Patricio Joseph Julián Lynch y Roo

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About Patricio Joseph Julián Lynch y Roo

Estanciero-1- y empresario, logró reunir una de las fortunas más cuantiosas de América del Sur. Fue propietario de tierras que abarcaban Baradero -en lo que hoy es Ireneo Portela subsiste el casco de su estancia principal "San Patricio"-, en las márgenes del río Arrecifes, en Castelli, Dolores, Chascomús, Bolívar y muchas otras comarcas de la PBsAs. Fundó una compañía naviera que comerció activamente con los Estados Unidos: a sus bodegas llegó buena parte del armamento del Ejército de los Andes, extendió patentes de corso para combatir a la Armada española y una de sus fragatas, "La Heroína", de 475 toneladas y 34 cañones, fue la primera que izó la bandera argentina en las Islas Malvinas, el 6.11.1820. Con la idea de extender su imperio, Patricio envió a Chile a un hermano menor Estanislao.

https://es.findagrave.com/memorial/28671668/patricio_joseph_juli_n-...

http://www.acciontv.com.ar/soca/lynch/1/gene.htm

https://es.rodovid.org/wk/Persona:24431



Estanciero -1-, y empresario, logro reunir una de las fortunas mas cuantiosas de America del Sur. Nació el 17.2.1789. Falleció el 20/21.5.1881 en CBsAs. Fue propietario de tierras que abarcaban Baradero -en lo que hoy es Ireneo Portela subsiste el casco de su estancia principal, San Patricio-, en las márgenes del río Arrecifes, en Castelli, Dolores, Chascomús, Bolívar y muchas otras comarcas de la PBsAs. Fué propietario de Las Estancias "La Blanqueada" y "Rincón del Tala", en San Padro, PBsAs, las cuales las adquirió de John Leslie y Dundas. Fundó una compañía naviera que comerció activamente con los Estados Unidos: en sus bodegas llegó buena parte del armamento del Ejército de los Andes, extendió patentes de corso para combatir a la Armada española y una de sus fragatas, La Heroína, de 475 toneladas y 34 cañones, fue la primera que izó la bandera argentina en las Malvinas, el 6.11.1820. Con la idea de extender su imperio, Patricio envió a Chile a un hermano menor, Estanislao (de él desciende el almirante Patricio Lynch, de actuación decisiva en el arrasador triunfo chileno en la guerra contra Perú). Casado en matrimonio el 2.12.1813 con María Isabel de Zavaleta y Riglos (descendiente de conquistadores), nacida el 18.7.1795 y que falleciera el 24/25.1.1883.

PATRICIO JOSEPH JULIAN LYNCH Y ROO - mi chozno - nació en Buenos Aires el 17-II-1789, y al día siguiente lo bautizó en la Catedral el presbítero Bartolomé Luques, mientras sostenían al párvulo sobre la pila sus respectivos abuelos materno y paterna Cornelio de Roo y María Rosa Galayn en función de padrinos. Con apenas 10 años de edad, sus padres lo inscribieron en la "Academia de Dibuxo" que acababa de fundarse auspiciada y reglamentada por el Secretario del Consulado Manuel Belgrano, bajo la dirección de Juan Antonio Gaspar Hernández, "Profesor de Escultura, Arquitectura y Adornista", nativo de Valladolid en Castilla la Vieja, quien se había propuesto enseñar aquí " Geometría, Arquitectura, Perspectiva y todas las demás especies de Dibuxo que son tan interesantes a todas las artes y profesiones". En una lista fechada el 14-IX-1799, de los 62 alumnos que asistían a las clases de "dibuxo" de Hernández, figura el niño Patricio Lynch - el menor entre sus condiscípulos - junto a maduros compañeros como José María Morel de 33 años - futuro padre del famoso pintor Carlos Morel - y Agustín Donado de 32 - más tarde precursor de nuestra Independencia; unidos a muchachos como Manuel Arroyo y Pinedo de 21 años y Juan José Sarratea de 23; a chiquilines de edad cercana a la de Lynch, como José María de Escalada Bustillo y Máximo Zamudio de 12 años, Juan Crisóstomo Riglos Lezica de 13, Floro Zamudio y José Manuel Díaz Vélez de 14, Juan José de Elizalde de 15, Marcos y Rafael Sobremonte de 15 y 16 uno y otro (hijos del Marqués e infortunado Virrey, tan mal recordado por la Historia); y Luis Perichón de Vandeuil y Buenaventura Arzac, ambos de 16 años.

No se si tata Patricio - como le llamaron sus descendientes - salió de esa Academia dibujando bien. Lo cierto es que en 1803 ingreso en el Colegio de San Carlos, al primer año de Filosofia, y que en 1805 completó los respectivos cursos a cargo del clérigo José Joaquín Ruiz, graduándose de "filósofo" el 3º año, a la par de Manuel Dorrego, de José Ramón de Lezica y Vera, de Esteban de Luca - el poeta - y de José Ellauri - venidero prócer uruguayo -, entre otros colegiales menos conocidos.

Las Invasiones Inglesas

Tras la primera invasión de Beresford, la mejor juventud porteña se alista en los batallones de milicias creados en 1806, a la espera de una segunda arremetida británica. Patricio Lynch - patriota de 18 años -, con el grado de Alférez, se incorpora el 29-VI-1807 al 2º escuadrón de los Húsares. Ese mismo día, recibe Buenos Aires la noticia de que Whitelocke ha desembarcado en la Ensenada de Barragán dispuesto a marchar sobre la ciudad. No sabemos si Patricio salió con su regimiento a hostigar a los ingleses a través de los bañados y campos que entonces mediaban entre las actuales poblaciones de La Plata y Bernal - tierras de Santa Coloma antes que de Bernal en ese tiempo -. No sabemos tampoco si el muchacho peleó en los combates de la Defensa, aunque estaba bajo banderas, lo cual hace presumir que sí. La verdad es que el 7 de julio, Whitelocke capitulaba retirando sus efectivos maltrechos, y que a los 32 días de esta retirada, el 8 de agosto, Patricio Lynch fue dado de alta como "Teniente de las Tropas Ligeras de Montevideo". Ignoro si mi antepasado sirvió militarmente en la vecina orilla.

En tiempos de la Patria

Producida la revolución de Mayo con la destitución del Virrey Cisneros e iniciada la lucha militar a fin de imponer el "nuevo sistema" en las demás provincias del virreinato, multiplicáronse en la ciudad porteña y en algunas del interior las adhesiones a la Junta y los donativos particulares destinados a paliar las urgencias económicas del gobierno, comprar armas y contribuir a la manutención de los soldados. Así La Gazeta de Buenos Ayres del 19-VII-1810, publica una "Razón de las cantidades y especies que se han ofertado por donativo para la expedición de unión de las Provincias interiores", y en dicha nómina figuran los hermanos Patricio y Estanislao Linch, donando "8 pesos corrientes mensuales por el espacio de un año, contado desde el 1º de Julio presente, habiendo oblado dos meses adelantados, y (puesto) sus personas para el servicio que estime la Junta". Y en otra "Razón de las cantidades obladas por los individuos que se expresan en clase de donativos para la realización de la Biblioteca Pública", que estampó posteriormente La Gazeta, Patricio Lynch y su hermano Estanislao donaron 10 pesos fuertes cada uno.

A fines de 1810 Patricio se traslada a Potosí, que acababa de ocupar el ejército patrio subordinado a su tío Castelli. Allá llevó un mediano capital en sociedad con el potosino José Pascual del Pobil y Viudes, a fin de invertirlo en la compraventa de mercaderías, ya que el intercambio comercial con las provincias arribeñas habíase restablecido. Pero la derrota de Huaqui (20-VI-1811) le hizo perder todas sus mercaderías y hasta el último real.

Fracasado el negocio, aunque intactos los bríos, torna el joven a sus lares; y aquí, el 2-XII-1813 en la Catedral, se casa con Isabel de Zavaleta y Riglos. Bendijo ese enlace el presbítero Mariano de Zavaleta y Aramburu, padre de la contrayente, el cual, después de muerta su esposa María Jacinta de Riglos y San Martín, habíase consagrado a la Iglesia. Apadrinaron a la pareja frente al altar, los tíos de la novia; Marcos José Antonio de Zavaleta y María Ignacia de Riglos, mujer de 2as nupcias, a la sazón, de José de Reinoso y Roldán, y ex viuda del extinto Francisco de la Mata Bustamante.

María Isabel de Zavaleta - tal su nombre completo, aunque siempre la llamaron Isabel - nació en Buenos Aires el 8-VII-1795, resultando seis años menor que su flamante marido: él con sus 24 cumplidos, ella con sus 18 en flor. Los antecedentes genealógicos de mi tatarabuela - Máma Isabel, para sus descendientes - se incluyen en las monografías que tengo escritas sobre los linajes de Zavaleta, Riglos, Aramburu y San Martín.

La actividad mercantil de don Patricio

A todo esto ¿de que vivía mi tatarabuelo Lynch?. Desde tiempo atrás habíase dedicado por entero a los negocios. A tal fin abrió una casa de remates y consignaciones, empleando en dicha tarea a sus hermanos menores Benito, Manuel y Félix, y también a Estanislao, que sería factor suyo en Chile. Vinculado Patricio al próspero comisionista yanqui David Curtis De Forest - socio en no pocas lucrativas transacciones -, éste lo puso en conección con muchos exportadores norteamericanos y con los principales armadores de Salem, Baltimore y Nueva York; y como la ruta a los Estados Unidos era en ese tiempo la única segura, pues las travesías a Europa entrañaban serios peligros debido a la guerra de España con sus colonias revolucionadas, Lynch se entregó de lleno a la actividad marítima, agenciándose las consignaciones de la mayoría de los buques y cargamentos estadounidenses destinados a nuestro puerto.

Por otro lado, fuera de estas prácticas mercantiles, era conveniente quedar bien con el gobierno de turno; el que presidía Alvarez Thomas a dos meses de su instalación revolucionaria. Consecuantemente, junto con otros ciudadanos, el 24-VI-1815 Patricio Lynch, su padre don Justo Pastor y su hermano Benito, "por sí y por sus Sras. Esposas", efectuaron un donativo al Erario de 57 pesos en dinero efectivo, y 28 marcos y 12 onzas de plata labrada.

Tras el donativo - de paso mangazo -, Patricio con los rematadores Julián Panelo y José Julián Arriola, solicitaron en nota al gobierno se les rebajara, del uno y medio al medio por ciento, el derecho de pregonería sobre las almonedas y transacciones que se efectuaban en sus "casas de martillo", debido a los perjuicios que dicha alcabala les causaba. Alvarez Thomas derivó al Cabildo la petición de referencia en un oficio que los Regidores leyeron en su acuerdo del 31-X-1815. Insistieron entonces los martilleros ante ese cuerpo en su demanda, mientras cerraban sus locales de remate, ("lock out"?) en espera de una respuesta favorable. Pero el Cabildo no hizo lugar al reclamo.

Mi antepasado busca una vivienda central y se estrena en la función pública

En La Gazeta de Buenos Ayres del sabado 9-XI-1816 se lee el siguiente aviso; "Se busca una casa en el centro de esta ciudad, comoda para negocio y para habitar una familia; quien la poseyere y gustare alquilarla véase con D.Patricio Lynch".

Es que mis tatarabuelos - con su primogénito - Julián (mi bisabuelo) de 1 año y 7 meses - vivían, en ese tiempo relativamente lejos del centro; en el cuartel 25 de la ciudad o sea dentro de alguna de las 16 manzanas enmarcadas hoy por las calles Belgrano, Entre Rios, Independencia y San José; que - menos una - en aquella época llevaban nombres de quienes tuvieron responsabilidad dirigente durante las Invasiones Inglesas; a saber, en el expresado orden; Pirán (por Antonio, Regidor en 1807), De las Tunas, Monasterio (por Martín, también Regidor en 1807) y Pazos (por Ramón, que fuera ayudante de Liniers).

Al renovarse el Cabildo el 1-I-1817, Patricio Lynch resultó elegido Regidor, y en tal carácter, se le destinó a presidir, los días 17 y 18 de abril, la elección de Diputados para un Congreso General, debiendo los sufragistas depositar sus votos en un "recipiente" que se colocaría en la Iglesia de la Concepción.

Por esas fechas, un documento anónimo de procedencia realista, titulado "Idea de los Indibiduos que figuran o tienen alguna influencia en el estado actual de Buenos Aires", define así a mi antepasado; "Linch; Comerciante, actualmente Regidor y compañero del Anglo Americano Desforet; es juicioso y principia a figurar en el día". Debajo de su nombre va escrito; "Confirmado". (Relación Documental publicada por Ricardo R. Caillet Bois en el Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras. Tomo XXIII. Bs.As. 1939).

La sociedad Lynch Zimmermann y Cia

A fines de 1816, o principio del 17, llegó de los Estados Unidos a Buenos Aires Johann Christian Zimmermann como socio del comisionista yanqui David C. De Forest, éste, - según dijimos - vinculado por negocios comunes con Patricio Lynch. Zimmermann había nacido en 1786 en Eckenhagen, antiguo pueblito del Gran Ducado de Berg, al sur de la cuenca alemana del Ruhr. En 1802 emigró a los Estados Unidos, dedicándose al comercio marítimo de exportación e importación. En 1815, en uno de sus viajes a Alemania, casóse en Remscheid, población de Prusia, cerca de Dusseldorf, con Helena Dorotea Halbach (n. en Remscheid el 17-XI-1788 y fall. en Bs. Bas. el 17-XII-1824; hija de Juan Abraham Halbach Bertram y de Helena María Schmidt); y acá, en la ciudad porteña, Zimmermann contrajo 2as nupcias, en 1827 con su cuñada Luisa María Halbach.

Entre nosotros, el negociante alemán y los argentinos Patricio Lynch y su hermano Félix, fundaron la razón social "Lynch Zimmermann y cía"; empresa armadora, consignataria e importadora de muebles y novedades yanquis. Esta sociedad (cuyo contraro matriz firmóse en Buenos Aires, el 9-IX-1817, ante el Regidor José María Yevenes y los testigos David C. De Forest y Lino Fernández de la Cruz) funcionaría viento en popa hasta el año 1822, en que se disolvió. Zimmermann, por otra parte, fué cónsul de los Estados Unidos en Buenos Aires, (1819-1821), y también de Hamburgo (1830) y de la ciudad libre de Bremen (1843). Posteriormente regresó el hombre a Nueva York y ahí su fallecimiento se produjo en 1857.

Algunas constancias notariales y periodísticas referentes a mi antepasado Lynch

El 13-II-1818, ante el Escribano Juan José Rocha, la sociedad "Lynch Zimmermann y Cía" otorgaba un poder general amplio a favor de David C. De Forest, quien aquí había liquidado sus negocios y se hallaba en los Estados Unidos. Quince días más tarde (28 de febrero) el nombre de Patricio Lynch aparecía en La Gazeta contribuyendo con 20 pesos fuertes "en favor de las familias emigradas del Entre Ríos a esta capital"; sin duda a causa de la contienda entre las montoneras de Pancho Ramírez y el ejército invasor porteño al mando del Coronel Luciano Montes de Oca. En una " Suscripción para aliviar un tanto la suerte de las viudas e inválidos de la guerra de la Independencia", que publicó La Gazeta el 16-VI-1819, la firma "Lynch Zimmermann y Cía" figura donando 100 pesos fuertes. El 1-VIII-1819, Lynch es nombrado Teniente Cónsul en el Consulado; vale decir suplente del 1º Cónsul: Miguel de Riglos. El 28-II-1821, ante el Notario Rocha, Patricio Lynch firma un poder a favor de su socio Juan Cristián Zimmermann, próximo a viajar a Chile. Y el 12-IX-1822, ante José Cabral, don Patricio le daba poder especial al abogado José Ellauri, su antiguo condiscípulo uruguayo en el Colegio carolino, para que lo patrocinara en la causa que le había promovido Francisca de Palacios Iramain, en representación de su marido, Juan Cornet y Prat, demandándolo por cobro de pesos. Esa deuda - que Lynch abonaría "con mucho sacrificio" a la viuda del acreedor - montaba 8.914 pesos, mitad en metálico y mitad en billetes de Banco, y se contrajo en 1811 en Potosí, antes del desastre de Huaqui, "por cuenta de mi socio Don José Pobil", según lo recordó mi antepasado en su testamento.

Los comisionados yanquis y el baile que les dió Patricio Lynch en su casa

El 28-II-1818 llegó a nuestro puerto la fragata norteamericana "Congress" trayendo a su bordo la misión enviada por el Presidente Monroe a fin de que informara a su gobierno acerca de la capacidad de las Provincias Unidas para desenvolverse como nación independiente. Integraban esa comisión semi diplomática, Theodore Bland, John Graham y César A. Rodney, y actuaba como secretario Henry M. Brackenridge, quien, más tarde, escribiría un libro sobre dicho viaje; en el cual así relata la visita de los comisionados al Fuerte con estas palabras: "... A eso de mediodía cumplimos con la visita de protocolo. Al acercarnos a la Fortaleza encontramos varios centenares de las personas más respetables, congregadas por el interés que despertaba el acontecimiento; su aspecto, indumentaria y actitudes eran semejamtes a los de las personas del mismo rango social de los Estados Unidos. Nada había visto hasta entonces que me diera una tan alta opinión de la población de Buenos Aires ... Al cruzar las diferentes oficinas, vimos gran número de empleados y funcionarios que nos dieron pruebas de respeto. El Secretario de Estado (Gregorio Tagle) se reunió con nosotros, guiándonos por una escalera que conduce al departamento ocupado por el Director. Pasamos por un gran salón, donde vimos cincuenta o sesenta oficiales de las tropas regulares y cívicas, todos con espléndidos uniformes. Se pusieron de pié, formando calle, por la cual pasamos. En la sala contigua nos recibió el Director, quien, con la naturalidad y afabilidad de un culto caballero, se adelantó hacia nosotros ofreciéndonos asientos. Pueyrredón representa unos cuarenta años de edad, de estatura mediana, algo corpulento y, en su conjunto, de aspecto autoritario y digno. Su conversación y modales son los de una persona habituada a la mejor sociedad, tan distante de la vulgaridad como de la afectación. Se ve, a simple vista, que es un hombre acostumbrado de tiempo atrás a tener actuación distinguida en la vida. Evidentemente parecía una de esas personas que deben ser elegidas por una nación para gobernarla, y ningún extranjero podrá sorprenderse de ver a este hombre en tal cargo. Su cutis es blanco, con ojos azules, su aspecto expresa inteligencia y humanidad, tiene gran aplicación al trabajo y es de temperamento enérgico esencial en tiempos de revolución; "No tengo palabras para expresar lo grata que es para nosotros esta prueba de buena voluntad" - les dijo Pueyrredón a los yanquis. "Es natural que exista una real y afectuosa amistad y simpatía entre nosotros, porque habitamos la misma parte del globo, nuestra causa fué la vuestra en época no lejana, y proseguimos los mismos ideales que ustedes han alcanzado con tanta felicidad ... Somos un pueblo que recién está empezando a ser. Luchamos con grandes dificultades y hemos trabajado en condiciones desventajosas ... Cuando ustedes conozcan más este país, encontrarán en todos los sectores de la población un ardiente amor a la libertad e independencia, y en obtención de tan grandes objetivos estamos todos unidos y dispuestos a morir antes que a rendirnos ...".

En días sucesivos, los comisionados de Monroe se entregaron a la tarea de recoger los datos, antecedentes y averiguaciones que estimaron necesarios a su misión. Y antes de que los mismos dieran fin a su cometido, Pueyrredón le pidió a su amigo Patricio Lynch se encargara de agasajar en su casa, con un baile y cena, a los visitantes extranjeros. (Dicha casa quedaba en la actual calle Corrientes, en el mismo sitio donde hoy se levante el Círculo de Armas).

La fiesta organizada por Lynch y su socio Zimmermann fué comentada por el periódico El Repúblico Federal de Baltimore. Ese comentario que reprodujo en castellano La Gazeta de Buenos Ayres del miércoles 30-IX-1818, dice así: "El 26 de marzo de 1818 los Srs. Linch y su compañero Zimmermann, comerciantes ricos y respetables de Buenos Aires, dieron un baile magnífico en celebridad de los comisionados americanos. Ellos fueron recibidos en un patio espacioso, simétricamente iluminado con bombas brillantes, a quien toldaba una hermosa vela, de donde flotaban soberbiamente las banderas de Estados Unidos y de Sud América, sobre un círculo de doscientas jóvenes que se distinguían por su opulencia, elegancia de sus vestidos, y su hermosura personal. A media noche, un sumptuoso ambigú interrumpió el baile: y los víctores y cumplimientos a los huéspedes americanos y al sexo dulce, sugeridos por el entusiasmo más animado, descubrieron los sentimientos elevados que abrigaba aquella asamblea. La marcha de Washington, repetida con solemne regocijo, al compás de una música arrebatadora, dió un nuevo ser a la compañía, y abrió otra escena de danzas, cantos y festejos. La fiesta de la razón y la dilección de las almas detuvo a los huéspedes transportados, hasta que rayó la aurora deshaciendo este encantado prestigio".

A su vez uno de los comisionados, en larga carta enviada a su esposa, que apareció el 25 de julio de aquel año en el Niles Register de Baltimore, describe a la ciudad de Buenos Aires; a sus casas de estilo morisco-español; y al "baile que nos ofrecieron los señores Zimmermann y Lynch". "El primer patio - apuntó el corresponsal - estaba cubierto con un gran toldo del cual pendían alrededor de treinta faroles. Además de las muchas velas sobre las paredes y grandes espejos, las ventanas estaban adornadas con ramas y flores. La banda de músicos fue ubicada en el zaguán de entrada, para lo cual se clausuró el portón principal, sobre el que se hallaban las banderas argentina y norteamericana. También en el interior, sobre la puerta opuesta a la de la entrada principal, se colocaron ambas enseñas. El patio de la casa quedó de este modo convertido en una gran sala o hall, el piso fué cubierto con una gran alfombra, y contra las paredes se colocaron sillas. Parece que los habitantes de esta ciudad, aún los no plebeyos, cuando hay una gran recepción suelen aglomerarse en forma impertinente para actuar como espectadores, aún cuando no hayan sido invitados ni conozcan a la persona que ofrece la fiesta. De manera que para mantener a los impertinentes a cierta distancia, las señoras Zimmermann y Lynch (Helena Dorotea Halbach e Isabel Zavaleta) lograron que el gobierno les concediera un pelotón de soldados para montar guardia alrededor de la entrada y en el pasillo de comunicación entre el primero y segundo patio; no obstante ello, cuando llegamos, la aglomeració delante de la casa era grande, había alrededor de cien mujeres y doble cantidad de hombres. Se bailaban dos tipos de danzas, el viejo minute y la country dance (minué y contradanza). El minute es el mismo que estuvo una vez de moda entre nosotros, pero la country dance es diferente de la nuestra, los compañeros semejan a una pareja que bailara el vals. Sus danzas parecen calculadas para cultivar y poner en evidencia la gracia de los movimientos; no tienen cotillón o pasos muy animados, por lo tanto siempre bailan sobre una alfombra, no se fatigan por la duración de las danzas, y las damas adoptan actitudes graciosas, se mantienen muy erguidas y tienen una gentil manera de caminar. Los vestidos siguen en gran medida la moda nuestra, pero son más adornados y tienen algo de teatral para nuestro gusto. La cena se sirvió en el comedor y en la sala, y era abundante y sabrosa. En síntesis, fué el baile más espléndido al que yo nunca haya asistido. Las damas de Buenos Aires son cordiales y desenvueltas en sus modales. Se dice que su manera diaria de vestir es similar a la de la vieja España: un vestido negro de raso con polizón y de largo suficiente como para dejar al descubierto los tobillos, un tanto más corto que lo que sería considerado lo estrictamente correcto por nuestras damas; usan medias de seda blanca y zapatos blancos de raso, cubren su cabeza y sus orejas con una mantilla o con un chal, que cruzan sobre el pecho, y se acompañan de un abanico. Nunca he visto un sombrero de ninguna clase sobre la cabeza de ninguna mujer, joven o vieja, en Buenos Aires. Son, en general, bien formadas, morochas, tienen lindos pies y tobillos, hay muchas muy bonitas pero no he visto una que fuera hermosa ...". (Los párrafos de esta pintoresca carta fueron incluídos en un artículo titulado Primeras manifestaciones de amistad argentino-norteamericano, que publicó el diario La Prensa de esta capital, el 1-I-1957. El artículo no lleva firma, pero se me ocurre fue debido al historiador Carlos Alberto Pueyrredón).

Barcos, cargamentos, consignaciones

Distintas goletas, bergantines y fragatas, casi todas norteamericanas, y también algunas inglesas, francesas, hamburguesas, holandesas y danesas, recalaban en Buenos Aires llenas de cargamentos consignados a Patricio Lynch y sus socios, quienes, de retorno, remitían, en esos mismos navíos, frutos y productos de nuestra tierra a puertos extranjeros: Baltimore, Boston, Nueva York, Portland, Salem, New Haven, Wilmington, Saint Thomas en las Antillas, Hamburgo, Amberes, Nantes, Gibraltar, Cabo Verde, Pernambuco, Rio de Janeiro, Valparaíso.

Dicho corretaje naval, dentro de una múltiple variedad de efectos y manufacturas, descargaba en la rada bonaerense; planchas de hierro y acero; armas (cañones, fusiles, escopetas, balas, pólvora); cuchillos, clavos, jarcias y aparejos; carbón de piedra, mármoles, barnices y alquitrán; tablazones de madera, muebles y carruajes; loza, platos, vidrios, botellas y espejos; tinta, resmas de papel, cartones, libros, naipes y juguetes, medicinas e instrumentos ópticos; jabones y perfumería; aguardientes, tabaco, café, té y chocolate; bacalao, quesos y frutas. Y tornaban después aquellos veleros a sus respectivos países, con las bodegas repletas de cueros vacunos, ovinos y yeguarizos; de lanas de ovejas y vicuñas; de pieles de venados, nutrias, chinchillas, vizcachas y guanacos; de plumas de cisnes; de cerdas, grasas, aspas y garras animales; de trozos de carne tasajeada y de marquetas de sebo. Todo el movimiento marítimo de la ciudad porteña en aquella época (1817-1821), hállase registrado, con cronológica puntualidad, en La Gazeta de Buenos Ayres, con los nombre de los barcos, de sus capitanes y de las mercaderías traídas y llevadas a bordo.

Aventuras de la fragata "Heroína"

En cierta oportunidad, Patricio Lynch adquirió la fragata francesa "Braak", de 475 toneladas con 34 cañones y, después de equiparla y convertirla en eficiente nave guerrera, fué su determinación ponerla al servicio del gobierno. Al efecto, el 9-IX-1819 presentóse mi tatarabuelo al Ministro de Marina solicitando patente de corso para dicha embarcación de tres palos, a la que pensaba rebautizar con el nombre de "Thomás Guido". En los siguientes términos redactó la nota respectiva; "El ciudadano Patricio Linch de este comercio y vecindario a V.E. con mi mayor respeto digo que me hallo en ánimo de armar en corso en este puerto una fragata de 475 toneladas y de 30 a 34 cañones. Para efectuarlo solo me falta el armamento y municiones, que no encontrando a venta en manos de particulares, me es indispensable molestar la atención de V.E. para solicitarlo de los arsenales y parques del Estado, bajo las condiciones prefijadas en el artículo 5º de las Ordenanzas de Corso. Si V.E. tiene a bien concederla, espero se servirá impartir sus órdenes al efecto a las respectivas Comandancias de Marina, Parque y Sala de Arma, y al mismo tiempo mandar se extienda y se me entregue la Patente de Corso conque ha de navegar dicho buque que será denominado "Thomás Guido", y su comandante es Don David Jewett. A V.E. rendidamente suplico se sirva acceder a mi petición por ser conforme a la liberalidad con que V.E. proteje a los que aventuran sus fortunas para exterminar a los enemigos de la patria; Patricio Linch".

Cuatro meses después, el 7-I-1820, don Patricio vuelve a oficiar al Ministro de Guerra y Marina, Matías de Irigoyen y de la Quintana, informándole acerca del estado de su nave y de haberle cambiado el nombre de "Thomás Guido" - ex Secretario de Guerra y Marina el cual, a la sazón, con el grado de Coronel acompañaba a San Martín en Chile como delegado del gobierno de Buenos Aires - por el vibrante de "Heroína". Leamos ese escrito; "Sr. Dn. Matías de Irigoyen; Venerado amigo mio y señor mio; Hallándose mi fragata corsaria la Heroína reciviendo sus provisiones, enganchando su tripulación y preparándose para hacerse a la vela dentro de 15 días, me tomo la libertad de dirigirme a V. en solicitud de sus despachos, los quales espero serán otorgados en la forma que anteriormente expresé a V. persuadido que por ello se conseguirá un buen éxito en la Expedición, seguridad en los intereses y crédito al pavellón nacional. El nombre del buque será el de arriba mencionado, si V. no dispone otra cosa; su patente o comisión la de un buque de Guerra del Estado, destinado a cruzar por un año; el despacho de su comandante Don David Jewett, de Coronel del Ejército, como se prometió y como merece ... el del 2º comandante Don Juan W. Adams, con el grado de Mayor. Pienso poner seis Tenientes, pero aún no me he fixado, entre los varios que lo solicitan, quales han de ser los primeros y quales los segundos ... y el de un Subteniente en favor de Don Luciano Castelli (Castelli Lynch, primo hermano del propietario del navío). No pongo Maestres de Presas, que ellas deberán ser mandadas por Tenientes y contramaestres ... y porque no los hay en los Buques de Guerra. También suplico a V. se sirva mandarme las instrucciones generales y particulares que S.E. (el Director Supremo Gral. Rondeau) tenga a bien comunicar al Comandante de la Fragata. El buque se halla ahora en condición admirable, y yo confío que hará honor al paíz a que pertenece. Mucho en estremo siento que se vaya a la mar sin haber estado V. a su bordo; es lo mejor que hasta ahora hemos tenido. Un hijo de Azevedo que ha servido en la Marina Inglesa va de Guardia-marina; en la misma clase va un sobrino de Goyena que ha sido Guardia-marina en España; van varios jovenes aventureros. Deseo disfrute V. de salud y ordene quanto guste a este su afectísimo y obediente servidor; Patricio Linch". (Documentos transcriptos por José Antonio Da Fonseca Figueroa en su libro titulado David Jewett, una biografía para la historia de las Malvinas. Bs.As. 1985).

Que mi tatarabuelo no vendió aquella fragata al gobierno - como apuntan algunos historiadores - sino que puso al servicio de éste dicho barco, a fin de luchar por la independencia criolla y reafirmar nuestra soberanía en las islas Malvinas, sin mengua de despojar a las embarcaciones enemigas de los efectos vendibles en beneficio del armador, lo prueba la escritura que el 15-III-1820 suscribió en Buenos Aires Patricio Lynch, ante el Escribano Juan José Rocha, otorgando poder especial a favor de "Don David Cortes de Forest" - su amigo y antiguo socio - residente en los Estados Unidos, "para reclamar judicialmente todas las presas de mi fragata la Heroína, que hace el corso con la bandera nacional".

Aclarado este punto, consigno que el 20-I-1820 zarpó la "Heroína" de la Ensenada de Barragán hacía la vasta extensión oceánica, dispuesta a emprender su guerra de corso, y llevando también instrucciones del gobierno para afirmar en las Malvinas la potestad de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Reunía, el gallardo velero, una tripulación de 42 plazas al mando del corsario yanqui David Jewett, a quien el Director Rondeau había graduado de "Coronel"; asistido por el 2º Comandante John W. Adams, hecho "Sargento Mayor", por el Capitán Laureano Anzoátegui; por los Tenientes Manuel Vega y Luciano Castelli Lynch, entre otros oficiales.

Primeramente, enfiló proa la fragata al norte, bordeando las costas del Brasil, donde fué presa de violentos temporales; y los navegantes tuvieron la desgracia de que muriera a bordo el 2º Comandante John Adams, que se había embarcado enfermo. Siempre hacia el norte margináronse después las islas lusitanas del Cabo Verde y las Canarias españolas, y el 24 de julio, en las proximidades de Gibraltar, topa la "Heroína" con la similar portuguesa "Carlota", de 22 cañones que pretendía cerrarle el paso, y, tras breve combate la nave argentina captura a su inesperada rival. Más una serie de contratiempos y dificultades, complots de la tripulación, pérdidas de agua, y alguna gente enferma de escorbuto, contribuyeron a que Jewett interrumpiera el crucero corsario y girara en redondo su buque hacia los mares australes, donde una furiosa tempestad separo a la "Carlota" de su aprehensora; la cual, por fin, el 27 de octubre, echó el ancla frante a la isla Soledad, la mayor del archipiélago malvinense.

Allá, los argonautas de la "Heroína", en vez del vellocino de oro, encontraron merodeando por esas islas - que de hecho eran de cualquiera - muchas embarcaciones y gran cantidad de balleneros ingleses y norteamericanos, frecuentadores de tales latitudes no solo para destruir cetáceos en el agua, sino también animales salvajes en tierra firme.

Entre esa legión de intrusos hallábase el Capitán James Weddel, del navío británico "Jane" en viaje al polo. Su par, el Comandante del barco de mi tatarabuelo, conferenció con el marino inglés, notificándole que "estaba comisionado por el Supremo Gobierno para tomar posesión de las islas en nombre del país al que estas pertenecían por ley natural". En consecuencia, el 6-XI-1820, Jewett y toda la dotación de la "Heroína" de Patricio Lynch (incluso su primo el Teniente Luciano Castelli Lynch), en presencia de aquellos entrometidos cazadores de anfibios oceánicos, tomaron solemne posesión de nuestras Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata, saludando, con 21 cañonazos, a la badera azul y blanca que flameaba al viento en la punta del mástil más elevado.

Más adelante Jewett hizo apresar por la "Heroína" a la goleta norteamericana "Rampart", que viajaba del Callao a Cádiz cargada de mercaderías dirigidas a comerciantes españoles. La cautiva goleta llegó a Buenos Aires el 17-II-1821, al mando del Teniente de Presa Cristóbal Cornelia, al cual habíase subordinado la tripulación. Su carga de cacao, algodón, cascarilla y lana fué confiscada por una condena del Tribunal de Presas. Ello provocó un conflicto diplomático con los Estados Unidos, solucionado, poco después, mediante arreglo particular entre el Capitán del "Rampart" Tomás Feren y Patricio Lynch, armador propietario de la "Heroína".

Entre tanto Jewett solicitó su relevo, y el gobierno argentino nombró en su lugar al Teniente Coronel de Marina Guillermo Roberto Mason, quien zarpó de las islas Malvinas con intención de doblar el Cabo de la Buena Esperanza; pero los sucesivos temporales y el débil estado de la fragata, que necesitaba carenar su casco pues le penetraba agua, obligaron a desistir de aquella idea. Timoneada hacia oleajes menos procelosos, la nave de Lynch apresó a vista de nuestra costa al bergantín español "Maypú", de 18 cañones, procedente del Callao, con 103 tripulantes que se dirigían a Cádiz; a cuyo bordo solo había un poco de dinero particular de los oficiales. Dado el mal estado de la armazón y arboladura de la "Heroína", y sin tener posibilidad de ser compuesta en Buenos Aires, Mason decidio hacerla reparar en algún puerto europeo, y para el viejo mundo desplegó su velámen. Frente a las playas brasileñas de Bahía, nuestro corsario capturó al barco negrero portugues "Vizcondesa do Río Seco". Luego, tras distintas peripecias, al alejarse la "Heroína" de Gibraltar, fué capturada por la fragata lusitana "La Perola". Como buena presa internaron a la nave argentina en Lisboa, y su Capitán y tripulación tuvieron que permanecer dos años prisioneros en Portugal; al cabo de los cuales Mason regresó a Buenos Aires. En la guerra contra el Brasil, él siguió luchando en los ríos y en el mar lo mismo que posteriormente en la escuadra riverista contra Rosas. Era norteamericano, y murió en Buenos Aires, el 1-V-1843, perdonado por Rosas, después que cayera prisionero de los federales.

Respecto al Comandante Jewett, este pasó más tarde al servicio del Brasil con el grado de Capitán de mar y tierra. Producida la guerra de las Provincias Unidas con el Imperio, Jewett dió parte de enfermo para no luchar contra los argentinos. Murió en Río de Janeiro el 26-VI-1842. Había nacido en North Parish, New London, Connecticut, Estados Unidos.

Como epílogo de las aventuras de la fragata de esta historia, agrego que corrido más de medio siglo, se presento a nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, Patricio Lynch Zavaleta, solicitando apoyo a una reclamación que había formulado al gobierno portugués. Recordó el solicitante que su padre Patricio Lynch, durante la guerra de la Independencia armó y equipó a su costa a la "Heroína", la cual fué capturada por un buque lusitano. El diario porteño "La Nación" de fecha 29-VIII-1876, relató así dicho atracó; " ... La Perola se hizo a la vela y saliendo mar afuera, caló los mástiles, pinto de nuevo el casco y cerró las portezuelas a fin de sorprender a la Heroína, dándose el aspecto de un buque mercante ... Poco después levó anclas la Heroína, y saliendo a alta mar avistó una embarcación de aspecto mercante, y al aproximarse para practicar su reconicimiento, se abrieron las portezuelas de la Perola y una andanada nutrida de artillería y fusilería le causó grandes estragos. La resistencia de la Heroína fué tenaz, pues estaba comandada por un jefe y oficialidad valientes y esperimentados, pero desmantelada en ese encuentro traicionero tuvo que rendirse. Fué entonces conducida a Lisboa por la Perola (29-III-1822) y allí declarada buena presa como buque pirata por medio de un juicio injusto e ilegal". Y finaliza el articulista; "El Gobierno Argentino ha atendido los reclamos de subditos portugueses por perjuicios sufridos a consecuencias de las conmociones del país, y este es el primer reclamo de un ciudadano argentino contra el gobierno de Portugal por la misma causa".

Otras referencias acerca de la actuación pública de Patricio Lynch

El 17-I-1820 volvió Patricio Lynch a integrar aquella nómina de 50 "ciudadanos honrados", de entre los cuales habían de escogerse los 9 miembros de la Junta Protectora de la Libertad de Imprenta, elegidos por los dos electores que el Cabildo nombraba cada año. Junto al nombre de Lynch, figuran en dicha cincuentena los nombres de otros tatarabuelos míos; Manuel Hermenegildo de Aguirre y Juan José de Anchorena; y los hermanos de éste, Tomás Manuel y Nicolás; amén de Manuel y Miguel de Irigoyen, Miguel de Riglos, Miguel Marín, Victorio García de Zúñiga, Braulio Costa, Sebastián y Ambrosio Lezica, para no citar sino a algunos parientes de mis antecesores. Ninguno de ellos, debo añadir, salió elegido miembro de la referida Junta.

Caído el régimen directorial tras la derrota infligida a Rondeau en la Cañada de Cepeda (1-II-1820) por los caudillos Ramírez y López, un Cabildo abierto de emergencia estableció la Primera Junta de Representantes porteña, la cual, a su vez, eligió Gobernador a Sarratea. Pero un caos político incontenible se precipita en la provincia (ver las monografías sobre Manuel H. de Aguirre y Juan José de Anchorena), y aquella Legislatura queda desintegrada. Entonces se realizan elecciones de Diputados en la ciudad y campaña; y el 27 de abril, el consecuente escrutinio revela que Patricio Lynch apenas había logrado 10 votos, resultando consagrados Representantes por la ciudad; Tomás Manuel de Anchorena con 212 sufragios, Ildefonso Ramos Mexía con 180, Manuel Obligado con 153, Juan José de Anchorena con 136, Victorio García de Zúñiga con 127, Juan Pedro de Aguirre con 119, Vicente Lopez con 105, Antonio José de Escalada con 95, Francisco Antonio de Escalada con 89, Miguel de Riglos con 79, Juan José Paso con 71 y Juan Alagón con 70.

El 9-VIII-1821, el Gobernador Martín Rodríguez y su Ministro Rivadavia establecieron una Junta de 12 ciudadanos, 6 comerciantes y 6 hacendados, a fin de que asesoraran al Gobierno en materia comercial y en asuntos agrarios respectivamente. Como expertos mercantiles fueron designados Juan José de Anchorena, José María Roxas y Patrón, Julián Panelo, Manuel Hermenegildo de Aguirre, Juan Alsina y Patricio Lynch; y como idóneos en las cosas del campo a estos estancieros; Juan Miguens, Joaquín Suarez, Lorenzo Lopez, Agustín Lastra, José Dominguez y Mauricio Pizarro. La iniciativa de Rivadavia, excelente por lo demás, no pasó de ser un enunciado teórico, cual gran parte de los engendros de su obstinada imaginación.

Los campos de Lynch entre la "Cañada Honda" y el río Areco

Ahora voy a precisar los campos de mi antepasado. En 1821 "me entregó mi padre político el Doctor Zavaleta diez mil pesos fuertes en el valor de la Estancia de Santa Rosa, en ganados y alhajas, por cuenta de los haberes materno y paterno de mi esposa. Declaro que con ese capital me dediqué a la cría de ganados", estampó don Patricio, en 1869, en su testamento. El caso fué que, a partir de aquel año 21, mi tatarabuelo se irá convirtiendo, de armador y consignatario naval, en terrateniente y ganadero poderoso.

La estancia "Santa Rosa, a esta banda de la Cañada Honda", en el actual partido de San Antonio de Areco, la recibió Patricio Lynch - según se acaba de leer - como dote de su consorte Isabel de Zavaleta y Riglos el 4-XII-1821; y dicho extenso terreno lo mensuró el 28 y 29 de octubre del año siguiente, el agrimensor Francisco Isach. He aquí su referencia histórica:

En 1617 el Capitán portugués Antonio de Silveyra y Gouvea, suegro de Miguel de Riblos - este bisabuelo de la mujer de Lynch - compró al capitán Juan Pavón unas tierras sobre la margen izquierda del río Areco, dentro de cuyos límites se hallaba el paso denominado "El Bagual", porque a comienzos del siglo XVII existía allí una reducción de indios vasallos del cacique homónimo, con su capillita a cargo de frailes franciscanos. Tales dominios - que heredara Riblos en 1660 - orillaban entonces, "por la parte de abajo", con unos sobrantes de tierra hacia esta banda del río Areco, que el Gobernador Céspedes le dió de merced a Hernán Arias Mansilla, y que después, el 21-XI-1629, compró mi antepasado Rodrigo Ponce de León; y por el otro costado, los espacios antiguos del "Bagual", limitaban con tierras que el Gobernador Dávila adjudicaría, más tarde, el 16-II-1637, a Antonio Gómez de Saravia, cuyos herederos las vendieron a Miguel de Riblos en 1701. (Ver mi monografía sobre el linaje de Riglos).

Fallecido el patriarca Riblos, esa vasta extensión campestre - donde ya no quedaban sino ruinas de la reducción indígena y de la capilla frailera - pasó a su tercera cónyuge Josefa Rosa de Alvarado, y al morir la señora en 1770, los campos aludidos fueron heredados por su hijo Marcos José de Riglos, el cual murió el 13-VI-1791, siendo legatarios de él sus hijos; los Riglos y San Martín.

De tal suerte, parte de aquella heredad recayó en María Jacinta Martina de Riglos y San Martín, la cara mitad del futuro reverendo Mariano de Zavaleta y Aramburu, quien, el 28-III-1798, le compró al Coronel Nicolás de la Quintana y Riglos - primo de su mujer - 3.000 varas de frente y 1 legua y media de fondo, lindante con la "Cañada Honda", y por los otros costados con las tierras de los herederos del viejo Riblos. Y el 27 de octubre siguiente, Zavaleta también adquiría de su cuñado Miguel Fermín de Riglos y San Martín, otro pedazo de la heredad familiar, que medía 7.300 varas sobre la "Cañada Honda" contadas desde "el paso de la Cruz", río abajo, hasta tocar con la suerte de Francisco Espinosa, marido de Narcisa Javiera de la Quintana y Riglos, prima asimismo de la mujer del comprador.

Por otra parte, el 17-XII-1800,Mariano de Zavaleta le compró a Miguel Matienzo 1.780 varas de tierra, fronteras a la "Cañada Honda", con legua y media de fondo hasta llegar al río Areco. Además, el 20-V-1813, María Serapia de la Mata le vendió a Zavaleta, una estancia con dos puestos en la "Cañada del Doblado", que ella heredara de su hermano Francisco de la Mata Bustamante, esposo de María Ignacia Riglos y San Martín, muerto sin descendientes.

Así pues, en 1813, el suegro de Lynch - además de dichas longitudes - era dueño de casi todas las tierras que fueron del viejo Riblos, comprendidas entre el río Areco y la "Cañada Honda". Con parte de esa extensión - 6.345 varas al margen de la referida cañada y 9.000 de fondo a partir del "Paso de la Cruz", frente al "Arroyo Piñero" - Zavaleta dotó, el 4-XII-1813, a su hija la esposa de Lynch, con una estancia que se llamaría "Santa Rosa" (por la abuela Rosa Alvarado de Riglos, sin duda). En la misma fecha, Zavaleta le anticipó también a su otro yerno José Bartolomé de la Vega - marido de su hija Martina - como aporte dotal, la estancia llamada "Chañares". Y el 4-I-1822, el mismo terrateniente - terralargante, dijérase mejor - le vendería a Mariano Castex, dos estancias; "La Principal" y "El Doblado". Agrego que del conjunto de esos dominios familiares, don Patricio, el 30-III-1825, le compró a su cuñado de la Vega aquel campo "Chañares", lindante con "Santa Rosa", unificando así ambas propiedades.

Con posterioridad, el 9-VI-1828, Patricio Lynch y Andrés José Carcache, vecino de San Nicolás de los Arroyos, celebraron un "contrato de establecimiento de Estancia", en las tierras del primero. Carcache aportaba 359 ovejas y 174 carneros, 41 toros y novillos, 59 novillitos y terneros, 56 vacas de vientre y 52 vaquillonas. Este ganado llevaba la marca de Carcache. Lynch, a su vez, hacíase cargo de los gastos de traslado de la hacienda a su campo, de las hierras y demás tareas relativas al pastoreo y cuidado de dichos animales. El contrato resultaba una modesta medianería por cinco años.

Con el plano catastral del partido de San Antonio de Areco del año 1939 ante mis ojos, compruebo que hoy en día ningún descendiente de Patricio Lynch conserva parcela alguna de la estancia "Santa Rosa". En la subdivida superficie de antaño, se contienen ahí propiedades de Bernabé Carabassa, de Luis Güemes, de Bernardino Acosta, de Francisco Marzano, de Margarita de Lapalacette, y otras fracciones menores, y, hacia el Noreste, los campos de la familia Castex.

Otras tierras de Lynch sobre el río Arrecifes en el Baradero

El 17-VIII-1835 Patricio Lynch le compró a Nicolás Magallanes un campo sobre el río Arrecifes - en el actual partido de Baradero - que medía 2.970 varas de frente y 12.000 varas de fondo; que limitaba al Norte con el río Arrecifes. Poco después moría Nicolás Magallanes, y el 22-X-1836 Patricio Lynch adquiría judicialmente otras tierras de la respectiva sucesión, que medían 500 varas con frente al río Arrecifes y 2 leguas de fondo, confinantes esas tierras con el campo antedicho de Lynch.

Más tarde, el 7-VI-1837, Lynch le compró a Juan Vicente Alarcón Magallanes, otra fracción campera de 2.970 varas de frente al Norte, y 500 de fondo, contigua a la anterior fracción adquirida por él. Posteriormente, el 11-VII-1838, Saturnino Magallanes le vendió a don Patricio otro terreno de 1.825 varas fronteras y 12.000 de fondo, lindero al Este con el río Arrecifes, al Oeste con Gregorio Piñero, y por los rumbos faltantes con aquellas extensiones adquiridas por Lynch a la familia Magallanes. Tales dominios sobre el río Arrecifes encerraban en todo su curso a los arroyos "La Bellaca", "Gelvez" y "Los Matreros". Y en un plano catastral de Baradero del año 1939, constato que aún muchos descendientes del "Tata Patricio" figuran como dueños de importantes superficies desprendidas del conjunto original. Salvo el "Rincón de San Patricio" - donde trabajó y murió mi bisabuelo Julián Lynch, registrado a nombre de Santiago Ferrari -, en aquel mapa se ven los establecimientos de Luisa Lynch de Quinke, de Marta Lynch de Benegas, de Ana Lynch de Guevara, de Justa Lynch de Del Arca, de Elina Frers Lynch de Wegner, de Elena Du Sartel Lynch de Velarde, y de las sucesiones de Julio Pueyrredón - marido de Victoria Lynch -, de Emilio Frers Lynch - casado con Sofía Lynch - y de Augusta Lynch de Mackinlay Zapiola.

"La Estrella" en San Pedro

La estancia "La Estrella" situada en el actual partido de San Pedro, ceñida por el río Arrecifes al Sudoeste, por el riacho "Baradero" al Noreste y por el "Arroyo Tala" al Noroeste, remonta su origen a un pedido que le hizo en 1641 el Capitán Juan Gutiérrez de Humanes (ver la biografía de este antepasado mío) al Gobernador Jerónimo Luis de Cabrera (nieto) para que se le diera el respectivo título de propiedad de una merced con la que lo había favorecido el Gobernador interino Pedro Rojas de Acevedo. Esa recompensa consistía en "unas tierras vacas en la otra banda del río Arrecifes, desde el paso del camino de Santa Fé que esta arrimado al río Paraná, corriendo arriba, hasta topar con tierras que tiene de merced su padre el Capitán Pedro Gutiérrez; teniendo por frente el río Arrecifes, y de fondo a de tener dos leguas la tierra adentro, corriendo el rumbo que le diera el frente de dicho río".

Las tierras cuyo dominio solicitaba el Capitán de referencia ubicábanse en el "Rincón de San Pedro", tendidas hacia la "Cañada del Espinillo", y de ahí hasta dar con el "Arroyo Tala"; y abarcaban, en conjunto, 4 leguas y media de largo y 3 de ancho. Gutiérrez de Humanes tomó posesión de las mismas en 1642. A la muerte del primer titular en 1665, las extenciones indicadas pasaron al dominio de su hijo el Capitán Luis Gutiérrez de Paz, casado con su sobrina Inés de San Martín Humanés. Y en la centuria siguiente, en 1756, una fracción de ese campo, conocida por "La Blanqueada", pertenecía a Antonio Rodríguez, natural del Puerto de Santa María, en España, quien con su esposa Rafaela Suárez procreó, en 1758, a Cayetano José, el futuro Fray Cayetano Rodríguez, con relevante actuación en la historia argentina.

Medio siglo después, a "La Blanqueada" habíanle cambiado el nombre por el de "Rincón del Tala"; y en 1823 era dueño de la estancia Manuel Jesús Piñero, quien la vendió en 1824 a José María de Achaval Barrón. Este la traspaso enseguida a Micaela Mariño, de la cual la hubo en 1828 Roque del Sar y Riera (marido de María Rafaela de Elías y Colón de Larreategui, descendiente legítima de Cristóbal Colón), quien, el 13-II-1836, vendió "El Rincón del Tala" a Damián de Castro y García, que adquirió el campo para su cuñado Ildefonso Ramos Mexía. Este transfirió la propiedad, en 1851, a Domingo Castro. En 1862, Elena Ramírez, viuda de Domingo Castro, enagena la estancia a favor del médico irlandés Juan Leslie, que moriría en 1868 a causa de la epidemia del cólera. Y de la sucesión de Leslie adquirió "El Rincón del Tala" el célebre banquero brasileño Ireneo Evangelista de Souza, Barón de Mauá. Más no llegaría a dos años la pertenencia del Barón sobre "El Rincón del Tala"; en 1870 el campo pasa a poder de Patricio Lynch, bajo cuyo dominio se le troca el nombre forestal a la antigua estancia por el rutilante de "La Estrella". Fallecido Tata Patricio en 1881, "La Estrella" - fraccionada - pasó a la nuera y nietos suyos, herederos del hijo Carlos Lynch Zavaleta, que había administrado el establecimiento hasta su muerte en 1879.

En el plano catastral del partido de San Pedro del año 1939, figura como dueña del casco y 871 hectáreas de "La Estrella", Sofía Lynch García de Frers; y como propietarias de distintas porciones del campo, Emilia García de Lynch - viuda de don Carlos - con 2.913 hectáreas en la llamada "Estancia Chica"; y sus otras hijas; Augusta Lynch García de Mackinlay con 943 hectáreas, y Justa Lynch García de Del Arca con 828 hectáreas.

El campo en el Arroyo Pinazo

El 17-XI-1824, ante el Escribano Luis de Castañaga, Patricio Lynch compró un campo sobre el arroyo Pinazo a Francisco de Arnáes y s sus hijos Leandra y Julián de Arnáes, que se componía de 2.800 varas de frente, y prolongaba su fondo hasta tocar con las suertes principales del río Luján. Ese campo - situado hogaño en el partido de Moreno - lo hubieron los Arnáes en esta forma; 2.000 varas se las donó al Maestre de Campo Manuel Pinazo por escritura del 3-VIII-1797, ante Mariano García Echaburu; y las 800 varas restantes, también por legado de Pinazo, según éste lo había consignado en el testamento que otorgó el 20-V-1895, ante el mismo García Echaburu. Fue Manuel Pinazo un relevante militar guerreador contra los indios, a par que, en distintas oportunidades, Alcalde y Regidor en el Cabildo de Luján. Estuvo casado con María Francisca López Zamora, y con ella prolongó descendencia.

Poco tiempo, sin embargo, permanecería el referido bien en poder de mi antepasado; el 26-VII-1826, en registro del Escribano Manuel Cabral, Patricio Lynch le vendió esa propiedad denominada "Posta de Pinazo", situada entonces en la "Cañada de Escobar", del partido de Pilar, a Gregorio Lecoq. Iban incluídos en la venta, las casas, montes, aperos, corrales y aguadas de la estancia; amén de 1.657 cabezas de ganado vacuno, 125 caballos y 653 ovejas; todo por el precio de 21.300 pesos. Gregorio Lecoq, el comprador, era hijo de Bernardo Lecoq, ingeniero militar gallego - de quien me ocupé en Hombres de Mayo, Revista Genealogía, Bs.As. 1961 - y de María del Pilar de Pérez Valdéz. A raíz del pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, Gregorio murió fusilado en Santos Lugares el 2-IV-1851, a las 5 de la mañana.

"El Volcán" y "La Brava"

En una "Relación de los terrenos concedidos en enfiteusis desde el 27 de septiembre 1824 hasta 1º de Mayo 1827" que publicó Emilio A. Coni como Anexo en su libro La verdad sobre la enfiteusis de Rivadavia, figura en calidad de enfiteuta Patricio Linch con "31 leguas cuadradas y 5.000 decimales de legua" en el impreciso Partido de Monsalvo. Y en otro documento que publica el mismo autor, titulado Extracto de la razón de los expedientes pasados a la contaduría por la escribanía mayor de gobierno, perteneciente a individuos que poseen tierras del Estado, de acuerdo con la ley de febrero de 1828, figura incluído "don Patricio Lynch, paraje Volcán ... 31 leguas cuadradas y 1/2".

En efecto, el 18-XII-1827, ante el Escribano Miguel Mogrovejo, Patricio Lynch, hacendado, y Atanasio Cornejo, vecino de Areco, "celebraron un contrato para el establecimiento de una estancia en los campos del sud, inmediatos a la Sierra del Bolcán", bajo las condiciones siguiente; Patricio Lynch poseía en enfiteusis ese campo y se comprometía a proporcionarle a Cornejo todo lo que fuese suficiente para el sostén y acrecentamiento del ganado con que ha de fundarse dicha estancia. Lynch aportaba también 450 vaquillonas y 150 toritos que había comprado a Pedro Capdevila y se hallaban en la estancia "Las Víboras". Al propósito referido, se le entregaba a Cornejo una orden de Capdevila para que en "Las Víboras" pudiera retirar esas 600 cabezas destinadas a poblar "El Volcán". Lynch, además, comprometíase a pagar el arrendamiento (canon) de esa tierra fiscal; así como estaba encargado de vender en la ciudad los animales destinados al consumo de la población, y negociar sus cueros, lanas, sebos y cornamentas; lucrativo negocio en el que Cornejo iba a medias en las ganancias. Recibiría asimismo Cornejo, al final del expresado contrato, las sumas por él adelantadas para fomentar a la estancia. Entregará también Lynch a su socio, la mitad de los terneros orejanos, después del recuento que se efectuase sobre dichas crías. Era entendido que las mismas condiciones del contrato habrían de valer con cualquier hacienda bovina, lanar o caballar, que voluntariamente introdujera Cornejo en ese campo. A su vez, éste se encargaba del arreo de aquella tropa vacuna, desde "Las Bívoras" al "Bolcán", herrarla, aquerenciarla y acrecentar, después, las pariciones del vacaje a su cargo. Elegido el lugar del casco fundador, había que plantar allí el monte circundante; levantar, al mismo tiempo, el rancherío de rigor, con los útiles, muebles, herramientas y aperos necesarios en todo establecimiento ganadero; sin omitir, por cierto, al indispensable corral de palo a pique. El dominio campestre de Patricio Lynch, abarcaba 5 1/2 leguas de frente por 7 de fondo - o sean 30 leguas cuadradas -; con la obligación del socio medianero de recorrerlas alternativamente, reparar sus mojones e impedir que nadie, dentro del área señalada, pastoreara rumiantes y solípedos ajenos. A tal fin, Cornejo ponía los caballos suyos para el servicio de la estancia. Su contrato duraría desde el 1-I-1828 hasta el último día de 1832; es decir cuatro años.

Un lustro después, Patricio Lynch determinó arrendarle parte de las tierras de su estancia, "en la Laguna Braba sobre la Sierra del Bolcán" a Francisco de Borja Sáenz Valiente, y vendérselas después con su gravámen enfitéutico. En consecuencia, el 2-X-1832, ante el Escribano Marcos Leonardo Agrelo, ambas partes suscribieron el siguiente contrato; 1º) Lynch le arrendaba a Sáenz Valiente, por la suma de 1.200 pesos moneda corriente durante el término de 6 meses, "contados desde el primero del presente" una fracción de su estancia compuesta de 2 y 1/4 de leguas de frente y 3 y 1/2 leguas de fondo, que lindaban - además del resto de las tierras de Lynch - con campos de Ladislao Martínez - marido de Mercedes Juana Sáenz Valiente Lavalle, sobrina de Francisco de Borja - y de la Sociedad Rural de entonces. Y 2º) Esos 1.200 pesos del arrendamiento debían de pagarse en el día de la fecha, bajo recibo; y, cuando fuera posible, en la fracción arrendada se verificaría una mensura a fin de amojonarla y precisar bien su superficie. Concluída dicha medición, Lynch se obligaba a venderle el terreno a su arrendatario Sáenz Valiente, al precio de 6.077 pesos metálicos, pagaderos en esta forma; 1.600 pesos al contado, "en plata u oro, y no en otra moneda", y 4.477 en tres, seis, diez y trece mensualidades, por partes iguales en letras aceptadas por el vendedor, garantizando esos pagos el comprador con hipoteca sobre el bien de referencia; la cual, una vez cancelada, Lynch transferiría el dominio en favor de Francisco de Borja Sáenz Valiente Pueyrredón. Esa operación se protocolizó en 1834, año en que el campo fue mensurado por el agrimensor Cramer.

Hogaño el terreno de "La Brava", con una superficie de 3 1/2 leguas cuadradas, pertenece a Magdalena Bustamante de Paz Anchorena, sobrina nieta, esta señora, de Francisco de Borja Sáenz Valiente, quien, como dijimos, adquirió "La Brava" de mi tatarabuelo Lynch.

El 3-XII-1837, la Provincia de Buenos Aires, por intermedio de su Gobernador don Juan Manuel de Rosas, ante el Escribano de la gobernación Joseph Ramón de Basavilbaso, de acuerdo a las facultades que ha dicho mandatario le confirió la ley del 10-V-1836, vendió a Patricio Lynch, por la suma de 3.000 pesos, - ya libres de enfiteusis - 3 leguas cuadradas en Lobería (hoy "El Volcán" en el partido de Balcarce), que lindaba entonces, por el Sudeste, con "La Brava" de Francisco Sáenz Valiente.

Después de Lynch, "El Volcán" perteneció a Gregorio Torres Sáenz Valiente - sobrino carnal de Francisco de Borja -, y más tarde, la estancia siguió en la familia al pasar a poder de sus parientes los Leloir. Así, hasta su muerte (17-II-1939), "El Volcán" estuvo bajo el dominio de Hortensia Aguirre de Leloir - tía 2ª de mi madre - y viuda heredera de Federico Leloir Bernal; hijo de Federico Leloir Sáenz Valiente y de Carmen Bernal Lynch; nieto paterno de Antonio Francisco Leloir y de Sebastiana Sáenz Valiente Pueyrredón; y nieto materno de Pedro Pablo Bernal Gainza y de Martín Lynch y Roo - propia hermana de don Patricio.

Campo en Chacabuco

Poseyó Patricio Lynch otro campo en el actual partido de Chacabuco, que fue mensurado en 1855 y 1865 por los agrimensores J. Brilli y P. Pico respectivamente; campo atravesado por el arroyo "Ranchos", que encerraba a la laguna "Las Toscas", y que heredarían los hijos de don Patricio: Félix y Justiniano Lynch Zavaleta. En 1939 solo figuran como propietarias de tierras en el partido de Chacabuco, con tres fracciones de 700 hectáreas cada una, las hijas de don Justiniano: Sara Lynch de Christophersen, Celia Lynch de Pérez Quesada y Silvina Lynch de Estrada.

Por los demás, en el límite de Chacabuco con Carmen de Areco - aunque en jurisdicción de este último partido - había sido dueño de una fracción campestre Manuel Modesto Lynch Sáenz Valiente - sobrino carnal de don Patricio; fracción subdividida posteriormente en 5 lotes uniformes de 265 hectáreas, cuyos propietarios eran, en 1939, los siguientes hijos de Manuel Modesto: Aurora Lynch de Frers, Rafael Lynch, Celina Lynch de Mandiá, Susana Lynch de Zorraquín y los herederos de Daniel Samuel Lynch.

En los tiempos de Rosas

Durante la agitada dictadura de Rosas, Patricio Lynch, acompañado por sus hijos mayores Julián, Francisco, Carlos, Félix y Patricio, pasaba largas temporadas en su estancia "Rincón de San Patricio" sobre el río Arrecifes, en Baradero. En 1839 ardía la lucha civil y, el 22 de septiembre, Lavalle y su "Legión Libertadora" desembarcan en Entre Ríos, transportados desde la isla de Martín García por la escuadra francesa - cuyo país estaba en guerra con la Confederación Argentina -, y derrota en el Yeruá a Vicente Zapata, gobernante entrerriano delegado del Gobernador Echagüe, el cual se hallaba en la vecina orilla peleando contra Fructuoso Rivera. Al mes siguiente (29 de octubre) Pedro Castelli Lynch - primo hermano de Patricio - y Manuel Rico se sublevan en Dolores para derrocar a Rosas, en combianción con los unitarios emigrados en la Banda Oriental, con las fuerzas navales de Francia y con la legión invasora de Lavalle; pero los autodenominados "Libres del Sur" son vencidos en Chascomús el 7 de noviembre, y Castelli, hecho prisionero una semana más tarde, muere acuchillado. Lavalle baja posteriormente de Entre Ríos y Corrientes y pone pié en San Nicolás de los Arroyos (1-VIII-1840). De ahí pasa a San Pedro y, luego de algunas escaramuzas con las huestes federales de Pacheco, acampa el 9 de agosto al margen del río Arrecifes, en o cerca de la estancia de Lynch.

Entonces mi tatarabuelo y sus hijos se corren hacia San Pedro, navegan el Paraná y sus riachos, alcanzan la costa uruguaya y se refugian en la Colonia. El Gobierno de Rosas había declarado, el 6-IX-1840, responsable a "toda clase de propiedad de los traidores salvajes unitarios a la reparación de los quebrantos inferidos por el traidor Lavalle". En consecuencia, cae en la volteada el prófugo Patricio Lynch; y las haciendas que pastoreaban en sus campos de Baradero: 25.000 vacunos, 20.000 lanares y 2.500 caballos resultan embargados por el Estado como propiedad enemiga. ()

Ante esta situación, la esposa y madre de los ahuyentados le dirige la siguiente carta al Ministro de Relaciones Exteriores Felipe Arana: "Buenos Aires Noviembre 19 de 1840. Año 31 de la Libertad, 25 de la Independencia y 11 de la Confederación Argentina: Isabel Zavaleta de Lynch pide se le permita a su marido e hijos que hayan emigrado a la Colonia del Sacramento, que regresen al país: Exmo. Señor: Que mi marido don Patricio Lynch con nuestros hijos se vió en la necesidad de emigrar al Estado Oriental cuando el salvaje asesino Juan Lavalle pisó nuestra campaña. Desde entonces se halla allí, pero sin haber ofendido en sentido alguno a las autoridades legales de este país, ni cooperado tampoco con esas fuerzas invasoras. Este convencimiento me ha decidido a ocurrir a V.E. en nombre de mi esposo e hijos, para rogarle, como lo hago, que en consideración a no haberse manchado estos con el crimen de rebelión, se sirva concederles permiso para venir, después que haya obtenido mi esposo el completo restablecimiento de nuestros hijos que han sido atacados del sarampión en la Colonia del Sacramento. Mi esposo, Señor, no es enemigo del Gobierno ni de la causa de la Federación. El ha sido un vecino hacendado y pacífico que con su persona, la de sus hijos y nuestros bienes ha servido siempre al Gobierno, y solo el temor que le infundieron algunas partidas que cruzaban el campo, cuando se ponía en marcha con sus hijos para esta ciudad, huyendo del bando traidor que asolaba nuestra campaña, fue el que, a su pesar, lo decidió a emigrar cuando no había cometido delito alguno. Es por estas consideraciones, y en celebridad de la gloriosa Paz que ha firmado V.E. que suplico a su justificación quiera conceder esta gracia a una esposa afligida, que al dar este paso no obra por su sola dirección, sino por encargo de mi marido e hijos. Por todos ellos a V.E. suplico que se digne así proveerlo, que será gracia que imploro, Exmo. Señor; Isabel Zabaleta de Lynch". (Documento existente en el Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, dado a conocer por el "Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas", en el folleto titulado La Revolución del Sur. Bs.As. 1939).

¿Hasta que punto fueron del todo exactas y sinceras las aseveraciones de misia Isabel? ¡Menos averigua Dios y perdona! Y como en otros casos similares, el gobierno de Rosas nada quiso averiguar sobre distintos fugitivos, pudieron volver al país Patricio Lynch y sus hijos, y conseguir, después, el desembargo de las haciendas que poblaban sus campos en Baradero.

Tras la caída de Rosas

Derrumbada la larga dictadura de Rosas a raíz de la batalla de Caseros, el gobierno interino de Buenos Aires presidido por Vicente López y Planes, mediante decreto de 19-III-1852, resuelve convocar al pueblo de la ciudad y campaña para elegir representantes a la Legislatura, los cuales, por lo demás, designarían al Gobernador titular de la Provincia.

Esas elecciones realizáronse el 11 de abril, resultando electo diputado por la ciudad Patricio Lynch, junto con el Obispo Mariano Escalada, el Coronel Bartolomé Mitre, los Doctores Manuel Gamboa y José León Benegas, y Felipe Llavallol, Domingo Olivera, Juan Antonio Lezica, Francisco Balbín, Juan Bautista Peña, Domingo Marín, Francisco de las Carreras, Ignacio Martínez, Francisco Pico, Ireneo Portela, Pastor Obligado, Andrés Somellera, Juan A. Montes de Oca, Luis Domínguez, Miguel Estévez Saguí, Santiago Albarracín, Norberto de la Riestra, Juan Bernabé Molina e Hilario Almeira..

El 3 de mayo, con "quórum" completo, la Sala elige Gobernador titular a Vicente López, quien - como es sabido - concurre a San Nicolás de los Arroyos a reunirse con los demás Gobernadores de las Provincias, firmando, el 31 de mayo, el histórico "Acuerdo" que reconocía el Pacto Federal de 1831 como "Ley Fundamental de la República"; decidía la reunión de un Congreso general en Santa Fé, hasta "que el mismo determine el lugar de su residencia"; y nombraba a Urquiza Director Provisorio de la Confederación Argentina, encargado de sus relaciones exteriores y del comando de sus fuerzas armadas, a quien acompañaría un Consejo de Estado consultivo.

Al conocerse en Buenos Aires lo acordado en San Nicolás, los diputados Miguel Estévez Saguí, Ireneo Portela, Juan Bautista Peña, Pastor Obligado y Patricio Lynch, en la sesión del 6 de junio, proyectaron la siguiente minuta de comunicación el Gobernador: "Los representantes han visto publicado en los diarios un acuerdo suscripto por los señores Gobernadores, y entre ellos el de esta Provincia, datado en San Nicolás de los Arroyos, el día 31 del mes próximo pasado. Como este asunto tiene disposiciones que afectan intereses de alta importancia para la Provincia, y cuya consideración es de competencia de la Honorable Sala, desea ésta tener cuanto antes un conocimiento oficial acerca de ello. En este concepto me dirijo a V.E. anunciándole que la Sala espera en sesión permanente que V.E. remita los antecedentes de que esta en posesión".

De tal documento, firmado por mi tatarabuelo Lynch y sus antedichos colegas, arrancan las famosas "Sesiones de Junio", en las que la Legislatura porteña rechazo el Acuerdo de San Nicolás, desconociendo la firma del Gobernador López, por haberlo suscripto sin previa autorización ni sanción del cuerpo legislativo; el cual, de yapa, endilgábale un voto de censura al Gobernador.

A consecuencia de esos violentos debates, el 23 de junio don Vicente López y sus ministros renunciaron a sus cargos, ocupando entre tanto la silla del gobierno el general Manuel Guillermo Pinto, presidente de la Cámara de Representantes. Y un par de días más tarde, al enterarse Urquiza de la renuncia de López, mandó ocupar militarmente la Legislatura y la disolvió; desconoció el nombramiento



PATRICIO JOSEPH JULIAN LYNCH Y ROO - mi tatarabuelo - nació en Buenos Aires el 17-II-1789, y al día siguiente lo bautizó en la Catedral el presbítero Bartolomé Luques, mientras sostenían al párvulo sobre la pila sus respectivos abuelos materno y paterna Cornelio de Roo y María Rosa Galayn en función de padrinos. Con apenas 10 años de edad, sus padres lo inscribieron en la "Academia de Dibuxo" que acababa de fundarse auspiciada y reglamentada por el Secretario del Consulado Manuel Belgrano, bajo la dirección de Juan Antonio Gaspar Hernández, "Profesor de Escultura, Arquitectura y Adornista", nativo de Valladolid en Castilla la Vieja, quien se había propuesto enseñar aquí " Geometría, Arquitectura, Perspectiva y todas las demás especies de Dibuxo que son tan interesantes a todas las artes y profesiones". En una lista fechada el 14-IX-1799, de los 62 alumnos que asistían a las clases de "dibuxo" de Hernández, figura el niño Patricio Lynch - el menor entre sus condiscípulos - junto a maduros compañeros como José María Morel de 33 años - futuro padre del famoso pintor Carlos Morel - y Agustín Donado de 32 - más tarde precursor de nuestra Independencia; unidos a muchachos como Manuel Arroyo y Pinedo de 21 años y Juan José Sarratea de 23; a chiquilines de edad cercana a la de Lynch, como José María de Escalada Bustillo y Máximo Zamudio de 12 años, Juan Crisóstomo Riglos Lezica de 13, Floro Zamudio y José Manuel Díaz Vélez de 14, Juan José de Elizalde de 15, Marcos y Rafael Sobremonte de 15 y 16 uno y otro (hijos del Marqués e infortunado Virrey, tan mal recordado por la Historia); y Luis Perichón de Vandeuil y Buenaventura Arzac, ambos de 16 años. No se si tata Patricio - como le llamaron sus descendientes - salió de esa Academia dibujando bien. Lo cierto es que en 1803 ingreso en el Colegio de San Carlos, al primer año de Filosofia, y que en 1805 completó los respectivos cursos a cargo del clérigo José Joaquín Ruiz, graduándose de "filósofo" el 3º año, a la par de Manuel Dorrego, de José Ramón de Lezica y Vera, de Esteban de Luca - el poeta - y de José Ellauri - venidero prócer uruguayo -, entre otros colegiales menos conocidos.

Las Invasiones Inglesas

Tras la primera invasión de Beresford, la mejor juventud porteña se alista en los batallones de milicias creados en 1806, a la espera de una segunda arremetida británica. Patricio Lynch - patriota de 18 años -, con el grado de Alférez, se incorpora el 29-VI-1807 al 2º escuadrón de los Húsares. Ese mismo día, recibe Buenos Aires la noticia de que Whitelocke ha desembarcado en la Ensenada de Barragán dispuesto a marchar sobre la ciudad. No sabemos si Patricio salió con su regimiento a hostigar a los ingleses a través de los bañados y campos que entonces mediaban entre las actuales poblaciones de La Plata y Bernal - tierras de Santa Coloma antes que de Bernal en ese tiempo -. No sabemos tampoco si el muchacho peleó en los combates de la Defensa, aunque estaba bajo banderas, lo cual hace presumir que sí. La verdad es que el 7 de julio, Whitelocke capitulaba retirando sus efectivos maltrechos, y que a los 32 días de esta retirada, el 8 de agosto, Patricio Lynch fue dado de alta como "Teniente de las Tropas Ligeras de Montevideo". Ignoro si mi antepasado sirvió militarmente en la vecina orilla.

En tiempos de la Patria

Producida la revolución de Mayo con la destitución del Virrey Cisneros e iniciada la lucha militar a fin de imponer el "nuevo sistema" en las demás provincias del virreinato, multiplicáronse en la ciudad porteña y en algunas del interior las adhesiones a la Junta y los donativos particulares destinados a paliar las urgencias económicas del gobierno, comprar armas y contribuir a la manutención de los soldados. Así La Gazeta de Buenos Ayres del 19-VII-1810, publica una "Razón de las cantidades y especies que se han ofertado por donativo para la expedición de unión de las Provincias interiores", y en dicha nómina figuran los hermanos Patricio y Estanislao Linch, donando "8 pesos corrientes mensuales por el espacio de un año, contado desde el 1º de Julio presente, habiendo oblado dos meses adelantados, y (puesto) sus personas para el servicio que estime la Junta". Y en otra "Razón de las cantidades obladas por los individuos que se expresan en clase de donativos para la realización de la Biblioteca Pública", que estampó posteriormente La Gazeta, Patricio Lynch y su hermano Estanislao donaron 10 pesos fuertes cada uno. A fines de 1810 Patricio se traslada a Potosí, que acababa de ocupar el ejército patrio subordinado a su tío Castelli. Allá llevó un mediano capital en sociedad con el potosino José Pascual del Pobil y Viudes, a fin de invertirlo en la compraventa de mercaderías, ya que el intercambio comercial con las provincias arribeñas habíase restablecido. Pero la derrota de Huaqui (20-VI-1811) le hizo perder todas sus mercaderías y hasta el último real. Fracasado el negocio, aunque intactos los bríos, torna el joven a sus lares; y aquí, el 2-XII-1813 en la Catedral, se casa con Isabel de Zavaleta y Riglos. Bendijo ese enlace el presbítero Mariano de Zavaleta y Aramburu, padre de la contrayente, el cual, después de muerta su esposa María Jacinta de Riglos y San Martín, habíase consagrado a la Iglesia. Apadrinaron a la pareja frente al altar, los tíos de la novia; Marcos José Antonio de Zavaleta y María Ignacia de Riglos, mujer de 2as nupcias, a la sazón, de José de Reinoso y Roldán, y ex viuda del extinto Francisco de la Mata Bustamante. María Isabel de Zavaleta - tal su nombre completo, aunque siempre la llamaron Isabel - nació en Buenos Aires el 8-VII-1795, resultando seis años menor que su flamante marido: él con sus 24 cumplidos, ella con sus 18 en flor. Los antecedentes genealógicos de mi tatarabuela - Máma Isabel, para sus descendientes - se incluyen en las monografías que tengo escritas sobre los linajes de Zavaleta, Riglos, Aramburu y San Martín.

La actividad mercantil de don Patricio

A todo esto ¿de que vivía mi tatarabuelo Lynch?. Desde tiempo atrás habíase dedicado por entero a los negocios. A tal fin abrió una casa de remates y consignaciones, empleando en dicha tarea a sus hermanos menores Benito, Manuel y Félix, y también a Estanislao, que sería factor suyo en Chile. Vinculado Patricio al próspero comisionista yanqui David Curtis De Forest - socio en no pocas lucrativas transacciones -, éste lo puso en conección con muchos exportadores norteamericanos y con los principales armadores de Salem, Baltimore y Nueva York; y como la ruta a los Estados Unidos era en ese tiempo la única segura, pues las travesías a Europa entrañaban serios peligros debido a la guerra de España con sus colonias revolucionadas, Lynch se entregó de lleno a la actividad marítima, agenciándose las consignaciones de la mayoría de los buques y cargamentos estadounidenses destinados a nuestro puerto. Por otro lado, fuera de estas prácticas mercantiles, era conveniente quedar bien con el gobierno de turno; el que presidía Alvarez Thomas a dos meses de su instalación revolucionaria. Consecuantemente, junto con otros ciudadanos, el 24-VI-1815 Patricio Lynch, su padre don Justo Pastor y su hermano Benito, "por sí y por sus Sras. Esposas", efectuaron un donativo al Erario de 57 pesos en dinero efectivo, y 28 marcos y 12 onzas de plata labrada. Tras el donativo - de paso mangazo -, Patricio con los rematadores Julián Panelo y José Julián Arriola, solicitaron en nota al gobierno se les rebajara, del uno y medio al medio por ciento, el derecho de pregonería sobre las almonedas y transacciones que se efectuaban en sus "casas de martillo", debido a los perjuicios que dicha alcabala les causaba. Alvarez Thomas derivó al Cabildo la petición de referencia en un oficio que los Regidores leyeron en su acuerdo del 31-X-1815. Insistieron entonces los martilleros ante ese cuerpo en su demanda, mientras cerraban sus locales de remate, ("lock out"?) en espera de una respuesta favorable. Pero el Cabildo no hizo lugar al reclamo.

Mi antepasado busca una vivienda central y se estrena en la función pública

En La Gazeta de Buenos Ayres del sabado 9-XI-1816 se lee el siguiente aviso; "Se busca una casa en el centro de esta ciudad, comoda para negocio y para habitar una familia; quien la poseyere y gustare alquilarla véase con D.Patricio Lynch". Es que mis tatarabuelos - con su primogénito - Julián (mi bisabuelo) de 1 año y 7 meses - vivían, en ese tiempo relativamente lejos del centro; en el cuartel 25 de la ciudad o sea dentro de alguna de las 16 manzanas enmarcadas hoy por las calles Belgrano, Entre Rios, Independencia y San José; que - menos una - en aquella época llevaban nombres de quienes tuvieron responsabilidad dirigente durante las Invasiones Inglesas; a saber, en el expresado orden; Pirán (por Antonio, Regidor en 1807), De las Tunas, Monasterio (por Martín, también Regidor en 1807) y Pazos (por Ramón, que fuera ayudante de Liniers). Al renovarse el Cabildo el 1-I-1817, Patricio Lynch resultó elegido Regidor, y en tal carácter, se le destinó a presidir, los días 17 y 18 de abril, la elección de Diputados para un Congreso General, debiendo los sufragistas depositar sus votos en un "recipiente" que se colocaría en la Iglesia de la Concepción. Por esas fechas, un documento anónimo de procedencia realista, titulado "Idea de los Indibiduos que figuran o tienen alguna influencia en el estado actual de Buenos Aires", define así a mi antepasado; "Linch; Comerciante, actualmente Regidor y compañero del Anglo Americano Desforet; es juicioso y principia a figurar en el día". Debajo de su nombre va escrito; "Confirmado". (Relación Documental publicada por Ricardo R. Caillet Bois en el Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras. Tomo XXIII. Bs.As. 1939).

La sociedad Lynch Zimmermann y Cia

A fines de 1816, o principio del 17, llegó de los Estados Unidos a Buenos Aires Johann Christian Zimmermann como socio del comisionista yanqui David C. De Forest, éste, - según dijimos - vinculado por negocios comunes con Patricio Lynch. Zimmermann había nacido en 1786 en Eckenhagen, antiguo pueblito del Gran Ducado de Berg, al sur de la cuenca alemana del Ruhr. En 1802 emigró a los Estados Unidos, dedicándose al comercio marítimo de exportación e importación. En 1815, en uno de sus viajes a Alemania, casóse en Remscheid, población de Prusia, cerca de Dusseldorf, con Helena Dorotea Halbach (n. en Remscheid el 17-XI-1788 y fall. en Bs. Bas. el 17-XII-1824; hija de Juan Abraham Halbach Bertram y de Helena María Schmidt); y acá, en la ciudad porteña, Zimmermann contrajo 2as nupcias, en 1827 con su cuñada Luisa María Halbach. Entre nosotros, el negociante alemán y los argentinos Patricio Lynch y su hermano Félix, fundaron la razón social "Lynch Zimmermann y cía"; empresa armadora, consignataria e importadora de muebles y novedades yanquis. Esta sociedad (cuyo contraro matriz firmóse en Buenos Aires, el 9-IX-1817, ante el Regidor José María Yevenes y los testigos David C. De Forest y Lino Fernández de la Cruz) funcionaría viento en popa hasta el año 1822, en que se disolvió. Zimmermann, por otra parte, fué cónsul de los Estados Unidos en Buenos Aires, (1819-1821), y también de Hamburgo (1830) y de la ciudad libre de Bremen (1843). Posteriormente regresó el hombre a Nueva York y ahí su fallecimiento se produjo en 1857.

Algunas constancias notariales y periodísticas referentes a mi antepasado Lynch

El 13-II-1818, ante el Escribano Juan José Rocha, la sociedad "Lynch Zimmermann y Cía" otorgaba un poder general amplio a favor de David C. De Forest, quien aquí había liquidado sus negocios y se hallaba en los Estados Unidos. Quince días más tarde (28 de febrero) el nombre de Patricio Lynch aparecía en La Gazeta contribuyendo con 20 pesos fuertes "en favor de las familias emigradas del Entre Ríos a esta capital"; sin duda a causa de la contienda entre las montoneras de Pancho Ramírez y el ejército invasor porteño al mando del Coronel Luciano Montes de Oca. En una " Suscripción para aliviar un tanto la suerte de las viudas e inválidos de la guerra de la Independencia", que publicó La Gazeta el 16-VI-1819, la firma "Lynch Zimmermann y Cía" figura donando 100 pesos fuertes. El 1-VIII-1819, Lynch es nombrado Teniente Cónsul en el Consulado; vale decir suplente del 1º Cónsul: Miguel de Riglos. El 28-II-1821, ante el Notario Rocha, Patricio Lynch firma un poder a favor de su socio Juan Cristián Zimmermann, próximo a viajar a Chile. Y el 12-IX-1822, ante José Cabral, don Patricio le daba poder especial al abogado José Ellauri, su antiguo condiscípulo uruguayo en el Colegio carolino, para que lo patrocinara en la causa que le había promovido Francisca de Palacios Iramain, en representación de su marido, Juan Cornet y Prat, demandándolo por cobro de pesos. Esa deuda - que Lynch abonaría "con mucho sacrificio" a la viuda del acreedor - montaba 8.914 pesos, mitad en metálico y mitad en billetes de Banco, y se contrajo en 1811 en Potosí, antes del desastre de Huaqui, "por cuenta de mi socio Don José Pobil", según lo recordó mi antepasado en su testamento.

Los comisionados yanquis y el baile que les dió Patricio Lynch en su casa

El 28-II-1818 llegó a nuestro puerto la fragata norteamericana "Congress" trayendo a su bordo la misión enviada por el Presidente Monroe a fin de que informara a su gobierno acerca de la capacidad de las Provincias Unidas para desenvolverse como nación independiente. Integraban esa comisión semi diplomática, Theodore Bland, John Graham y César A. Rodney, y actuaba como secretario Henry M. Brackenridge, quien, más tarde, escribiría un libro sobre dicho viaje; en el cual así relata la visita de los comisionados al Fuerte con estas palabras: "... A eso de mediodía cumplimos con la visita de protocolo. Al acercarnos a la Fortaleza encontramos varios centenares de las personas más respetables, congregadas por el interés que despertaba el acontecimiento; su aspecto, indumentaria y actitudes eran semejamtes a los de las personas del mismo rango social de los Estados Unidos. Nada había visto hasta entonces que me diera una tan alta opinión de la población de Buenos Aires ... Al cruzar las diferentes oficinas, vimos gran número de empleados y funcionarios que nos dieron pruebas de respeto. El Secretario de Estado (Gregorio Tagle) se reunió con nosotros, guiándonos por una escalera que conduce al departamento ocupado por el Director. Pasamos por un gran salón, donde vimos cincuenta o sesenta oficiales de las tropas regulares y cívicas, todos con espléndidos uniformes. Se pusieron de pié, formando calle, por la cual pasamos. En la sala contigua nos recibió el Director, quien, con la naturalidad y afabilidad de un culto caballero, se adelantó hacia nosotros ofreciéndonos asientos. Pueyrredón representa unos cuarenta años de edad, de estatura mediana, algo corpulento y, en su conjunto, de aspecto autoritario y digno. Su conversación y modales son los de una persona habituada a la mejor sociedad, tan distante de la vulgaridad como de la afectación. Se ve, a simple vista, que es un hombre acostumbrado de tiempo atrás a tener actuación distinguida en la vida. Evidentemente parecía una de esas personas que deben ser elegidas por una nación para gobernarla, y ningún extranjero podrá sorprenderse de ver a este hombre en tal cargo. Su cutis es blanco, con ojos azules, su aspecto expresa inteligencia y humanidad, tiene gran aplicación al trabajo y es de temperamento enérgico esencial en tiempos de revolución; "No tengo palabras para expresar lo grata que es para nosotros esta prueba de buena voluntad" - les dijo Pueyrredón a los yanquis. "Es natural que exista una real y afectuosa amistad y simpatía entre nosotros, porque habitamos la misma parte del globo, nuestra causa fué la vuestra en época no lejana, y proseguimos los mismos ideales que ustedes han alcanzado con tanta felicidad ... Somos un pueblo que recién está empezando a ser. Luchamos con grandes dificultades y hemos trabajado en condiciones desventajosas ... Cuando ustedes conozcan más este país, encontrarán en todos los sectores de la población un ardiente amor a la libertad e independencia, y en obtención de tan grandes objetivos estamos todos unidos y dispuestos a morir antes que a rendirnos ...". En días sucesivos, los comisionados de Monroe se entregaron a la tarea de recoger los datos, antecedentes y averiguaciones que estimaron necesarios a su misión. Y antes de que los mismos dieran fin a su cometido, Pueyrredón le pidió a su amigo Patricio Lynch se encargara de agasajar en su casa, con un baile y cena, a los visitantes extranjeros. (Dicha casa quedaba en la actual calle Corrientes, en el mismo sitio donde hoy se levante el Círculo de Armas). La fiesta organizada por Lynch y su socio Zimmermann fué comentada por el periódico El Repúblico Federal de Baltimore. Ese comentario que reprodujo en castellano La Gazeta de Buenos Ayres del miércoles 30-IX-1818, dice así: "El 26 de marzo de 1818 los Srs. Linch y su compañero Zimmermann, comerciantes ricos y respetables de Buenos Aires, dieron un baile magnífico en celebridad de los comisionados americanos. Ellos fueron recibidos en un patio espacioso, simétricamente iluminado con bombas brillantes, a quien toldaba una hermosa vela, de donde flotaban soberbiamente las banderas de Estados Unidos y de Sud América, sobre un círculo de doscientas jóvenes que se distinguían por su opulencia, elegancia de sus vestidos, y su hermosura personal. A media noche, un sumptuoso ambigú interrumpió el baile: y los víctores y cumplimientos a los huéspedes americanos y al sexo dulce, sugeridos por el entusiasmo más animado, descubrieron los sentimientos elevados que abrigaba aquella asamblea. La marcha de Washington, repetida con solemne regocijo, al compás de una música arrebatadora, dió un nuevo ser a la compañía, y abrió otra escena de danzas, cantos y festejos. La fiesta de la razón y la dilección de las almas detuvo a los huéspedes transportados, hasta que rayó la aurora deshaciendo este encantado prestigio". A su vez uno de los comisionados, en larga carta enviada a su esposa, que apareció el 25 de julio de aquel año en el Niles Register de Baltimore, describe a la ciudad de Buenos Aires; a sus casas de estilo morisco-español; y al "baile que nos ofrecieron los señores Zimmermann y Lynch". "El primer patio - apuntó el corresponsal - estaba cubierto con un gran toldo del cual pendían alrededor de treinta faroles. Además de las muchas velas sobre las paredes y grandes espejos, las ventanas estaban adornadas con ramas y flores. La banda de músicos fue ubicada en el zaguán de entrada, para lo cual se clausuró el portón principal, sobre el que se hallaban las banderas argentina y norteamericana. También en el interior, sobre la puerta opuesta a la de la entrada principal, se colocaron ambas enseñas. El patio de la casa quedó de este modo convertido en una gran sala o hall, el piso fué cubierto con una gran alfombra, y contra las paredes se colocaron sillas. Parece que los habitantes de esta ciudad, aún los no plebeyos, cuando hay una gran recepción suelen aglomerarse en forma impertinente para actuar como espectadores, aún cuando no hayan sido invitados ni conozcan a la persona que ofrece la fiesta. De manera que para mantener a los impertinentes a cierta distancia, las señoras Zimmermann y Lynch (Helena Dorotea Halbach e Isabel Zavaleta) lograron que el gobierno les concediera un pelotón de soldados para montar guardia alrededor de la entrada y en el pasillo de comunicación entre el primero y segundo patio; no obstante ello, cuando llegamos, la aglomeració delante de la casa era grande, había alrededor de cien mujeres y doble cantidad de hombres. Se bailaban dos tipos de danzas, el viejo minute y la country dance (minué y contradanza). El minute es el mismo que estuvo una vez de moda entre nosotros, pero la country dance es diferente de la nuestra, los compañeros semejan a una pareja que bailara el vals. Sus danzas parecen calculadas para cultivar y poner en evidencia la gracia de los movimientos; no tienen cotillón o pasos muy animados, por lo tanto siempre bailan sobre una alfombra, no se fatigan por la duración de las danzas, y las damas adoptan actitudes graciosas, se mantienen muy erguidas y tienen una gentil manera de caminar. Los vestidos siguen en gran medida la moda nuestra, pero son más adornados y tienen algo de teatral para nuestro gusto. La cena se sirvió en el comedor y en la sala, y era abundante y sabrosa. En síntesis, fué el baile más espléndido al que yo nunca haya asistido. Las damas de Buenos Aires son cordiales y desenvueltas en sus modales. Se dice que su manera diaria de vestir es similar a la de la vieja España: un vestido negro de raso con polizón y de largo suficiente como para dejar al descubierto los tobillos, un tanto más corto que lo que sería considerado lo estrictamente correcto por nuestras damas; usan medias de seda blanca y zapatos blancos de raso, cubren su cabeza y sus orejas con una mantilla o con un chal, que cruzan sobre el pecho, y se acompañan de un abanico. Nunca he visto un sombrero de ninguna clase sobre la cabeza de ninguna mujer, joven o vieja, en Buenos Aires. Son, en general, bien formadas, morochas, tienen lindos pies y tobillos, hay muchas muy bonitas pero no he visto una que fuera hermosa ...". (Los párrafos de esta pintoresca carta fueron incluídos en un artículo titulado Primeras manifestaciones de amistad argentino-norteamericano, que publicó el diario La Prensa de esta capital, el 1-I-1957. El artículo no lleva firma, pero se me ocurre fue debido al historiador Carlos Alberto Pueyrredón).

Barcos, cargamentos, consignaciones

Distintas goletas, bergantines y fragatas, casi todas norteamericanas, y también algunas inglesas, francesas, hamburguesas, holandesas y danesas, recalaban en Buenos Aires llenas de cargamentos consignados a Patricio Lynch y sus socios, quienes, de retorno, remitían, en esos mismos navíos, frutos y productos de nuestra tierra a puertos extranjeros: Baltimore, Boston, Nueva York, Portland, Salem, New Haven, Wilmington, Saint Thomas en las Antillas, Hamburgo, Amberes, Nantes, Gibraltar, Cabo Verde, Pernambuco, Rio de Janeiro, Valparaíso. Dicho corretaje naval, dentro de una múltiple variedad de efectos y manufacturas, descargaba en la rada bonaerense; planchas de hierro y acero; armas (cañones, fusiles, escopetas, balas, pólvora); cuchillos, clavos, jarcias y aparejos; carbón de piedra, mármoles, barnices y alquitrán; tablazones de madera, muebles y carruajes; loza, platos, vidrios, botellas y espejos; tinta, resmas de papel, cartones, libros, naipes y juguetes, medicinas e instrumentos ópticos; jabones y perfumería; aguardientes, tabaco, café, té y chocolate; bacalao, quesos y frutas. Y tornaban después aquellos veleros a sus respectivos países, con las bodegas repletas de cueros vacunos, ovinos y yeguarizos; de lanas de ovejas y vicuñas; de pieles de venados, nutrias, chinchillas, vizcachas y guanacos; de plumas de cisnes; de cerdas, grasas, aspas y garras animales; de trozos de carne tasajeada y de marquetas de sebo. Todo el movimiento marítimo de la ciudad porteña en aquella época (1817-1821), hállase registrado, con cronológica puntualidad, en La Gazeta de Buenos Ayres, con los nombre de los barcos, de sus capitanes y de las mercaderías traídas y llevadas a bordo.

Aventuras de la fragata "Heroína"

En cierta oportunidad, Patricio Lynch adquirió la fragata francesa "Braak", de 475 toneladas con 34 cañones y, después de equiparla y convertirla en eficiente nave guerrera, fué su determinación ponerla al servicio del gobierno. Al efecto, el 9-IX-1819 presentóse mi tatarabuelo al Ministro de Marina solicitando patente de corso para dicha embarcación de tres palos, a la que pensaba rebautizar con el nombre de "Thomás Guido". En los siguientes términos redactó la nota respectiva; "El ciudadano Patricio Linch de este comercio y vecindario a V.E. con mi mayor respeto digo que me hallo en ánimo de armar en corso en este puerto una fragata de 475 toneladas y de 30 a 34 cañones. Para efectuarlo solo me falta el armamento y municiones, que no encontrando a venta en manos de particulares, me es indispensable molestar la atención de V.E. para solicitarlo de los arsenales y parques del Estado, bajo las condiciones prefijadas en el artículo 5º de las Ordenanzas de Corso. Si V.E. tiene a bien concederla, espero se servirá impartir sus órdenes al efecto a las respectivas Comandancias de Marina, Parque y Sala de Arma, y al mismo tiempo mandar se extienda y se me entregue la Patente de Corso conque ha de navegar dicho buque que será denominado "Thomás Guido", y su comandante es Don David Jewett. A V.E. rendidamente suplico se sirva acceder a mi petición por ser conforme a la liberalidad con que V.E. proteje a los que aventuran sus fortunas para exterminar a los enemigos de la patria; Patricio Linch". Cuatro meses después, el 7-I-1820, don Patricio vuelve a oficiar al Ministro de Guerra y Marina, Matías de Irigoyen y de la Quintana, informándole acerca del estado de su nave y de haberle cambiado el nombre de "Thomás Guido" - ex Secretario de Guerra y Marina el cual, a la sazón, con el grado de Coronel acompañaba a San Martín en Chile como delegado del gobierno de Buenos Aires - por el vibrante de "Heroína". Leamos ese escrito; "Sr. Dn. Matías de Irigoyen; Venerado amigo mio y señor mio; Hallándose mi fragata corsaria la Heroína reciviendo sus provisiones, enganchando su tripulación y preparándose para hacerse a la vela dentro de 15 días, me tomo la libertad de dirigirme a V. en solicitud de sus despachos, los quales espero serán otorgados en la forma que anteriormente expresé a V. persuadido que por ello se conseguirá un buen éxito en la Expedición, seguridad en los intereses y crédito al pavellón nacional. El nombre del buque será el de arriba mencionado, si V. no dispone otra cosa; su patente o comisión la de un buque de Guerra del Estado, destinado a cruzar por un año; el despacho de su comandante Don David Jewett, de Coronel del Ejército, como se prometió y como merece ... el del 2º comandante Don Juan W. Adams, con el grado de Mayor. Pienso poner seis Tenientes, pero aún no me he fixado, entre los varios que lo solicitan, quales han de ser los primeros y quales los segundos ... y el de un Subteniente en favor de Don Luciano Castelli (Castelli Lynch, primo hermano del propietario del navío). No pongo Maestres de Presas, que ellas deberán ser mandadas por Tenientes y contramaestres ... y porque no los hay en los Buques de Guerra. También suplico a V. se sirva mandarme las instrucciones generales y particulares que S.E. (el Director Supremo Gral. Rondeau) tenga a bien comunicar al Comandante de la Fragata. El buque se halla ahora en condición admirable, y yo confío que hará honor al paíz a que pertenece. Mucho en estremo siento que se vaya a la mar sin haber estado V. a su bordo; es lo mejor que hasta ahora hemos tenido. Un hijo de Azevedo que ha servido en la Marina Inglesa va de Guardia-marina; en la misma clase va un sobrino de Goyena que ha sido Guardia-marina en España; van varios jovenes aventureros. Deseo disfrute V. de salud y ordene quanto guste a este su afectísimo y obediente servidor; Patricio Linch". (Documentos transcriptos por José Antonio Da Fonseca Figueroa en su libro titulado David Jewett, una biografía para la historia de las Malvinas. Bs.As. 1985). Que mi tatarabuelo no vendió aquella fragata al gobierno - como apuntan algunos historiadores - sino que puso al servicio de éste dicho barco, a fin de luchar por la independencia criolla y reafirmar nuestra soberanía en las islas Malvinas, sin mengua de despojar a las embarcaciones enemigas de los efectos vendibles en beneficio del armador, lo prueba la escritura que el 15-III-1820 suscribió en Buenos Aires Patricio Lynch, ante el Escribano Juan José Rocha, otorgando poder especial a favor de "Don David Cortes de Forest" - su amigo y antiguo socio - residente en los Estados Unidos, "para reclamar judicialmente todas las presas de mi fragata la Heroína, que hace el corso con la bandera nacional". Aclarado este punto, consigno que el 20-I-1820 zarpó la "Heroína" de la Ensenada de Barragán hacía la vasta extensión oceánica, dispuesta a emprender su guerra de corso, y llevando también instrucciones del gobierno para afirmar en las Malvinas la potestad de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Reunía, el gallardo velero, una tripulación de 42 plazas al mando del corsario yanqui David Jewett, a quien el Director Rondeau había graduado de "Coronel"; asistido por el 2º Comandante John W. Adams, hecho "Sargento Mayor", por el Capitán Laureano Anzoátegui; por los Tenientes Manuel Vega y Luciano Castelli Lynch, entre otros oficiales. Primeramente, enfiló proa la fragata al norte, bordeando las costas del Brasil, donde fué presa de violentos temporales; y los navegantes tuvieron la desgracia de que muriera a bordo el 2º Comandante John Adams, que se había embarcado enfermo. Siempre hacia el norte margináronse después las islas lusitanas del Cabo Verde y las Canarias españolas, y el 24 de julio, en las proximidades de Gibraltar, topa la "Heroína" con la similar portuguesa "Carlota", de 22 cañones que pretendía cerrarle el paso, y, tras breve combate la nave argentina captura a su inesperada rival. Más una serie de contratiempos y dificultades, complots de la tripulación, pérdidas de agua, y alguna gente enferma de escorbuto, contribuyeron a que Jewett interrumpiera el crucero corsario y girara en redondo su buque hacia los mares australes, donde una furiosa tempestad separo a la "Carlota" de su aprehensora; la cual, por fin, el 27 de octubre, echó el ancla frante a la isla Soledad, la mayor del archipiélago malvinense. Allá, los argonautas de la "Heroína", en vez del vellocino de oro, encontraron merodeando por esas islas - que de hecho eran de cualquiera - muchas embarcaciones y gran cantidad de balleneros ingleses y norteamericanos, frecuentadores de tales latitudes no solo para destruir cetáceos en el agua, sino también animales salvajes en tierra firme. Entre esa legión de intrusos hallábase el Capitán James Weddel, del navío británico "Jane" en viaje al polo. Su par, el Comandante del barco de mi tatarabuelo, conferenció con el marino inglés, notificándole que "estaba comisionado por el Supremo Gobierno para tomar posesión de las islas en nombre del país al que estas pertenecían por ley natural". En consecuencia, el 6-XI-1820, Jewett y toda la dotación de la "Heroína" de Patricio Lynch (incluso su primo el Teniente Luciano Castelli Lynch), en presencia de aquellos entrometidos cazadores de anfibios oceánicos, tomaron solemne posesión de nuestras Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata, saludando, con 21 cañonazos, a la badera azul y blanca que flameaba al viento en la punta del mástil más elevado. Más adelante Jewett hizo apresar por la "Heroína" a la goleta norteamericana "Rampart", que viajaba del Callao a Cádiz cargada de mercaderías dirigidas a comerciantes españoles. La cautiva goleta llegó a Buenos Aires el 17-II-1821, al mando del Teniente de Presa Cristóbal Cornelia, al cual habíase subordinado la tripulación. Su carga de cacao, algodón, cascarilla y lana fué confiscada por una condena del Tribunal de Presas. Ello provocó un conflicto diplomático con los Estados Unidos, solucionado, poco después, mediante arreglo particular entre el Capitán del "Rampart" Tomás Feren y Patricio Lynch, armador propietario de la "Heroína". Entre tanto Jewett solicitó su relevo, y el gobierno argentino nombró en su lugar al Teniente Coronel de Marina Guillermo Roberto Mason, quien zarpó de las islas Malvinas con intención de doblar el Cabo de la Buena Esperanza; pero los sucesivos temporales y el débil estado de la fragata, que necesitaba carenar su casco pues le penetraba agua, obligaron a desistir de aquella idea. Timoneada hacia oleajes menos procelosos, la nave de Lynch apresó a vista de nuestra costa al bergantín español "Maypú", de 18 cañones, procedente del Callao, con 103 tripulantes que se dirigían a Cádiz; a cuyo bordo solo había un poco de dinero particular de los oficiales. Dado el mal estado de la armazón y arboladura de la "Heroína", y sin tener posibilidad de ser compuesta en Buenos Aires, Mason decidio hacerla reparar en algún puerto europeo, y para el viejo mundo desplegó su velámen. Frente a las playas brasileñas de

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Patricio Joseph Julián Lynch y Roo's Timeline

1789
February 17, 1789
Buenos Aires, Argentina
February 18, 1789
Catedral de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina
1815
February 22, 1815
Buenos Aires, Argentina
1817
March 30, 1817
San Francisco, California, United States
1818
November 4, 1818
1821
August 30, 1821
Buenos Aires, Argentina
1822
August 2, 1822
1823
September 19, 1823
1825
July 14, 1825
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina