Rafael Antonio Godoy Pino

Nació en Mucuchíes, estado Mérida el 22 de abril de 1.855, siendo sus padres: El Distinguido Jurista Dr. Pedro de Jesús Godoy y la honorable Doña Mercedes Pino.

Realizó sus estudios de bachillerato en Mérida, adquiriendo el correspondiente título en 1.881 y obtuvo el título de Procurador según la Corte de Justicia del estado con fecha 14 de enero de 1.898.

La profesión que adquirió no fue su principal objetivo porque nunca se dedicó por entero a ella por llamarle poderosamente la atención a su selecto espíritu, La Enseñanza y la Educación. Es así como funda una escuela primaria en su pueblo natal y se desempeñó al frente de ella.

En 1.902 se traslada definitivamente a esta ciudad capital y se entrega completamente al magisterio. En 1.902 fue Director del Colegio de Niños del Estado de instrucción superior, por nombramiento que le hiciera Don Ignacio Lares. Estuvo en estas actividades hasta el año 1.912, cuando estableció su propio Colegio privado llamado “Sagrado Corazón de Jesús”, con horarios especiales de: Internado, semi-internado y externo en cuya organización se vio colmado de alumnos.

Varias generaciones de jóvenes recibieron educación y enseñanza de tan admirable educador, quien adelantándose por su superación natural a la época, dejó grabadas con indelebles caracteres en la historia su extraordinaria trayectoria educacional.

Poseía asombrosa agilidad mental, objetividad, maestría y capacidad especial muy singular con las que dirigía a sus discípulos, de allí el éxito admirable con que era coronada siempre su misión educadora, que se perpetuo para siempre…

En 1.928 tuvo la necesidad de viajar a Caracas, pero a su regreso, fueron detenido los viajeros por el crecimiento del Río Monay, teniendo por esta causa pernotar en aquellas insalubres llanuras, donde el Plasmodium precoz, era tremendo azote y al parecer fue contaminado, a tal estado que falleció el 22 de Septiembre de 1.928 en la población de Ejido, estando en la magistratura de la escuela federal “Monseñor Jáuregui”.

Sus restos estuvieron en capilla ardiente en el salón de sesiones del Consejo Municipal de Ejido, dándole sepultura al día siguiente, al amparo de la expresa autoridad edilicia: Presidente Dr. Alfredo Dini y como secretario Don Augusto Rodríguez Aranguren.

Recopilado Por: Nirge Figueroa de Gota