Alejandro Urrejola Peñaloza

Fué enviado por su padre a España por la vía del Perú a recoger la herencia de sus abuelos, realizó un negocio de ganadería en Lima para financiar el viaje y se embarcó en el Callao. Una furiosa tempestad obligó a la nave a recalar en el puerto de Penco, donde don Alejandro fué muy bien recibido. Recibió atenciones especiales de don Juan de Leclerc de Bicourt y Grout o Gront, distinguido marino francés, retirado después de desempeñar en las costas de Chile una comisión náutica para el gobierno francés, con la expedición de Frezier en 1712.

Resolvió don Alejandro establecerse en Concepción y al poco tiempo contrajo matrimonio con una hija de aquel marino, doña Isabel, notable por su hermosura y distinción.

En 1767 el rey dictó la orden de expulsión de los jesuítas de los dominios españoles y sus propiedades fueron luego rematadas en subasta pública. Don Alejandro adquirió las estancias o haciendas de Pomuyeto y Cucha-cucha en la provincia del Maule.

Don Alejandro era de figura varonil y elegante, siendo asimismo de gran talento. Fué Alcalde de Concepción en 1797-1798 y 1807. Se dice que su hogar llegó a ser el Centro de reunión de la sociedad penquista y donde más tarde se congregaron también los principales jefes realistas, cuando se vislumbraba la posible insurrección contra el gobierno peninsular español. Era don Alejandro respetuoso de la autoridad y muy religioso, diciendo a sus hijos en su testamento: " Les ruego se mantengan siempre unidos a las columnas de Nuestra Santa Madre Iglesia Católica Romana, contra la cual nunca prevalecerán las puertas del infierno y con las cuales se estrellarán y harán pedazos sus malignos conatos..." Sus restos descansan en el Sagrario de la Catedral de Concepción.