano", sino frente a una "caja gris. Se sabía que había adentro y se decidió en cada caso el grado de la participación nacional. El proyecto se concretó sin grandes transformaciones estructurales ni organizacionales de CNEA.

l. Estas actividades condujeron a la elaboración por CNEA en 1967 del primer "Plan Nuclear a 10 años".

m. En febrero de 1968 se firmó el contrato con SIEMENS AG para una central de 319 MWe con un reactor tipo "recipiente de presión", de uranio natural y agua pesada. Se incluyó la "participación local" como una cláusula contractual que preveía 71 ítems, con el 38% del total. Alcanzó, al concluir Atucha, un 42% del total de la obra y se incorporaron 96 ítems.

n. Se reestructuró CNEA en 1968, creándose cinco Gerencias Técnicas y Sabato fue designado Gerente de Tecnología. CNEA subcontrató a la industria privada la fabricación del desarrollo de un prototipo de elemento combustible tipo MZFR (modelo anterior al de Atucha), y proveyó parte de la tecnología a los mismos. Posteriormente en la planta piloto de CNEA se fabricaron prototipos que fueron irradiados en Karlsruhe/RFA en 1969/70, con todo éxito. Se inició así el proyecto de "Planta Piloto" de los elementos combustibles para la Central Nuclear de Atucha.

o. De acuerdo a Sabato, la clave de la autonomía y autosuficiencia de la producción de la energía nuclear es el "ciclo de combustibles". El reactor se compra o se construye "una vez", luego hay que alimentarlo en forma permanente y continua durante toda su vida útil con los elementos combustibles. La CNEA fijó desde 1957 esa política y, lenta pero firmemente continuó "integrando los suministros y servicios del ciclo", comenzando con un "proyecto zircalloy".

p. En 1970 Sabato renunció como Gerente de Tecnología de CNEA y quedó Carlos Martínez Vidal a cargo de la misma, en estrecho contacto con él.

q. Para asegurar la autonomía tecnológica, la CNEA además de la capacitación de recursos humanos, se tuvo que planificar, dimensionar e ir desarrollando:

- prospección y evaluación de yacimientos; - capacidad de producción de concentrados y óxidos de uranio para la fabricación de elementos combustibles; - diseño y construcción de la "Fábrica de Elementos Combustibles" -CONUAR y de la "Fábrica de Tubos de Zircalloy" (aleación de base de circonio para los elementos combustibles) - FAESA; - desarrollo de la infraestructura para el ensayo de los elementos combustibles; - ingeniería de diseño y de fabricación; - análisis de seguridad QA ("Quality Assurance"); - calificación de líneas de producción; - planta piloto de agua pesada; - planta industrial de agua pesada; - posteriormente, "gestión" de los "elementos combustibles irradiados" - (LPR-reprocesamiento del plutonio) y manejo de los "residuos radioactivos" (repositorio nuclear); - "enriquecimiento de uranio". - Se debió llevar a cabo una gestión integral, de tipo técnico–económico–financiero–legal.

r. El éxito de la gestión inicial de Sabato puede medirse en el hecho que, en el parque energético argentino actual, con sólo un 7.3% de la potencia instalada, las dos centrales han generado en promedio el 15.8% de la energía consumida, llegando a satisfacer picos del 21% diarios.

s. Volviendo al concepto de "industrias industrializantes" de Sabato-Martin, en el sector nuclear como sector de "punta", su tecnología es "intensiva en conocimiento científico" y requirió una fuerte base de I+D. Tuvo un fuerte poder multiplicativo a través de su impacto de modernización tecnológica en los medios productivos locales, al crear una "industria nuclear". Fue el eje para el desarrollo de otros sectores: calderería, soldadura, instrumentación y control, tratamiento de aire, tratamiento de superficies, fabricación de bienes e capital (plantas para la industria de alimentos y farmacéutica), etc. Igualmente, hubo otros aspectos no nucleares que debieron contemplarse: ecológicos (posible aumento de temperatura en ríos o lagos), estudios de sismicidad, problemas de radioactividad, seguridad de centrales nucleares, aspectos legales y jurídicos, etc.

t. Durante 1973 Sabato desplegó una intensa actividad para luchar por la línea de "autonomía tecnológica" (ahora desde afuera de CNEA) en relación a la licitación de la Central Nuclear Córdoba.

u. Con la colaboración de Raúl Frydman, Gerardo Gargiulo y Oscar Wortman reinició sus trabajos sobre: las limitaciones al desarrollo nuclear y la influencia del sistema de salvaguardias; el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y el Tratado de Tlatelolco (para América Latina); analizó el Plan Nuclear brasileño; entre otros. Sobre el TNP Sabato destacó que "establece todo tipo de exigencias y seguridades... a los que no tiene armamento nuclear, a los poseedores de inmensos arsenales... muy bien, muchas gracias". Lo comparaba como "defender la moral pública controlando a los mudos para que no canten canciones obscenas, a los ciegos para que no vean películas pornográficas y a los paralíticos para que no bailen apretados". Estas actividades culminaron con una invitación para colaborar el 1979 en el Woodrow Wilson Center en Washington DC, USA.

La gestión y gerencia de un centro de ID

En esa actividad, Sábato fue definiendo un "perfil de gerenciamiento" de las actividades de investigación y desarrollo en el Departamento de Metalurgia, de características únicas en el quehacer tecnológico en el país. Puede decirse que define el "vademecum" de la "Gerencia de un Centro de Investigación y Desarrollo". Su secreto, que él definió implícitamente, fue: tener clara idea y medida de "su ignorancia" en el tema, e ir cubriéndola en un "clima de creatividad" y con una fuerte motivación, basada en la dedicación exclusiva y el trabajo, pero asegurando previamente un marco ideológico-filosófico a las actividades. Ese marco podría resumirse en su concepto de "autonomía tecnológica". Ese "clima de creatividad" estaba basado en: un espíritu democrático de libertad y ético; excelencia y gran competencia intelectual; respeto profesional y personal; y una fuerte acción solidaria como grupo, que permitiera aprovechar sus virtudes y disimular sus defectos. Sabato siempre tuvo muy claro que la gente capaz no era "fácil", que debían respetarse sus puntos de vista y su personalidad y que tenían que actuar sintiéndose convencida de la importancia y bondad de lo que hacían y de sus desafíos. Los años 1959 y 1960 fueron tiempos de gran efervescencia, difíciles desde el punto de vista económico salarial, pero que permitió estructurar un sólido grupo de trabajo, con el personal que volvía de su formación en el exterior (Alemania, Francia e Inglaterra). En base a las distintas experiencias, se sucedieron fuertes discusiones sobre los objetivos, las motivaciones, los aspectos conceptuales e instrumentales más aptos, etc. Dedicábamos entre 3 y 5 horas semanalmente a esta actividad (pero se trabajaban más de 45 horas efectivas por semana). Se conformó así un "fuerte espíritu de cuerpo", pues tanto las definiciones conceptuales, como los aspectos instrumentales fueron una tarea en común, obtenidos por consenso y en la que todos se sentían partícipes. Por única vez recibimos un fuerte apoyo del Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas liderado por el doctor Bernardo A. Houssay, que nos ayudó a superar la crisis. En este permanente ejercicio de acción–reflexión–acción, fueron surgiendo nuevos criterios, enfrentando al quehacer tradicional imperante. De la crítica al mundo académico-tecnológico argentino en ese momento, comenzaron a delinearse otras características diferenciales, como:

a. Asignar una rigurosa prioridad: primera: formación de recursos humanos, tanto profesionales en investigación, como técnicos; segunda: el equipamiento de los laboratorios y plantas y, finalmente; tercera: los edificios, tanto para laboratorios y plantas como para docencia, biblioteca, etc.

b. Introducir un concepto ortodoxo de "dedicación exclusiva", sin excepciones.

c. Tener una "estructura horizontal" de tipo democrático –en vez de piramidal o vertical–, coparticipativa y con una real delegación de funciones, perfectamente definidas.

d. Una estructura formada por "grupos de trabajo", integrando en cada uno de ellos desde investigación básica hasta desarrollo tecnológico, con fuerte liderazgo de la cabeza de grupo.

e. Asignación de responsabilidades de creación (con total libertad académica), aplicación y transmisión del conocimiento (como carga social ineludible) a cada grupo de trabajo.

f. En el énfasis en la formación y perfeccionamiento de los recursos humanos: cursos académicos (Cursos Panamericanos de Metalurgia o Materiales); maestrías y doctorados en estrecha colaboración con las Universidades (se creó el doctorado en ingeniería, el primero, en la Universidad del Sur); cursos de reciclado para el personal de la industria; cursos de actualización para investigadores; cursos para técnicos; pasantías, tanto en CNEA como en industrias; etc.

g. En el mismo sentido, reciclado continuo de los técnicos y profesionales del Centro, con estadías en el exterior en forma regular y periódica para actualización.

h. Asegurar fondos complementarios (a través de contratos, subsidios, etc.), que compensaran la pesadez burocrática–administrativa, mantuvieran al día la biblioteca y permitieran trabajar a "tiempo real".

i. Mantener y reforzar una "red institucional" argentina y latinoamericana en el tema de metalurgia, a través de intercambios de personal, cursos y trabajos conjuntos. Al mismo tiempo, mantener una estrecha relación con institutos similares a nivel internacional.

j. Asegurar una fuerte relación e inserción con la industria, a través del Servicio de Asistencia Técnica a la Industria (SATI).

k. Asumir fuertes compromisos a nivel institucional y nacional, reforzando la ideología o filosofía.

Actividad académica en el exterior, premios y distinciones

Su capacidad intelectual y su sólida formación tuvo el primer reconocimiento internacional cuando, en 1957/58, fue invitado por Robert Cahn y se desempeñó como "Fellow Research in Metallurgy" en la Universidad de Birmingham, Inglaterra. Trabajó en el tema de recristalización. Posteriormente, en 1963/64, lo invitó Oleg Sherby como "Visiting Senior Researcher" de la Universidad de Stanford, California, Estados Unidos, donde continuó trabajando en recristalización. En 1965 el Gobierno de Francia le otorgó la "Orden Nacional de las Palmas Académicas", en el grado de "Oficial". En 1966 le otorgan el Premio Olivetti por el trabajo "Estudio de preinversión de una central nuclear para la zona del Gran Buenos Aires y Litoral" (CN EA, Buenos Aires, 1965). En 1972, el International Deveíopment Research Centre de Canadá le concedió la "Annual Senior Research Fellow". En ese marco trabajó en IRDC/Canadá, SPRU/Sussex y Buenos Aires. En ese contexto fue invitado por Geoffrey Oldham y Charles Cooper como "Senior Research" del Science Poíicy Research Unit (SPRU) de la Universidad de Sussex, Brighton, Inglaterra. En el mismo año 1972, la Organización de los Estados Americanos le otorgó el "Premio Programa Multinacional de Metalurgia", en ocasión de las V Jornadas Metalúrgicas de la Sociedad Argentina de Metales, por "su destacada acción en el desarrollo de la Metalurgia a nivel regional". En 1977 y 1978 fue contratado dos veces como "Profesor Visitante" del "lnstitut d'Histoire et de Sociopolitique des Sciences" de la Universidad de Montréal, Montréal/Canadá. Finalmente, en 1979, el Woodrow Wilson Center for Scholars, Washington, Estados Unidos, lo invitó como "Senior Research Fellow". Elaboró y presentó documentos sobre el "Tratado de no proliferación nuclear" (TNP) y sobre el tema de Salvaguardias.

Otras actividades

a. Siendo Ministro de Obras Públicas Aldo Ferrer y Subsecretario de Energía Jorge Haiek, Sabato fue nombrado en agosto de 1971 Presidente de SEGBA. Trasladó su atención al "papel de las empresas del Estado" y, como extensión obvia, al "poder de compra del Estado". Enfatizó la necesidad de la actividad de investigación y desarrollo en la empresa estatal y creó un grupo en SEGBA (a cargo de Amílcar Funes y Leo Beckas). Introdujo también innovaciones en los aspectos sociales–laborales–económicos del manejo de la empresa, desarrollando el concepto de "cogestión". Renunció como Presidente a mediados de 1971.

b. Fundación Bariloche: Conjuntamente con Carlos A. Mallman, C. Morey Terry y Enrique Oteiza (entre otros), en 1963 fundó la Fundación Bariloche en San Carlos de Bariloche. Fue miembro de su Consejo Ejecutivo hasta su deceso en 1983 y dejó su sello en los enfoques y actividades de la misma.

c. En 1967, junto con Marcelo Diamand (fundador del Centro de Estudios Industriales) creó un "foro de discusión y reflexión colectiva interdisciplinaria" que se reunía periódicamente en la Librería de las Artes. Ese foro le permitió a Sabato desarrollar una simbiosis entre los conceptos de desarrollo tecnológico e industrial, con los de desarrollo económico.

d. Entre 1968 y 1971 fue miembro del Consejo de Administración del lnstituto Torcuato Di Tella, donde también procuró desarrollar una relación estrecha entre tecnólogos, economistas y otros cientistas sociales.

e. En 1970 el Club de Roma lo incorporó como Miembro Activo, perteneciendo al mismo hasta su muerte. Discutió el "III Modelo Mundial" e influyó para que se le encargara a la Fundación Bariloche la elaboración de un modelo alternativo.

f. En 1978 el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundos de México lo contrató para preparar: "Transferencia de Tecnología: una selección bibliográfica".

g. En diciembre de 1982 fundó con un grupo de amigos y colaboradores la Asociación Argentina para el Desarrollo Tecnológico (ADEST). Fue Presidente de la Asociación hasta su fallecimiento.

h. Además perteneció al Institute of Metals, Centro de Estudios Industriales, Foro Latinoamericano, lnstituto de Desarrollo Económico y Social, etc.

i. Se desempeñó como "Consultor" o "Experto" de numerosos organismos e instituciones internacionales. Entre ellas:

- Naciones Unidas (NNUU), New York, USA; Banco - Interamericano de Desarrollo (BID), Washington, DC, USA; - Organización de los Estados Americanos (OEA), Washington, DC, USA; - Junta del Acuerdo de Cartagena (JUNAC), Lima, Perú; - International Development Research Centre (IDRC), Ottawa, Canada; - Universidades de distintos países y otros organismos internacionales para el desarrollo de la ciencia y la tecnología:

  • Fondo Especial de Naciones Unidas para el Desarrollo: En 1975 fue contratado por el Bureau para América Latina (dirigido en ese momento por Gabriel Valdés) del Fondo Especial de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) y lideró un grupo de trabajo para profundizar sus conceptos sobre empresas de tecnología.
  • Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD/NNUU): En su seno se había creado un "Grupo de Estudios", dirigido por Surendra PATEL, con quién Sabato colaboró estrechamente. Introdujo su concepto de tecnología como mercancía y obtuvo que la tecnología tenga el mismo rango que el tráfico de otras mercancías.
  • Junta del Acuerdo de Cartagena: JUNAC había creado un "Grupo de Tecnología", liderado por Constantino Vaitsos, con el apoyo de la OEA y el IDRC de Canadá. Llamó a Sabato a colaborar en la definición e instrumentación de políticas. Enfatizó la "apertura de los paquetes tecnológicos" para aplicarla en sus programas de desarrollo industrial.
  • Organización de los Estados Americanos: Desde 1959 estuvo relacionado con la OEA, con el Departamento de Asuntos Científicos y en particular con ese gran promotor del desarrollo científico y tecnológico, importante y esencial figura latinoamericana, excelente amigo, que fue Máximo Halty Carrére (fallecido prematuramente en 1978).

Durante 1966/67 colaboró en la preparación de la Reunión de Presidentes de América organizado por la OEA en 1967 en Punta del Este, donde por primera vez se produce una declaración a ese nivel político sobre la importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo.

En mayo de 1972, Sabato tuvo una activa participación en la Conferencia Especializada sobre Aplicación de la Ciencia y la Tecnología al Desarrollo de América Latina (CACTAL), organizada por OEA. En 1973, colaboró con otros trabajos para la OEA.

Entre 1976 y 1978 produjo para el Consejo Económico y Social de OEA un excelente balance y resumen de sus experiencias y reflexiones en dos documentos sobre "Tecnología y Desarrollo Económico en América Latina y el Caribe" y "Energía atómica e industria nacional". Finalmente, en enero de 1980 fue llamado a participar en un Grupo sobre "Cooperación Hemisférica y Desarrollo lntegral" de la OEA y generó otros excelentes trabajos sobre "Cooperación para el desarrollo".

Sus aportes conceptuales más importantes

a. El primero fue lo que llamé "gerenciamiento de ID" (Investigación y Desarrollo), ya analizado.

b. El segundo, fue "la apertura del paquete tecnológico" de grandes proyectos de inversión, aplicado por primera vez a la Central Nuclear de Atucha, luego a la de Embalse y posteriormente incorporada a la JUNAC.

c. El tercero fue el gerenciamiento de grandes proyectos y de empresas del Estado (experiencias CNEA y SEGBA).

d. El siguiente, pero quizá el más importantes fue el "Modelo del triángulo" de Sabato-Botana. Este trabajo culminó una etapa de acción, experiencias y vivencias de Sabato en la CNEA y otras instituciones, y marcó un período importante, no sólo en su actividad intelectual, sino por la gran influencia que tuvo el mismo en la estructuración de lo que se denominó el "pensamiento latino-americano en ciencia, tecnología y desarrollo". El "Modelo del Triángulo" se difundió rápidamente por toda América Latina y fue extensamente reproducido, pero además, actuó como un detonador en la producción intelectual de ese pensamiento latino-americana en ciencia, tecnología y desarrollo que se estaba gestando, que se multiplicó y surgieron más de 100 trabajos importantes en la década siguiente.

e. Activa participación en las discusiones y elaboración de la "Ley de Compre Nacional" (Ley Nº 18.875/70) durante el Ministerio de Aldo Ferrer. Planteó una política de desarrollo tecnológico industrial ligada a las compras del Estado. En 1980 reivindicó la Ley Nº 111 de Patentes y enfrentó a la nueva Ley argentina de "Transferencia de Tecnología".

f. El paso siguiente fue relacionar la tecnología con el sector productivo en forma más directa. Sabato en 1972 planteó el concepto de "tecnología como mercancía". Aceptado ese concepto, inmediatamente surgió el de "comercio de la tecnología" y, por lo tanto el del "mercado de tecnología".

g. Pero, si la tecnología era una mercancía muy valiosa, su producción no podía ser dejada al azar y aparece así el concepto de "fábricas o empresas de tecnología". Luego profundiza sus líneas temáticas anteriores y avanzó y desarrolló el concepto de "régimen de tecnología", que aplicó en el "sector siderúrgico".

h. En 1974 recopiló, editó y publicó su libro: "El pensamiento latinoamericano en la problemática ciencia–tecnología–desarrollo–dependencia", que presentó una excelente actualización y visión global sobre esta temática.

i. Desde 1979 continuó con Michael Mackenzie los estudios sobre tecnología y estructura productiva y, en particular, la Producción de la tecnología.

El Problema Militar

Sabato fue un enemigo visceral de la falta de libertad, ética y justicia, que sufrió desde su juventud y le obligó a adquirir "oficios" diversos (periodismo, metalurgia, etc.). En 1971 enfatizó la ética en la función de gobierno y escribió un par de artículos cortos y agudos: "Del manoseo como una de las bellas artes" y "Tecnócratas y chantócratas". Le fue imposible dejar de lado el papel nefasto que tuvieron los "golpes militares" (sobre todo 1966 y el trágico de 1976). Emigración masiva de ciudadanos, entre ellos muchos investigadores y científicos, producto de persecuciones, secuestros, torturas y crímenes. En 1966: la "noche de los bastones largos". En 1976: 30.000 desaparecidos; ¡las matemáticas modernas subversivas; quema de libros en patios de cuarteles. Persecución a las universidades y su desmantelamiento. En 1977, Sabato comenzó una activa campaña de denuncia contra el régimen militar argentino, que culminó en 1981 como Colaborador Especial de "Humor" (revista humorística que tuvo un destacado papel al enfocar y denunciar la realidad política argentina durante esa dictadura) y varias conferencias en Argentina y EEUU, procurando "entender" esa "realidad" y definiendo la existencia de "un partido militar".

Sus últimos días

Desde mediados de 1983, su enfermedad avanzó, por lo que su actividad se redujo a artículos periodísticos. Falleció en la Capital Federal, el 16 de noviembre de 1983. Si bien llegó a ver recuperada la democracia para su país, no pudo colaborar en la inmensa tarea de reconstrucción que se avecinaba y en la cual su papel hubiera sido de relevancia fundamental. Vale transcribir lo que Sabato escribió diez años antes, al rendir homenaje a su gran amigo Silberstein, que considero se le puede aplicar textualmente: "Enrique Silberstein murió el 5 de octubre de 1973, a los 53 años. No lo mató el cáncer –como dijeron– sino la desesperanza, la misma que mató a Dante Panzeri, a Oscar Varsavsky, a Oski, a Cora Ratto de Sadosky, a Ricardo Platzek... La desesperanza de ver que la vida se les iba y el infame espectáculo de la prepotencia y la mediocridad, de la mentira y la obsecuencia, de la corrupción y el acomodo, continuaba sin interrupción y que ellos, los creadores, los luchadores, los mejores, quedaban al costado de la historia, masticando su impotencia, gritando su mensaje. Pido excusas por estas palabras, demasiado solemnosas o solemnudas. Y en particular se las pido a Enrique, que huía de la solemnidad como de la peste".

Fuente: Carlos Martínez Vidal, C., "Idealista entre pragmáticos y humanista entre tecnólogos", pp. 3-24 en Sábato en CNEA, Comisión Nacional de Energía Atómica, Universidad Nacional de General San Martín, 1996.

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Jorge Alberto Sábato Condron's Timeline

1924
June 4, 1924
Rojas, Buenos Aires, Argentina
1983
November 16, 1983
Age 59
Buenos Aires, Argentina